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Gueye asoma la cabeza

En su estreno en la titularidad, el senegalés ofreció frente al Villarreal B los primeros destellos del tipo de delantero que puede ser. La lesión de Azón le concederá nuevas oportunidades. 

Pape Gueye remata de cabeza en el partido contra el Villarreal B
Pape Gueye remata de cabeza en el partido contra el Villarreal B
José Miguel Marco

La figura de Pape Makhtar Gueye se elevó en la delantera del Real Zaragoza en el partido contra el Villarreal en lo que fue su primera titularidad después de mes y medio en el frigorífico de Carcedo, completando así un periodo de adaptación que ha tenido que ver más con la asimilación de ciertos conceptos del fútbol del equipo que con la puesta a punto de su estado físico. Al final, al senegalés le ha llegado el momento. Apareció en los papeles principales del entrenador justo en el intermedio entre la sanción de Giuliano Simeone y la lesión de Iván Azón, baja, esta última, que le abre al senegalés un horizonte de oportunidad en los próximos partidos. Gueye, una vez le ha quitado el precinto a su titularidad, emerge como potencial protagonista en la delantera del Real Zaragoza del próximo mes muy por encima de la función residual que había venido desempeñando.

Su partido contra el Villarreal lo confirmó como un delantero de naturaleza muy concreta, pero muy aprovechable si se le entiende y se le potencia. Su encuentro dejó pinceladas muy interesantes. No deslumbró ni marcó gol, pero sí convenció con buenas sensaciones.

Gueye reactivó la vida en el área del Real Zaragoza. Después de cuatro partidos de continua desconexión en las zonas de remate, el delantero centro del equipo volvió a intimidar. El senegalés protagonizó el segundo partido de la temporada en el que el ‘9’ más toques de balón registró (8) dentro del área, solo superados por los 9 de Simeone contra la Ponferradina. Desde la derrota contra el Mirandés, este aspecto del juego -tan revelador del rendimiento ofensivo- había sufrido una preocupante recesión. En Anduva, Simeone fue la referencia y tocó 7 balones. Frente al Éibar, el delantero centro fue Azón y solo contactó 1. Contra el Oviedo, el canterano firmó sociedad con Simeone, pero entre ambos apenas superaron la presencia de Gueye en el área contra el Villarreal: Azón tocó 4 balones y Simeone, 5. Y en El Sardinero, Azón volvió a ejercer de punta único y solo certificó 1.

Ante todo, Gueye ensanchó la presencia del Zaragoza en el área. Contra el Villarreal B, consumó tan solo dos remates en esa zona -además del gol anulado-, pero se convirtió en referencia definida del ataque dentro de ella. El senegalés se manifestó como un delantero muy específico de área, un rematador puro, ganador de duelos y con capacidad para atraer las defensas rivales. Hubo dos acciones que lo explican bien. Por un lado, el gol anulado al salir fuera de fondo el balón previo al pase de Puche. Gueye marcó a la perfección los tiempos del remate y definió de modo imponente con un cabezazo cruzado. Después, pegó otro cabezazo aún más violento que se estrelló en la palo. Fue evidente que el senegalés es una herramienta poderosa en el juego aéreo. En esos duelos, ganó 3 de 5, lo que le permitió también en ser un recurso nuevo a la hora de desaguar la presión del rival en situaciones de acoso: Cristian Álvarez, por ejemplo, contactó tres veces con él. Gueye, en este sentido, permitió al Zaragoza salir de su campo y asentarse en el rival.

Real Zaragoza-Villarreal B
Real Zaragoza-Villarreal B
Toni Galán

El senegalés es el tipo de delantero que condiciona el juego de su equipo y genera ciertas tentaciones de simplificar las cosas para llegar a él, pero que también condiciona al rival. Su poderío físico y sus condiciones imantan a centrales, genera espacios a los compañeros y obliga a  vigilancias continuas. Luego, está su fortaleza en los duelos. Otros delanteros de características distintas pero complementarias, como Simeone, puede beneficiarse en gran medida de un atacante como Gueye.

Esa es la cuestión. Que Carcedo le habilite los mecanismos y espacios ideales para que las mezclas funcionen. Gueye emerge así como un arma poderosa y diferencial si se emplea bien. Es un jugador con limitaciones. Decrece cuando entra en contacto con el balón desde el pie o conforme se aleja del área, aunque sabe moverse sin la pelota. Pero todo eso el protagonista lo conoce: Gueye sabe lo que puede y lo que no puede hacer, dónde es un atacante débil y dónde es fuerte. Y ese el primer paso para ser competitivo.

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