REAL ZARAGOZA

El Real Zaragoza quiere liberar tres o cuatro fichas en la plantilla

A solo 15 días del mercado invernal, Raúl Sanllehí, director general, diseña cómo hacer hueco a los fichajes. Quinteros, Lasure y Petrovic, candidatos a salir del equipo.

Raúl Sanllehí, director general del Real Zaragoza, observa un entrenamiento del equipo desde las gradas de la Ciudad Deportiva.
Raúl Sanllehí, director general del Real Zaragoza, observa un entrenamiento del equipo desde las gradas de la Ciudad Deportiva.
Oliver Duch

Diciembre ya está en su cuenta atrás y, con él, tanto el año natural 2022, como la primera vuelta de la liga y la apertura del mercado invernal de fichajes y traspasos. En solo 15 días ya estarán levantadas las persianas de medio mundo para ejecutar las decenas de transacciones que los clubes, agentes y representantes están diseñando en segundo plano en las últimas fechas. Y el Real Zaragoza está activado en este movimiento global porque desea modificar determinados perfiles de su plantel.

Raúl Sanllehí, el director general, encabeza la estrategia. Necesita liberar al menos tres o cuatro fichas de la numerosa actual plantilla para abrir espacio a los refuerzos que requiere el nuevo cuerpo técnico para afrontar con mayores garantías de éxito la segunda mitad del torneo, que concluirá el último fin de semana de mayo (junio, quienes jueguen la promoción de ascenso). El central hispano-boliviano Jairo Quinteros, el lateral zurdo Daniel Lasure y el centrocampista serbio Radosav Petrovic son los tres jugadores con más opciones de salir del equipo de aquí al 31 de enero, cuando se vuelva a cerrar el mercado.

Quinteros, llegado al final de la ventana estival mediante las sinergias del grupo inversor procedente del Inter de Miami de Estados Unidos (lo preside Jorge Mas, que comparte su cargo con el Real Zaragoza), no ha llegado a debutar. Lasure solo jugó unos minutos en Tenerife y no va ni convocado desde hace mes y medio. Y Petrovic, con apariciones puntuales, ya debió marcharse en agosto, como se le comunicó y se negoció, pero no hubo acuerdo ni en su destino ni en las condiciones económicas, quedando todo pendiente justamente para esta nueva posibilidad de salida: enero. Por herencia de la vigencia de los contratos en más de una veintena de miembros del vestuario, plan que viene de la época de Lalo Arantegui y que se mezcló en el último año y medio con la gestión de Miguel Torrecilla al frente del área deportiva, los nuevos dueños de la entidad decidieron en el verano pasado apostar por la continuidad masiva de los futbolistas con compromisos contractuales activos.

Así, de las 25 fichas profesionales permitidas por La Liga, el Zaragoza tiene cubiertas 24. A ellas hay que añadir otros dos futbolistas con evidente vocación de primera plantilla, Mollejo y Rebollo, que fueron inscritos con dorsal del filial para ahorrar un dinero en concepto de licencia federativa (maniobra habitual de todos los clubes cuando los límites salariales se apuran al céntimo).

Sanllehí, el director general, aguarda estratégicamente a que la primera vuelta concluya en unas horas en Leganés para empezar a mover las turbinas de los despachos, aunque hace días que los primeros movimientos están dados en varios frentes. El equipo no ha cumplido en buena medida con las expectativas. En cuatro de los cinco meses de la competición ha vivido ubicado en el vagón de cola de la clasificación. Fue necesario despedir al entrenador elegido para abanderar el proyecto, Juan Carlos Carcedo, y al referido director deportivo, Torrecilla. En las últimas cinco semanas, con el sustituto Fran Escribá en el banquillo, el equipo ha reconducido en positivo sus malos pasos, frenando en seco la caída. Cualquier mejora pasa por matizar la plantilla. Y es necesario abrir espacio.

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