REAL ZARAGOZA

Soro, el cincovillés del Granada que necesita un nuevo impulso... ¿en Zaragoza?

A los 24 años, Alberto Soro está a punto de acabar una temporada torcida en lo personal, la tercera suya en el club nazarí. Su presencia en apenas 11 partidos, con 348 minutos, denuncia el fin de un ciclo.

Alberto Soro, en uno de los pocos partidos en los que ha sido alineado por el Granada esta temporada.
Alberto Soro, en uno de los pocos partidos en los que ha sido alineado por el Granada esta temporada.
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Llega Alberto Soro con el Granada CF a La Romareda este Sábado Santo. El cincovillés, nacido en Ejea de los Caballeros (como el otro Alberto, Zapater) y con sangre en sus venas también de Tauste, cumple su tercera temporada en el club nazarí, al que llegó en 2020 traspasado por el Real Madrid. Un año antes completó su última temporada con el Real Zaragoza, de las dos en las que militó en el club en Segunda, en modo de cesión por parte de los merengues, que lo habían fichado en propiedad en el verano de 2019 tras su fulgurante eclosión en el fútbol profesional como zaragocista procedente directamente del juvenil. Fue un fichaje gemelo al de poco tiempo antes que había tenido a Jesús Vallejo como protagonista.

Salvo decisión sorprendente del entrenador granadinista, Paco López, no se le verá mucho por el césped de su casa, La Romareda. Soro no está completando un buen año. Al contrario, es una temporada para olvidar a título particular, más allá de que su equipo ascienda (o no) a la élite de nuevo dentro de 50 o 60 días, según lo pueda hacer directamente o deba jugar la promoción.

El canterano del Real Zaragoza, con solo 24 años, está en una fase delicada de su corta carrera profesional. Tiene ante sí un cambio de ciclo evidente. Solo ha asomado en 11 partidos con los rojiblancos desde que el torneo empezó en enero. En muchos de ellos, anecdóticamente. Apenas suma 348 minutos, una nimiedad. Solo ha contado como titular en 4 ratos, en las jornadas 1, 11, 22 y 24, sin completar nunca los partidos. Ni Aitor Karanka, primer técnico del curso, ni el referido Paco López, han considerado que Soro tenga un espacio en el once base del actual Granada. Muchos días, ni entre las 5 sustituciones.

En sus dos primeras campañas en la ciudad andaluza, en Primera División, Soro jugó, respectivamete, 14 y 16 partidos. Tampoco mucho. Le costó enorme esfuerzo ganarse su terreno en la élite. Y, con el descenso de los de Los Cármenes el verano pasado, todo el mundo pensó que el aragonés iba a ser uno de los puntales del nuevo Granada en Segunda. No ha sido así. El redondeo de su trienio a pies de Sierra Nevada no es, pues, nada positivo. 

Y le queda un año más de contrato allí. Es obvio que, en tales circunstancias, el fútbol está invitando a Soro a buscar un nuevo impulso a su carrera, que había comenzado con dos años muy prometedores en su Zaragoza. En la liga 18-19, con Idiakez, Alcaraz y Víctor Fernández en tres turnos distintos en el banquillo, aquel dieciochoañero jugó 29 partidos, marcó 2 goles y dio 2 asistencias. Y en la 19-20, acogido por Fernández como hijo predilecto, progresó adecuadamente y dejó 34 partidos, con 4 goles y 5 asistencias. En uno, fue pieza principal con 1.314 minutos; y en el otro, creció hasta los 2.229, ganándose los galones por merecimientos propios en el año que la pandemia truncó el ascenso del Real Zaragoza más solvente de la última década. Todo esto es lo que anhela y necesita Soro después del frenazo palmario sufrido en su trayectoria profesional.

A primeros de abril, hay varias cosas ciertas al respecto. Entre ellas, una, que Soro difícilmente continuará en el Granada el año próximo. Y otra, que en el nuevo plan de vida del Real Zaragoza, donde van a ser necesarios al menos una docena de refuerzos para cambiarle la faz a un equipo instalado en la mediocridad durante tres años de máculas graves en la creación de fútbol ofensivo y consumación de goles, la figura de Soro cuadra a la perfección. 

Es pronto. Pero ya es tiempo de guiños, acercamientos, intereses, cortejos, muestras de rechazo o reciprocidad. La visita del Granada, con el casi destarifado Soro en su plantilla, trae a primer plano este asunto. Hacia dónde se dirija el futuro del cincovillés es hoy una incógnita, pero sabe que en su casa tiene un hueco siempre. Y  más ahora, en tiempos de revolución de una nueva propiedad que pretende sacar al Real Zaragoza de la espiral que lo atenaza desde 2020. Justo desde que Soro se marchó. 

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