REAL ZARAGOZA

Francho: "Sueño con que el año que viene lo normal sea un ambiente como el de la racha actual"

El centrocampista aragonés explica en una entrevista para HERALDO DE ARAGÓN el presente del club desde el prisma de uno de los canteranos que han sido decisivos para sostenerlo en años de complicaciones. 

Francho Serrano, en el discurrir de la entrevista mantenida con HERALDO DE ARAGÓN este jueves.
Francho Serrano, en el discurrir de la entrevista mantenida con HERALDO DE ARAGÓN este jueves.
Marcos Cebrián

Tres temporadas han pasado ya desde su debut como profesional con tan solo 18 años.

El tiempo pasa volando. Me acuerdo cuando me llegó esa oportunidad. Es una fase, cuando eres juvenil, en la que lo ves todo tan lejos pero piensas que, tal vez, esté tan cerca... Nunca olvidaré aquel 1 de noviembre, contra el Mallorca en La Romareda. Era la liga de la pandemia, a puerta cerrada. Hoy soy un futbolista feliz, una persona feliz, que sigue creciendo en todos los sentidos. 

¿Quién y cómo le dijeron que iba a ser titular ese día por primera vez?.

Fue el entrenador, Rubén Baraja. Y fue justo en la charla anterior al partido, dos horas y media antes. Yo no tenía ni idea de que iba a jugar. Entrenaba con el primer equipo, en aquellos entrenamientos tan raros donde no nos cambiábamos juntos en los vestuarios por los protocolos del covid-19, y a veces intuía que un día me podía tocar, pero no lo esperaba en ese precisamente. Al equipo no le estaban saliendo las cosas bien y alguna vez sospeché que podía darse mi debut. Pero no esa noche.

¿Por qué?

Porque en el entrenamiento clásico del día de antes donde el técnico pone más o menos al equipo que va a ser titular, yo estuve, como siempre, con los suplentes. Pero en la previa de acudir a La Romareda, cuando nos juntamos en el hotel y llegó la charla, Baraja cantó el medio campo y dijo: "Javi Ros-Francho". Hasta ese momento, ni sospecharlo. 

Vaya escalofrío. 

Fue como un golpe seco en el pecho. Se me pusieron los nervios a cien por hora, con un dolor de barriga intenso, con ganas de irme al baño. Las manos me empezaron a sudar. Fue una sensación nunca vivida por mí. Todo salió bien gracias a mis compañeros. Me lo pusieron todo muy fácil en un día tan especial. Agradeceré siempre a Baraja la oportunidad que me otorgó ese día, el primero de mi carrera. Él debió pensar que estaba preparado para comunicármelo así, de repente. Otros entrenadores lo hacen el día anterior o dos días antes para que el futbolista novato vaya preparándose. Él, conmigo, no lo hizo así. 

Antes, aquel partido contra el Korona Kielce polaco en la Youth League... fue el bautismo en La Romareda de la mano de Francés, Azón o Puche, entre otros. 

Aquel día fue un aperitivo de lo que nos esperaba a los que luego dimos el salto. Era una competición europea de alto nivel, un partido de otro perfil a los que jugábamos cada fin de semana en las ciudades deportivas o campos de Aragón, Cataluña o Baleares. Era La Romareda. Yo nunca había pisado el estadio jamás. Entrenamos el día de antes... salimos del vestuario a jugar ese partido... Fue tremenda la sensación. 

Fue un guiño del destino. 

Supuso la primera dosis de lo que nos aguardaba a los que íbamos a jugar enseguida en el primer equipo. El fútbol sonaba distinto, había miles de seguidores, la tribuna principal casi llena, y el Fondo Norte también se abrió. Cualquier jugada generaba rumores, aplausos. El gol, ni te cuento. Y era La Romareda. Mi estadio. Mi templo. Fuimos muy afortunados de vivir esa competición. 

Foto del jugador del Real Zaragoza Francho Serrano
Foto del jugador del Real Zaragoza Francho Serrano
MARCOS CEBRIAN

¿Cómo está viviendo este trienio como profesional?

Depende de la situación. Ha habido fases de complicaciones en el equipo en el que se me pasaban los días muy despacio porque quería jugar ya mismo para arreglar las cosas, cambiar la dinámica y volver a ganar. Pero, por ejemplo ahora, con la calma de este final de temporada, digo 'ostras, si ya se han pasado tres años'. Es una vivencia ambigua. 

Situación paradójica: los jóvenes, con Francho a la cabeza, han subido al primer equipo... porque el primer equipo no está bien. Si así fuese, en tiempos de vacas gordas, tal vez no estarían ahí. 

Eso es una realidad. 

