REAL ZARAGOZA

Seis días excelentes que fortalecen al zaragocismo

Las dos victorias enlazadas en Ponferrada y ante el Sporting aportan seis puntos que acercan al equipo a la zona de privilegio. El sábado próximo, el Real Zaragoza visita al colista Mirandés.

Alegría del equipo zaragocista tras derrotar anteanoche al Sporting de Gijón en La Romareda.
Alegría del equipo zaragocista tras derrotar anteanoche al Sporting de Gijón en La Romareda.
Toni Galán

Los códigos internos del fútbol han modificado para bien el sentir del zaragocismo en algo menos de una semana. No hay como ganar para que los miedos, dudas y debates generalistas afilados sobre un equipo que no funciona se disuelvan progresivamente hasta desaparecer si esos triunfos se hacen rutina. El brillante 1-2 obtenido por el Real Zaragoza en el campo de la Ponferradina y el sufrido y merecido 1-0 logrado anteayer en La Romareda frente al Sporting de Gijón hacen ver el presente de un modo radicalmente distinto a la óptica que predominaba antes de partir hacia El Bierzo.

Esta reacción ha sido súbita. En solo seis días naturales. El zaragocismo se ha fortalecido como una piña a través de los marcadores favorables, fruto de la aparición de algunos detalles de solvencia novedosos dentro del grupo que dirige Juan Carlos Carcedo y que, en las primeras cuatro jornadas, no emergieron con la suficiente fuerza como para ganar a Las Palmas, Levante, Cartagena o Lugo.

De hecho, desde esta posición agradable del momento actual, es necesario recordar que aquel Zaragoza que viajó a Ponferrada para empezar la jornada 5, en el preciso instante de comenzar el duelo en El Toralín en la tarde del domingo 11, era el colista de Segunda de manera puntual tras los marcadores acontecidos antes.

No era una broma semejante punto de partida. Al contrario. Viniendo de donde viene el Real Zaragoza en las dos últimas campañas, urgía huir de ahí cuanto antes. No haber ganado en tierras leonesas era sinónimo de mar de fondo, con progresión a mar rizada, en los alrededores de La Romareda. Por eso mismo tiene un alto mérito lo conseguido por Carcedo y sus muchachos en estos seis días. Transmite fuerza grupal. Es indicativo de que en esa caseta hay valores de compromiso, creencia en lo que se viene trabajando desde julio y sintonía global.

Es de justicia loar el talante del equipo que dirige Carcedo en esta fase primigenia de la temporada, donde en los dos años anteriores los ‘zaragozas’ precedentes se arrugaron hasta quedar malparados en circunstancias bastante parecidas. De aplauso sonoro es el episodio de Ponferrada, donde fueron capaces de sacar la cabeza del aturdimiento. Y esa ovación del zaragocismo, que ellos mismos escucharon sobre el césped del estadio municipal, la han recibido ya redondeando su impulso positivo con un buen partido ante los de Gijón en el que, además de a su rival, tuvieron que sortear un arbitraje calamitoso de De la Fuente Ramos.

Miranda, el colista y el salto a la cabeza

De la peligrosa tesitura en la que se atascó el Real Zaragoza de Carcedo con sus dos derrotas en Cartagena (1-0) y contra el Lugo (1-2), que devaluaron a calderilla los primeros dos empates del curso, sendos 0-0 en Las Palmas y con el Levante en casa, habla la clasificación de hoy mismo. Los blanquillos, pese a este doble respingo victorioso en su semana grande, no han atravesado todavía la línea de la media tabla hacia arriba. Están aún en el segundo vagón. Se habían quedado demasiado atrás con un parcial de dos de 12 en el arranque liguero que, ahora, requiere de un tiempo prudencial para ser reparado paso a paso.

El doblete de victorias en seis días ha cambiado por completo las coordenadas de navegación en la liga del Zaragoza de Carcedo. El equipo, en el plano colectivo, se ha demostrado a sí mismo que es capaz de gobernar los partidos hasta llevárselos puestos. Y, simultáneamente, se han percibido señales de crecimiento individual en varios jugadores que han ilusionado a la afición y han cargado de iones positivos al propio vestuario.

Giuliano Simeone es el estandarte de estos pasos adelante que tanto requiere el Real Zaragoza de Carcedo. Sus goles, su juego vertical, su carisma... También Mollejo se unió anteanoche a su rebufo, con un gol ganador, de categoría. El gol es la tarea pendiente. Con solo cuatro tantos en seis partidos, la producción está en las deficientes pautas de los dos años previos.

Grau ha levantado el brazo asumiendo galones. Molina emergió ante el Sporting con mejores prestaciones que en sus primeros pasos. Se aguardan con ansias otras eclosiones que peguen al ojo del observador. Unas cuantas.

Mientras tanto, el sábado próximo el Real Zaragoza jugará en Anduva ante el Mirandés. Los burgaleses son los colistas a estas alturas. Cosechar una tercera victoria seguida en solo 14 días es un objetivo tan sugerente como posible. Así sí que los de Carcedo darían el salto firme hacia la zona de privilegio de la tabla. Desde los buenos resultados se crece más y mejor. Así se percibe a estas horas.

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