Jair abre el cofre de los goles de cabeza en el Real Zaragoza

Diecisiete jornadas, cuatro meses, le ha costado al Real Zaragoza lograr un gol de cabeza a la salida de una jugada de estrategia. Lo hizo el defensa central Jair Amador en Burgos la pasada semana. Y el mismo protagonista repitió acierto hace 48 horas en La Romareda frente al Ibiza. Este hecho eleva la importancia del caso, pues parece sugerir que no se trata de una casualidad. De repente, un equipo romo y sin destreza en los remates por alto a la salida de córneres o faltas, como ha venido siendo el actual Real Zaragoza desde agosto, ha sabido obtener importantes réditos del fútbol de estrategia mediate los testarazos de Jair.

C. Manso

No es asunto menor. Los goles de cabeza, los tantos que nacen de la pelota parada y de las jugadas ensayadas, siempre fueron armas de máxima importancia en las resoluciones de ligas, copas y demás torneos. Se trata de un recurso táctico con mucho peso específico en cualquier competición, en cualquier nivel de categoría. Y, por la singularidad en la composición de la plantilla de este año (ya viene heredado el problema de tiempo atrás, ciertamente) y también por el modo de jugar, el Real Zaragoza del ya destituido Juan Carlos Carcedo no marcó ni uno solo con este patrón.

Además de pocos, muy pocos goles, el equipo zaragocista del primer trimestre solo supo anotar con el pie y con mucho sufrimiento, por inanición. Jair, con este doblete enlazado en dos partidos consecutivos, ha cambiado el modo de evaluar este asunto.

La nulidad de remate por alto que ha evidenciado el Real Zaragoza desde el 13 de agosto hasta el 27 de noviembre, de repente, ha notado un alivio con los dos testarazos exitosos del zaguero luso-caboverdiano. Era una de esas máculas a las que siempre se aludía en los análisis de los partidos del Real Zaragoza, durante los primeros 16 del curso vigente. Y ahora, en solo una semana, alguien ya ha conseguido una vía de solución para que el equipo zaragocista sea capaz de obtener goles ganadores, que den puntos, por este mecanismo atacante.

Escribá ya avisó de su criterio

Nada más tomar las riendas del Real Zaragoza, Fran Escribá ya avisó de su criterio al respecto y, paralelamente, presumió de ser un buen tutor de equipos que sacan provecho a esta faceta táctica.

«Sin duda, a mí me ha ido bien siempre, en general, en este juego de estrategia. Y le doy mucha importancia porque la estadística lo dice: el 30 o 40 por ciento de los goles vienen a balón parado. Así que hay que mejorar mucho en ese aspecto. Se pueden ganar muchos partidos con goles de esta factura en esta categoría. Es fundamental y estamos trabajando sobre esto», advirtió en la previa de su estreno liguero con el cuadro zaragocista ante el Málaga. Ese día nada cambió y el Zaragoza siguió ciego e inoperante en las faltas y córneres. Pero una semana después, la pasada, en Burgos, Jair ya empezó a poner en valor las palabras de Escribá.

La repetición de Jair frente al Ibiza es un empujón anímico para todo el equipo. Todos están viendo que son capaces de lograr goles y puntos de este modo tan sencillo y antiguo en las lides futbolísticas.

El cabezazo de Jair en Burgos fue el 0-1, el gol que abría un marcador y un juego cerrado a más no poder. Desatascó un día obtuso y estuvo a segundos de ayudar a ganar, pues los burgaleses anotaron el 2-2 ya fuera de tiempo. Y el tanto similar de anteayer en la portería del Ibiza fue también el primero del equipo zaragocista, en este caso el 1-1 pues los baleares ganaban desde mucho tiempo antes. Un modo de desembozar el colapso atacante que mostraba el equipo con el balón en combinación y juego corrido. Y, según acabó todo, el paso previo imprescindible para ganar el partido una vez llegó el 2-1 en el minuto 91.

En Burgos, el cabezazo goleador de Jair remató una falta lateral centrada por Bermejo. Anteayer ante el Ibiza, culminó un centro en segunda instancia de Vada tras un córner. Escribá, en este vital asunto estratégico, empieza a cumplir su palabra.