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Real Zaragoza: banquillos de mecha rápida

Juan Carlos Carcedo agota su crédito con la misma rapidez que varios de sus antecesores en el cargo, como Milla, idiákez o Baraja. Solo Natxo González y Jim resistieron a un comienzo de liga de números semejantes. 

Entrenamiento del Real Zaragoza
Entrenamiento del Real Zaragoza
Toni Galan

El precipicio al que se asoma ya Carcedo después del pobre y decepcionante arranque de temporada de su equipo es un vacío hacia el abismo de sobra conocido en la vida y obra de los entrenadores del Real Zaragoza de la última década. En este ciclo en Segunda, desde marzo de 2014 con la destitución de Paco Herrera, el club ha despedido a nueve de los quince entrenadores que ha contratado o puesto en el cargo.

Juan Carlos Carcedo comparte con varios de ellos las dificultades derivadas de una deficiente entrada en la temporada. Sus 10 puntos en 9 jornadas se ubican ya entre los peores comienzos de liga del Zaragoza en su actual etapa en la categoría y lo alinean con los números expuestos por técnicos de desigual fortuna ante un veloz agotamiento del crédito, como Luis Milla, Natxo González, Imanol Idiakez, Rubén Baraja y Juan Ignacio Martínez. Solo Natxo y Jim sobrevivieron a esta zozobra prematura.

Carcedo se aproxima, ya con su papel censurado por la grada, a una frontera que no cruzaron Milla, Idiákez y Baraja: la jornada 11. El turolense, después de nueve partidos, sumaba 12 puntos, aunque el equipo era octavo. Una derrota contra el Elche y una empate en Valladolid le costaron el puesto dos jornadas más tarde. El Zaragoza le puso el finiquito sobre la mesa en otoño del curso 16-17 después de seis jornadas sin conocer la victoria (tres empates y tres derrotas) en una dinámica de solo una victoria en ocho partidos.

En 2018, Idiákez cayó una jornada antes, en la décima. En la novena, computaba los mismos puntos que el Zaragoza de Carcedo, 10, con la misma distribución: dos victorias, cuatro empates y tres derrotas, y con el equipo 14º. A la semana siguiente, un empate en La Romareda contra el Tenerife lo desalojó del banquillo, después de seis jornadas sin ganar (tres empates y tres derrotas) y solo dos victorias en 10 jornadas.

También Rubén Baraja recibió el despido en 2020 después de sus diez primeros partidos, en los que solo ganó en el campo uno (otro más en los despachos por la alineación indebida del Alcorcón). Baraja se fue a la calle después de siete partidos sin vencer (tres empates y cuatro derrotas). En la jornada 9, su Zaragoza también presentaba 10 puntos (8 sin el cobro extraordinario de Alcorcón), como Carcedo. En aquel inicio de liga condicionado por la pandemia del covid (el Zaragoza jugó dos meses dos partidos a la semana), una derrota en Tenerife le costó el puesto a Baraja.

El peor comienzo de todos lo firmó el pasado año Jim. En la novena jornada, el Zaragoza solo tenía nueve puntos y solo había ganado un partido. Pisaba zona de descenso. Pero Jim sobrevivió a eso y a mucho más: estuvo nueve jornadas sin ganar. Fueron nueve empates. Le salvó el crédito de la temporada anterior, ciertas buenas sensaciones emitidas entonces por el equipo, el momento de la campaña y que el equipo no ganaba pero tampoco perdía. Aquella racha se rompió con tres victorias consecutivas. Jim aún escaparía al inicio de la segunda vuelta a otra dinámica demoledora: ocho partidos sin vencer (4 empates y 4 derrotas).

Al igual que a Jim en otoño, a Natxo González le sostuvieron en 2017 en el puesto dos factores: la buena imagen del equipo en varios partidos y la confianza de Lalo Arantegui en su método táctico a largo plazo. El Zaragoza de Natxo era 10º con 12 puntos en la novena jornada (tres victorias, tres empates y tres derrotas). Aguantó el temblor también justo antes de Navidad, cuando quedó a tres puntos del descenso y a finales de enero, con una victoria agónica contra el Córdoba que de no llegar quizá le hubiera costado el puesto. Pero el Zaragoza tomó un impulso extraordinario. Reaccionó de forma sólida y sostenida hasta acabar tercero. Natxo es la excepción: el único año en que se apostó por la continuidad del técnico en tiempos de crisis y el Zaragoza levantó el vuelo de verdad, pues, con Jim, a duras penas le permitió para ir tirando.

El historial de destituciones en el Real Zaragoza reciente lo completan Paco Herrera, Víctor Muñoz, Ranko Popovic y los efímeros Lucas Alcaraz e Iván Martínez y sirve como síntesis de la inestabilidad del puesto, un cargo por el que también pasaron Lluís Carreras, César Láinez y Víctor Fernández. Ellos dejaron el Zaragoza de modo voluntario, como Natxo o Víctor Fernández desestimando continuar; al finalizar su compromiso, como Carreras tras la debacle de Palamós; tras no ser renovado, como Jim; o al concluir su función provisional, como Láinez.

Ahora, Carcedo se enfrenta a las tensiones naturales de un entrenador que no gana partidos y, encima, no los gana en Zaragoza. De momento, ya camina por la cornisa que separa el despido de una nueva oportunidad.

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