Y una vez ahí, han tenido el enorme valor histórico, crucial, de portar la bandera de la defensa del zaragocismo desde dentro del equipo para salvar al club de una delicada situación que amenazaba incluso su supervivencia.  

No tanto como sujetar solos la bandera, porque ha habido otros muchos compañeros, pero sí hemos dado un paso adelante diciendo que aquí estamos nosotros en una situación muy difícil para el club. Yo, personalmente, he tenido miedo en este tiempo. Vi cerca y posible el descenso a Segunda B. Sobre todo el primer año, en el que debuté. Yo, sinceramente, tuve miedo. Llegamos a estar a 6 puntos de la salvación. Y fuimos últimos. La dinámica fue horrible en la primera vuelta. Por más que hacíamos, sabíamos que íbamos a acabar perdiendo cada partido. Nos tocó a los juveniles salir a jugar, creo que hicimos bien las cosas, aportamos cosas diferentes en días de muchísima presión. 

Esa es otra lectura: sus tres años en el primer equipo son tres campañas de sufrimientos en la zona baja, sin apenas alegrías. 

Así han venido las cosas. Nunca hemos podido jugar en un ambiente favorable alrededor del equipo, por desgracia. Mentalmente, tanto Francés, como Azón y yo, incluso Puche, no hemos podido disfrutar como nos gustaría de nuestros tres años como profesionales. Solo hemos pensado en clave de ayudar, de ayudar y ayudar al Real Zaragoza. Yo, personalmente, he tirado más de corazón que de la búsqueda de lo bonito. Siempre he pensado 'que por mí no sea'. La oportunidad que nos ha llegado obliga a dejarnos todo lo posible en césped cada día. Ese es  nuestro plus. Lo bonito, ya vendrá. Estoy seguro de ello. 

Este análisis se podrá hacer mejor con retrospectiva, dentro de un tiempo. El enorme valor sentimental y logístico de los canteranos en esta época tan abrupta del club. 

Creo que así será. La situación más difícil que ha pasado el Real Zaragoza en su historia es justamente esta actual, por las circunstancias que conocemos. Y que, en su momento, saliéramos nosotros tres (Francés, Azón y Francho) y diésemos ese paso adelante para demostrar a todo el mundo que, por nuestras narices, este club no iba a desaparecer nunca, es algo que va a quedar ahí para siempre. Hemos tenido suerte porque las cosas han acabado bien, sin ninguna catástrofe. 

Ahora ya va tocando que la tortilla dé la vuelta. Que enseguida se pueda luchar por volver a Primera. 

Mire, jugar estos últimos partidos dentro de la racha que llevamos de 10 sin perder, con la calma que tenemos en la tabla después de haber vuelto a pasar por situaciones complicadas por tercer año seguido, nos muestra a los jugadores lo diferente que es afrontar los partidos en un ambiente de bonanza. Es totalmente diferente. Tu cabeza está mejor, juegas mejor, el ambiente exterior es mejor, las relaciones con los compañeros son mejores, la prensa hace análisis mejores... todo es una rueda que va sola. Sueño con que esto sea lo normal. Y si lo es, llevaremos al Real Zaragoza a Primera División. Ojalá sea el año que viene. Quiero vivir un año así, felices con nuestra gente.   

Foto del jugador del Real Zaragoza Francho Serrano
Foto del jugador del Real Zaragoza Francho Serrano
MARCOS CEBRIAN

Alcalá de Gurrea.

Mi pueblo. Sí. Muy grande en mi vida. 

¿Qué supone para usted ese sentimiento de tener un pueblo?

Cuando era más pequeño, soñaba durante el año en mi casa de Zaragoza con que llegaran las vacaciones del verano. En irme con mis abuelos. En que me trataran como un rey cada día. María Luisa y Felipe, los padres de mi padre, me llevaron en palmitas toda mi vida. Soy de Casa Vinué. El abuelo Felipe había nacido en Langa del Castillo, junto a Daroca. 

Su abuelo Felipe fue su primer representante, sin saberlo. 

Yo digo que soy futbolista por él, además de por mi padre. Hubo un tiempo, de crío, en el que vi difícil seguir jugando a fútbol. Y él fue el que siempre estuvo conmigo y me apoyó. Me traía a entrenar, me venía a buscar, me traía la merienda, me llevaba a todos los partidos... no paró de comerme la oreja todos los días. Cayó enfermo y murió. Lo que más siento es que él no esté viendo lo que está pasando en estos tres últimos años. Esto está sucediendo en gran parte gracias a él.

En Alcalá de Gurrea será un verdadero héroe local.

Estas cosas son así en la vida. Ya me ha tocado hacer un pregón de fiestas. Estoy orgullosísimo de ser de allí. Mi abuela es la más feliz del mundo. Soy muy de la familia. Lo llevo en mi ADN. Quiero mucho a la gente de Alcalá de Gurrea. 

