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Escribá, ante la semana que puede cambiar la tendencia del Real Zaragoza

El Albacete, mañana en campo manchego, y el Huesca, el sábado en La Romareda, completan una trilogía de partidos en siete días que comenzó con éxito ante el Ibiza.

Escribá charla con los futbolistas del Real Zaragoza antes de empezar el entrenamiento.
Escribá charla con los futbolistas del Real Zaragoza antes de empezar el entrenamiento.
Francisco Jiménez

Quizá este sea el momento de dar el golpe de timón que todo el zaragocismo espera desde que hace cuatro meses empezó la liga 22-23. El Real Zaragoza está inmerso en otra oleada de partidos, como ya ha habido antes varias, a consecuencia de que estamos ante una nueva jornada intersemanal, en pleno puente de la Constitución y la Inmaculada. Por ello, en una horquilla de solo siete días naturales, hay tres partidos señalados en el calendario inmediato.

De cómo salga el Real Zaragoza cargado en puntos en este breve pero sustancial tramo de liga puede tener a mano una reconducción de su tendencia, hasta ahora más llena de errores y defectos que de aciertos y rentas positivas. Son nueve puntos que se van a jugar en un arrebato, en un torbellino de pocas horas. Y de salir bien parado, el equipo zaragocista está en disposición de modificar su rumbo de forma positiva.

El primero de estos duelos, hace 48 horas, el sábado, supuso empezar con éxito el reto. La victoria épica ante el Ibiza por 2-1 abre esta trilogía de principios de diciembre con tres puntos balsámicos que alivian sobremanera los apuros, nervios y dudas que han venido azotando la vida del Real Zaragoza en el último mes, siempre asomados a las plazas del descenso, las cuatro últimas de la clasificación. Y, por propia naturaleza de las cosas, abre la posibilidad de encadenar triunfos en una buena cantidad, lo que, sabido es, se trata del único modo de huir de problemas cuando una liga se tuerce para un equipo.

Fran Escribá, cuya presencia en el Real Zaragoza viene derivada de estos preámbulos defectuosos pues tuvo que venir a sustituir al despedido Juan Carlos Carcedo hace 28 días, ha sostenido desde su aterrizaje en el vestuario que aún queda mucha liga para obrar la ansiada reacción. Para que esa tesis no se quede en agua de borrajas, el técnico valenciano necesita, sin demasiada demora, dar forma a sus proyectos teóricos, transformarlos en hechos.

Por esto, Albacete y Huesca, los dos próximos adversarios que aguardan en solo cinco días, son dos estaciones que alcanzan hoy el grado de cruciales para definir qué ruta va a transitar el Real Zaragoza de Escribá a corto y medio plazo. Todo lo que se acercarse a la suma de los nueve puntos de esta densa semana (los tres primeros ya están escriturados al tumbar al Ibiza) será sinónimo de acierto en la previsión y, lo más importante, se empezará a notar en la clasificación.

Quizá sea el momento porque, realmente, hasta ahora no lo ha habido. El triunfo de las últimas horas ante los ibicencos, en la jornada 18ª, viene a resultar que es solo la quinta victoria del Real Zaragoza en este curso. Un bagaje escasísimo, un termómetro que denuncia las deficiencias que ha sufrido el grupo que armó el también destituido director deportivo, Miguel Torrecilla el pasado verano.

Como la liga ya está en el esprint final de la primera vuelta y con enero empezará la cuenta hacia atrás del campeonato, Escribá y la plantilla zaragocista afrontan uno de esos momentos únicos que surgen en un torneo largo para reparar los malos pasos precedentes. Albacete, mañana. Y el Huesca, el sábado. Ahí están las encomiendas. El tiempo vuela y los trenes no pasan dos veces el mismo día. Tal vez sea un ahora o nunca.

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