Al Zaragoza se le viene encima una profunda revolución en la plantilla, por lo que las dos últimas citas de la temporada en La Romareda, con el trazo grueso deportivo ya completado y pocos alicientes clasificatorios a la vista, contienen estímulos de otra naturaleza, como la despedida de un puñado importante de futbolistas. Contra el Cartagena, ya habrá casos de jugadores que puedes disputar sus últimos minutos con la camiseta del Real Zaragoza ante quienes han sido sus aficionados.

Hay casos y casos, claro. Varios saldrán del club por la puerta de atrás tras una efímera etapa, como Gabi Fuentes, o Tomás Alarcón, tras acabar sus cesiones. También comienza a despedirse Pape Gueye, con quien La Romareda ha firmado una relación delicada. Otros también se encuentra en la rampa de salida, como Vada, Larrazabal o Vigaray, uno de los jugadores con más recorrido en el vestuario. Por su parte, acaba contrato Álvaro Ratón, quien difícilmente dirá adiós desde el césped. Otros no finalizan contrato, pero el club buscará sus salidas, como Jairo Quinteros, Manu Molina o Eugeni Valderrama. 

Todos ellos no dejarán grandes vacíos, pero sí hay otros casos con mayor carga emocional. Por ejemplo, La Romareda vive con la incertidumbre de si observa los últimos momentos de Bebé en el Real Zaragoza, una vez que otro cedido, Giuliano Simeone, a quien ha acogido como un hijo propio, está lesionado, bajo la duda de si volverá a vestirse la camiseta del león rampante aunque sea para despedirse en la jornada final. Mollejo también acaba su cesión, pero existen opciones de que siga y un acuerdo con el Atlético siempre dentro de unos parámetros económicos muy concretos. Lo mismo sucede con Lluís López.

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El penúltimo baile

Pero si hay un futbolista que vive en un estado de máxima indeterminación es Alberto Zapater. El capitán del equipo podría vivir contra el Cartagena los últimos minutos como futbolista del Zaragoza en La Romareda. El club aún tiene en el aire su continuidad, cada vez menos probable, por lo que el ejeano estaría viviendo sus últimos días como futbolista del Real Zaragoza. Hoy, si salta al campo, experimentará sensaciones extrañas. También la grada que tantas veces le ha ovacionado.

En estos tiempos de despedidas, el caso del capitán representa una singularidad. Con más de 400 partidos jugados en el club y el valor que solo los jugadores arraigados a un lugar pueden tener, Zapater no sería un adiós cualquiera.