La otra parte de la familia ¿es de Zaragoza?

Sí, pero llevamos un mix de todo Aragón. Mi abuela es de Teruel. Mi abuelo es de Villanueva del Rebollar, también turolense. Mi madre nacio en Andorra, Teruel. Mi padre nació en Zaragoza pero vivió una parte de su vida en Huesca. 

Alcalá de Gurrea es Huesca. ¿Siempre han sido del Real Zaragoza?

Yo siempre he sido del Real Zaragoza porque mi familia siempre ha sido del Real Zaragoza. Por los cuatro costados. Yo he vivido siempre en un ambiente zaragocista cien por cien. 

En el campo del Alcalá de Gurrea, de Segunda Regional, ¿ha jugado alguna vez?

Sí, por supuesto. Varios partidos. Con mis amigos de allí. También el partido de fiestas. Ahora, desde que mi situación pasó a ser profesional, ya no puedo permitirme ninguna licencia de estas, como es obvio. 

Pero los alcalaínos ya pueden presumir de haber jugado con Francho en el campo de su pueblo.

Eso sí. Y yo de haber jugado con ellos. No federado en el equipo, pero he jugado con su uniforme. Y bien orgulloso. En el pueblo están muchos de mis grandes momentos en la vida. 

Si su futuro no hubiera embocado por el profesionalismo en el fútbol hace tres años, ¿qué estaría haciendo ahora Francho con 21 años?

Supongo que estudiar algo más serio que lo que hago académicamente ahora. Estaría en alguna carrera. Siempre me gustó la docencia. 

¿Ahora que estudia?

Me estoy sacando el título de entrenador, por curso académico. Grado medio y grado superior. Así, a futuro, me convalidará con Ciencias del Deporte, el antiguo INEF. Me gustaría poder ser profesor de educación física, por ejemplo. El fútbol se acaba muy rápido. No descarto que lo acabe siendo. 

Foto del jugador del Real Zaragoza Francho Serrano
Foto del jugador del Real Zaragoza Francho Serrano
MARCOS CEBRIAN

Sabe usted que rompe con los estereotipos del futbolista moderno. No se depila. Tiene vello en las piernas y los brazos. 

Y voy a seguir rompiéndolos. Si no fuese como soy, no sería Francho Serrano. Yo soy yo. Así siempre. 

Tatuajes tampoco se ha hecho. 

Ni uno. Ni llevo pendiente. Ni gomina. Ni degradados en el corte de pelo. Ni peinados llamativos. Es mi criterio de vida. Respeto a los que tienen otros. Y solo quiero que me respeten el mío. Mientras no me incomode mi postura por algún asunto de lesión o algo razonable, esta es mi personalidad. Me siento muy bien como soy. Y mi entorno también. 

En su fase formativa era un '6', un medio centro puro. Ahora es más interior, se escora a la banda e, incluso, lo han puesto de mediapunta algún día. 

Es una evolucion progresiva, nunca regresiva para mí. Cuando paso de juveniles al primer equipo, con Iván Martínez siempre era un pivote natural. Alguna vez había jugado de '8' e, incluso, de central eventualmente. Pero era un '6'. En el Real Zaragoza me tocó enseguida jugar de otras cosas. Porque había que amoldarme con otros compañeros de la plantilla, por necesidades puntuales del equipo... por lo que sea. Analizo muy positivamente el hecho de verme polivalente. Mi posición favorita sigue siendo la de medio centro. Pero los otros puestos son también atractivos para mí. No creo desentonar en ninguno, aunque es evidente que en uno lo haces mejor que en otro. Agradezco a la gente que me ha entrenado que me hayan enseñado a leer el fútbol desde las explicaciones. 

La falta de gol ha sido el problema más serio del equipo en estos tres años últimos, coincidentes con su debut como profesional. Escribá, a su llegada, pidió a los centrocampistas la aportación de cuatro o cinco goles cada uno para paliarlo. Su disparo a puerta es uno de sus cuestiones a mejorar. 

Sí. Evidentemente. Yo no voy a tener nunca el disparo de Bebé. Ni el de Eugeni. Porque con eso se nace. Pero es algo que yo sé que tengo que mejorar. Hasta dar el salto al Real Zaragoza, mi posición nunca me ha exigido llegar y marcar goles. Eso era cosa de otros. Para mí todo esto es nuevo. Pero sé que si lograse cuatro o cinco goles por año sería para mí ganar un caché impresionante. Lo que pasa es que igual me llamaba un equipo de Primera División. Soy un chico en crecimiento, con déficits que tengo que mejorar. Y en ello estoy. 

