REAL ZARAGOZA

Previa Oviedo-Real Zaragoza: el escudo obliga

l El Real Zaragoza, sin Giuliano Simeone ni Cristian Álvarez, visita a un enrachado Oviedo sin mucho más en juego que el decoro y la dignidad competitiva

Entrenamiento del Real Zaragoza previo al partido contra el Albacete.
Entrenamiento del Real Zaragoza .
Rubén Losada

El Zaragoza ya conoce el final de la historia de su grisácea temporada, aunque aún le faltan cuatro páginas por leer. La primera de ellas le lleva a Oviedo, al Carlos Tartiere (10.30), en un duelo de sustancia histórica en el que no pone mucho más en juego que el buen decoro, la dignidad competitiva y el compromiso con uno mismo. El respeto al torneo, pero también al escudo y los colores, valores a la que se les rinde culto con victorias, y también con actitudes como la lealtad, el deber, la responsabilidad, la honra, la entrega y el esfuerzo. Al Zaragoza le ha sobrado de todo eso en los últimos meses y en Oviedo no se espera ninguna excepción en el día en el que los tratados de la tierra media pueden quedar sellados: el equipo aragonés puede certificar su permanencia matemática mejorando el resultado del Málaga, mientras al Oviedo se le puede desvanecer de forma oficial el mínimo hilo que aún le mantiene conectado a las aspiraciones de play off.

En esta Segunda División de dinámicas impensadas y rendimientos irregulares; el pulso entre los dos equipos más en forma del campeonato lo van a protagonizar dos residentes de la zona de nadie de la clasificación. El Zaragoza busca su undécima jornada consecutiva sin perder, una racha trazada con tres empates y siete derrotas. Por su parte, el Oviedo del cartesiano Álvaro Cervera suma cinco partidos invicto, con cuatro triunfos seguidos. Mientras que el Zaragoza, aunque no ha perdido, ha recopilado 16 puntos en su racha de diez jornadas sin caer; el Oviedo, en ese periodo, ha sumado 18. Ahora, con 52 puntos y noveno clasificado, mantiene ciertos porcentajes reducidos de recortarle al Albacete siete puntos de desventaja para entrar en la promoción, pero casi todo el mundo en Oviedo prefiere mantenerse apoyado al suelo y creer, como en Zaragoza, que la temporada está resuelta.

El fútbol, tanto en Oviedo como en Zaragoza, ya no se redacta en presente sino en futuro, pendientes de concretar los astures la renovación de Cervera y comenzar a moldear la plantilla de las próxima temporada. En cierto modo, Zaragoza y Oviedo han seguido trayectorias paralelas durante la campaña. El Oviedo cambió de técnico un par de semanas antes de que Sanllehí liquidara a Juan Carlos Carcedo y le relevara Fran Escribá. Con el cambio, también creció, despacio, pero sostenido y constante, asimilando las ideas y conceptos de un técnico tan reconocible como Cervera, con quien Juan Carlos Cordero coincidió en el Cádiz.

Ahora, el Oviedo es un equipo que, dentro de los perfiles que le permite la plantilla, responde, con un 4-4-2, a esa autoría de su entrenador: un bloque disciplinado y batallador, con una firme cultura colectiva, prioridades defensivas, preciso en la presión, y un sistema ofensivo sencillo y simple, pero vertical y efectivo. En resumen, no hay mucha poesía en el Oviedo, pero sí bastante prosa. Manu Vallejo, aspiración perdida de Cordero en enero, alimenta un equipo con piezas interesantes como los laterales Bretones y Ahijado, además del elegante Koba Koinkredi y de Borja Sánchez, este año algo apagado. No estarán hoy Borja Bastón, lesionado, como tampoco Javi Mier, Montoro, Rodri Tarín y Jimmy. Por sanción, es baja el aragonés Dani Calvo.

En el Real Zaragoza, Fran Escribá no podrá repetir alineación por quinto partido consecutivo ante las bajas de los dos polos del equipo: el portero Cristian Álvarez sancionado y el goleador Giuliano Simeone. Quién releva al guardameta es el asunto central de la agenda de la semana. Escribá se ha llevado a Rebollo a Oviedo pese a las urgencias del filial. Si ha viajado a Oviedo, lo razonable es pensar que él será quien ocupe la portería y no Ratón. También ha viajado el portero juvenil Javi Abbad, en su estreno en una citación mayor. Por su parte, Puche se destaca como sustituto de Simeone en un once que, en todo caso, apenas puede sufrir más cambios que el regreso de Alejandro Francés, arrinconado por Escribá en el último mes.

Con ellos, el Zaragoza buscará un triunfo que le eleve en la clasificación, mejora de la que puede depender el ingresar en torno a un millón de euros más o menos como bonificación en los derechos de televisión. Pero también un triunfo que robusteza las bases del equipo de cara al futuro: las últimas victorias de este final de temporada pueden ser las primeras del comienzo de la siguiente.

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