El penúltimo baile
El de esta tarde debe ser el partido de la permanencia. El encuentro que certifique que el Real Zaragoza jugará la temporada que viene un año más en Segunda División. Dicho así, el objetivo parece tan pobre que el aficionado no puede evitar echar la imaginación a volar y soñar con que el año que viene, por estas fechas, La Romareda será una caldera que empujará con fuerza a su equipo hacia el lugar que se merece en Primera División, en vez de –como ocurrirá de nuevo hoy– tener que animar para prorrogar otro año más su estancia en el infierno.
Esta misma semana, el director deportivo del equipo, Juan Carlos Cordero, ya anticipó cuál va a ser el discurso oficial para los próximos meses. Aunque a nadie escapa que es el objetivo, la palabra ascenso va a estar casi prohibida. Se va a hablar de "estar con los mejores", que viene a ser lo mismo o parecido, pero con menos carga. La agenda del cartagenero estos días está llena de deberes, con el seguimiento de los posibles fichajes para afrontar el reto 2023/2024 y la relación de bajas definitivas en la plantilla actual, que no serán pocas.
Para muchos miembros de este equipo el de hoy será su penúltimo partido en el estadio municipal, por lo que la afición apura ya su relación con un buen puñado de jugadores. A algunos, seamos sinceros, no se les llorará demasiado en su marcha; a otros sí que se les echará de menos por motivos deportivos, sentimentales o por un poco de cada.
En este penúltimo baile en La Romareda el invitado es el Cartagena, un equipo que aún lucha por entrar en puestos de promoción. Aunque la mente del zaragocismo quiera borrar cuanto antes esta temporada, el partido es importante porque el trámite para cerrar la salvación se está alargando más de la cuenta, y las cosas en el fútbol ya se sabe que hay que tenerlas atadas, y bien atadas, cuanto antes. Este final de temporada ha dejado buenas sensaciones al aficionado que ha acudido al estadio municipal, por lo que sería interesante prolongar este buen rollo colectivo para comenzar la temporada próxima con una inercia positiva, aunque los protagonistas vayan a ser otros.