¿Cree que le puede pasar como a Vallejo o Soro, que acabe saliendo hacia un grande?

No lo sé. Es una situación muy complicada si sucede eso. Es muy difícil en el fútbol moderno ser jugador de un solo club. Aquí, por las circunstancias de la entidad estos años, no se ha podido garantizar la mejor situación para los jugadores y, a la vez, esa misma situación del club ha sido la que ha propiciado las salidas. Vallejo y Soro tuvieron que irse para salvar al club. El futuro dirá. Depende de lo que suceda con cada jugador y con el propio club año a año. El futbolista debe poder decidir siempre su futuro, su carrera. Al final, estas jugando con tu vida, con la de tu familia. Hay que encontrar un equilibrio, sin verdades absolutas. Todo el mundo debería entender las cosas cuando suceden. 

Esto se aliviará mucho si se sube rápido a Primera.

Obviamente. 

¿Cómo sueña ese momento del ascenso?

Lo sueño todos los días. A veces con más fuerza, veo vídeos de cuando se ganaban copas, la Recopa, y pienso cómo se pondría de nuevo la gente, cómo disfrutaría. 

Cuéntele a la gente mayor cuáles son sus primeros recuerdos como niño zaragocista. Porque lo de la Recopa, o la Copa del Rey de Sevilla del 2002... usted no lo vio porque no había nacido, algo tan rotundo como esa razón. 

Me cuenta mi padre que en agosto de 2004, teniendo yo dos años y medio, me acercó a La Romareda con el carrito cuando terminaba un Real Zaragoza-Getafe en Primera de la jornada 1, cuando abrían las puertas a falta de 10 minutos para el final. Le pidió a un portero que nos dejaran entrar y pasamos. Aún marcó Álvaro Maior un gol, el 3-1 definitivo. Yo no tengo memoria aún de eso, lo sé porque lo cuenta él. Mis recuerdos son de, al menos, un par de años más adelante. 

Usted no ha visto ganar ninguno de los títulos. 

No. Ya vivía en la Copa de Montjuic contra el Madrid, pero era tan niño que no tengo memoria de entonces. Yo sé de todo eso porque lo veo en la tablet. Mis primeros recuerdos más o menos claros son los del 6-1 al Real Madrid con cuatro goles de Diego Milito en 2006. Esa fase. Pero con mucha nebulosa.

Es decir, usted no recuerda a Alberto Zapater, su capitán actual, jugando y capitaneando al equipo en Primera División.

No. Con claridad no. Quiero empezar a recordar cosas con él, con Ander Herrera... De Zapater me decían de niño, desde infantiles, que me parecía mucho a él por mi modo de jugar y de ser, cuadriculado, zaragocista, directo en los sentimientos. Pero yo no puedo recordarlo en aquella época.  

¿Se ve con el brazalete de capitán en un futuro próximo?

Ufff... Para mí sería otro sueño. Aunque Zapater me advierte que es un puesto que acarrea muchos 'marrones' también. Pero me gustaría. Lo he llevado muchos años en las categorías inferiores, donde he sido el capitán. Evidentemente, la etapa última sería cogerlo en el primer equipo. 

¿Y coger un número de los viejos titulares, del 2 al 11? ¿O los chicos jóvenes ya no valoran tanto esto como los veteranos?

Yo siempre he llevado el '6' en el fútbol base, donde he jugado siempre con la numeración del 1 al 11. Pero no me disgusta el '14' que porto, es un número familiar, por mi madre. Y además, como dije en su día, uno de mis referentes en el fútbol es Xabi Alonso, y siempre llevó el '14'. Y como Francés se me adelantó y me quitó el '6'... (risas). 

Acabemos con una anécdota jocosa. Yo le he visto marcar el único gol en toda la historia mundial no celebrado como tal sino con un gesto de desagrado por haber fallado. 

Jajajaja... Fue el año pasado al Almería en La Romareda. Yo entraba con el balón por la banda derecha y vi que Narváez entraba en el segundo palo al desmarque. Se la fui a poner y, al ir a contactar con la pelota, me dio un bote raro en el césped levantado y me salió un churro de centro porque le di con la espinillera, con toda la tibia. La pelota se va al primer palo a las manos del portero, Fernando. Y mi reacción fue mirar al suelo enfadado, con ese gesto que cita, diciendo un exabrupto. Ni miré a portería. Y, de repente, oí al público gritar: ¡goooooool! Y a mis compañeros venir a abrazarme entre risas. Me giré y vi el balón dentro de la portería. En directo, yo no vi ese gol. Juro que no lo vi porque estaba bramando por la pifia de mi centro. Al portero se le escapó por el efecto endiablado que cogió la pelota al darle fatal. 

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