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Puertas abiertas a la ilusión en el Real Zaragoza

Unos 3.000 aficionados, la mayor parte de ellos niños, han presenciado el entrenamiento de este miércoles. El equipo se ha dado un baño de masas con los seguidores.

Los jugadores lanzan balones a la grada.
Los jugadores lanzan balones a la grada.
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Esas caritas de ilusión, esas miradas persiguiendo un autógrafo… Qué poco cuesta y qué necesario es para todos. Para los aficionados y para los propios futbolistas. Para quienes, como el martes reconocía Mollejo, bajan de la "burbuja" de su día a día para reencarnarse en aquel pequeño que coleccionaba cromos y se embelesaba con sus ídolos a través del televisor.

El Real Zaragoza ha abierto este miércoles las puertas de su entrenamiento. Ha abierto las puertas a la ilusión de los más pequeños y, por qué no, de los mayores que les han acompañado.

En la víspera de la Cabalgata de Reyes -el cartero real se ha dejado ver por la grada-, unas 3.000 personas se han dado cita en La Romareda. La parte baja de la tribuna preferente se ha cubierto de muchachos que veían entrenar a su Real Zaragoza por primera vez, y es que esta iniciativa no se daba desde enero de 2020, cuando el equipo de Víctor Fernández iba lanzado hacia el ascenso.

Esta vez ha sido Fran Escribá el encargado de dirigir el entreno. Hora y media de ejercicios, con y sin balón, antes de que se produjera el correspondiente encuentro entre los jugadores y los seguidores zaragocistas.

No ha estado el capitán Alberto Zapater, que sigue aquejado de unas molestias lumbares, ni tampoco Valentín Vada, aunque sí ha tenido el detalle de acceder a la zona mixta para fotografiarse con la chavalería y firmar algunas camisetas.

Por allí, por la zona mixta, se han dejado ver el director general, Raúl Sanllehí; el delegado, Alberto Belsué; y el expresidente Christian Lapetra. Todos ellos han presenciado, desde lo alto, un entrenamiento que ha arrancado con posesiones; ha proseguido con centros laterales y finalizaciones; y ha concluido con un partidillo que deja algunas conclusiones.

Aunque los equipos estaban mezclados, el de los de azul, el de los sin peto, guardaba la columna vertebral de lo que puede ser el Real Zaragoza del próximo domingo, en el primer partido del año ante el Mirandés.

La pareja de centrales estaba conformada por Jair Amador y un Lluís López que apunta a ser titular debido a la sanción de Francés. Por delante, Francho Serrano y Tomás Alarcón mezclaban en lo que puede ser el centro del campo de la segunda vuelta, ese doble pivote de futbolistas mixtos que tanto gusta a Escribá.

El partidillo, de aproximadamente 15 minutos de duración, acabó con derrota para los sin peto. Miguel Puche abrió el marcador muy pronto, pero Giuliano Simeone le dio la vuelta después con un doblete que, junto a las intervenciones de los porteros, fue lo más aclamado de la mañana.

Eso, claro, sin tener en cuenta el baño de masas final. Ese reparto de balones, peluches y demás material con el que se puso fin a la jornada de puertas abiertas.

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