Francho no jugó este sábado ante el Villarreal B porque está lesionado, con un problema muscular en el muslo derecho. Jair tampoco fue alineado por Juan Carlos Carcedo porque durante las 48 horas previas estuvo inmóvil a causa de una fuerte contusión en un muslo (vulgo, 'bocadillo') que le impidió entrenar. Ambos jugadores estuvieron en el banquillo del Real Zaragoza, convocados y vestidos de corto en el duelo ante los castellonenses, pero era imposible que jugasen un solo minuto. 

Singularmente, de ninguno de los dos el club ha emitido el que, hasta hace pocos meses, fue habitual parte médico oficial. Tampoco lo hizo la semana pasada sobre el caso de lesión del boliviano Jairo Quinteros (central, fichaje de este verano, aún inédito como zaragocista), del que el entrenador habló de "molestias físicas en la zona de los aductores" en una rueda de prensa que lo han dejado aparcado en la enfermería ya en los últimos cuatro partidos. En este asunto de Quinteros, llama la atención que sigue sin estar entre los citados y, ante los villarrealenses, vio el choque desde el palco, en compañía del también lastimado Eugeni y del sancionado Simeone. 

No hay parte médico pero en el vídeo de celebración del gol de Zapater ante el Villarreal B, el 2-1 ganador logrado en tiempo de aumento y que ha sido publicado por el club en sus redes sociales, se desvela la ostensible cojera de Francho, el vendaje aparatoso que porta en el muslo derecho y los gestos de dolor del centrocampista aragonés en la refleja algarabía masiva de los zaragocistas en la banda e, incluso, entrando en el campo cuando llegó ese tanto crucial.

Francho salió con todos los demás (Jair fue el único que se moderó, impedido en buena medida por la situación de su pierna dañada) a cantar el gol de Zapater y, en un buen tramo de ese vídeo, se observa como se mueve muy renqueante y con gesto torcido por el dolor que le produce pisar con la extremidad lesionada. Cuando, institivamente, Nieto lo agarra por detrás para mostrar su satisfacción por el triunfo, Francho se queja porque su pierna no está bien. La venda blanca que cubre todo su muslo le sobresale incluso por debajo del pantalón corto con su dorsal 14. 

Todos estos casos, que han confluido en el tiempo en esta misma semana y media en la que se han jugado hasta cuatro partidos de liga, dejan en evidencia lo que ya ha sucedido en casos menores desde la pretemporada: el club ha variado de manera radical su política de comunicación en el apartado médico y los lesionados, salvo casos muy evidentes (como el de Azón, que cayó durante el partido ante el Villarreal B con una rotura muscular a ojos de todo el mundo), se mantienen en la medida de lo posible al margen de la información pública. 

Esta política está favorecida por el hecho, heredado del fútbol de pandemia, de que las convocatorias tengan un límite de hasta 23 jugadores en cada partido. Ahí pueden estar citados y sentados en el banquillo, como sucede, dos porteros suplentes y más de dos o tres jugadores que, por problemas físicos, no tienen opciones de jugar. Una estrategia singular que, en estas dos últimas semanas, ha manejado el Real Zaragoza y que, a través de un vídeo propio, ha sido desvelada de rebote para cualquier buen observador.

De estos tres futbolistas convalecientes de dispares problemas físicos, el que tiene más rápida recuperación en ciernes es Jair, que seguramente podrá alinearse el viernes en Granada de no surgir contratiempos. Por otro lado, vista la cojera de Francho en las imágenes, parece que su daño es mayor y, por ello, el adelanto del partido en Los Cármenes al viernes es un dato que complica su recuperación. Lo de Quinteros, estando en la grada hace unas pocas horas, también parece ir para más fechas. 

Y, además de este trío del que se desconoce su mal, ahora se suma la figura de Iván Azón, del que probablemente sí se emitirá parte médico explicativo de la causa que lo va a dejar de baja varias semanas.