FÚTBOL

El Real Zaragoza consigue ante el Sporting su segunda victoria consecutiva

Mollejo se estrenó como goleador para firmar el 1-0 definitivo en una noche marcada por la falta de puntería y, sobre todo, la perniciosa actuación de De la Fuente Ramos.

El Real Zaragoza saboreó por fin la victoria en La Romareda en la jornada 6 de esta liga 22-23, un ajustado 1-0 frente al Sporting de Gijón que le permite dar un salto importante en la clasificación y disolver las dudas propias de su mal inicio de campaña en agosto.

La primera parte estuvo marcada por dos factores claves. Uno, propio, la falta de gol del equipo zaragocista, algo ya asumido hace días. El otro, de origen exógeno, el arbitraje de Oliver de la Fuente Ramos, el vallisoletano apodado ‘el Mozart del arbitraje’ por su precocidad en llegar al profesionalismo, a los 20 años, y que por enésima vez en su errática trayectoria perjudicó gravemente al Real Zaragoza en su ya largo periplo por la Segunda División (tiene ahora ya 30 y el arroz se le está pasando hace días por su mala praxis). En el juego, los aragoneses fueron muy superiores a los gijoneses hasta el descanso y debieron abrir brecha en el marcador, con un 2-0 o incluso un 3-0, pues ocasiones tuvieron para ello. Pero ante el marco contrario son almas de la caridad y de la misericordia con los rivales. 

El colegiado De la Fuente Ramos perdonó una expulsión a Insua flagrante, por un entradón salvaje a Fuentes en el minuto 34 que lo derribó en carrera tras ir al bulto, sin balón a su alcance. Y repitió en el tiempo de aumento al no querer ver una patada en la cara de Izquierdoz a Simeone cuando este se iba solo hacia portería. Ni falta pitó. ¿Y Moreno Aragón en el VAR, qué hacía? Nada de nada. El jefe de los árbitros, Medina Cantalejo, debería pedir después de lo acontecido en Zaragoza la disolución del videoarbitraje, que tan poco le gusta al andaluz. Fue terrible este doble palo al equipo blanquillo desde el flanco arbitral. Eran dos tarjetas rojas como la Giralda, estimado Cantalejo. Y más grandes que el Campo Grande de Valladolid, De la Fuente. Este colegiado castellano está ya por sus conductas habituales con el Real Zaragoza en el rango de obsesiones que ostentaron en su momento el granadino López Amaya o el gallego Eiriz Mata. Su presencia es siempre sinónimo de escándalo y menoscabo. Y eso no es bueno para el fútbol español.

La hondura de este problema con el árbitro dejó un tanto en segundo plano el remate al larguero de Molina en el minuto 7; y el chut de Gámez en el 9, después de penetrar hasta el palo, que Mariño sacó con el pie en parada de balonmano; y el mano a mano de Simeone en el 14 que remató cruzado, raso, por muy poco. El Zaragoza salió efervescente, pero le faltó puntería. Lo de siempre. Después de un breve tramo de reacción astur, en el que Gragera remató de cabeza una falta lateral en el 22 que detuvo Cristian Álvarez y en el que Djurdjevic no pudo acabar en gol en el segundo palo una peinada de Zarfino en el 23, los de Carcedo volvieron al abordaje sin tino en la suerte suprema del gol.

Bermejo firmó dos disparos con buena pinta, en el 30 y el 36, pero uno lo echó a córner el talón de un defensor y el otro lo rechazó Mariño junto al palo izquierdo en parada de mérito. Trufadas entre esta batería de oportunidades nítidas de gol de los blanquillos, las referidas pifias arbitrales de De la Fuente mantuvieron vivo a un deficiente Sporting de Abelardo, que no tuvo el balón casi nunca y dejó un poso de incapacidad bastante evidente. De no ser por el árbitro y por la escasa destreza atacante ante los tres palos del Zaragoza, el marcador hubiera quedado decantado a favor de los de Carcedo en el ecuador del choque.

Así que, un día más en la oficina, todo quedó pendiente de lo que los vientos trajesen en la segunda parte, una nebulosa a descifrar sobre la marcha, que se inició sin cambios nominales en ninguno de los dos equipos. La rabia acumulada por los blanquillos camino de vestuarios, con el delegado, Belsué, evitando males mayores alejando a los zaragocistas del juez sibilino, emergió como fortaleza grupal desde el inicio mismo del segundo tiempo. Y en cinco minutos el Zaragoza ya ganaba 1-0. Por fin alguien vio portería. Fue Mollejo, que se estrenó con un gran tanto, mano a mano tras un balón peinado por Bermejo, superando por bajo a Mariño con la zurda, en el 50. Solo que, para que todo siguiera en las coordenadas de De la Fuente, este lo anuló de entrada. El joven, ya menos joven, vio lo que no era, o sea, un fuera de juego sacado de la manga. Ahí, el VAR no tuvo otra que rectificarle. Y Moreno Aragón, quizá a su pesar, le instó a darlo por válido. De repente, el Sporting salió de su trinchera. Había rival, parece ser.

Los zaragocistas perdieron el balón por primera vez y se echaron atrás un rato. Era cuestión de jugar al contragolpe, como en la buena tarde pasada en Ponferrada. Y así surgió uno de libro, bien llevado por Vada en el 58, con un pase final de nuevo a un inspirado Mollejo que, esta vez, chuto alto con todo a favor, en carrera. Los norteños anduvieron cerca del 1-1 en el minuto 59 y en el 60. Djurdjevic erró un mano a mano, tras mal despeje previo de Jair, rematando cruzado; y Fuentes casi se hizo un autogol a continuación tras un centro cerrado de Aitor García. Los fantasmas del día del Lugo se olisquearon. El gato escaldado… A todo esto, De la Fuente seguía en modo provocación, yendo a buscar a la zona de animación local una botella tras la publicidad para gestar una sanción inevitable y poner en marcha la megafonía con todos los ojos puestos en su figura amarilla fosforito. Cómo le gustan los focos y el barrillo. Eso sí, otro manotazo intencionado de Izquierdoz a Simeone en el 69, eso no lo vio de nuevo. Observación selectiva es su método en La Romareda.

Abelardo movió el banquillo en abundancia. Cambió todo el ataque y lo reforzó con una pieza más. Y, listo él, retiró al indultado Insua previendo problemas de seguir más tiempo sobre el césped. A falta de 20 minutos, con el Zaragoza demasiado aculado y sufriendo, Carcedo hizo un triple movimiento con marcado tinte defensivo. Desmanteló la media punta completa y metió músculo y oxígeno con Puche, Francho y Larrazabal. El plan era sujetar el 1-0 con uñas y dientes.

Gragera, una bomba por alto en cada balón parado en la zaga local, falló el empate en el 81 a la salida de una falta lejana. Por arriba sufrieron Jair y Lluís López… junto con los demás. Replicó enseguida el Zaragoza espoleado por la reaparición postrera de Azón, relevo del agotado Simeone a falta de menos de 10 minutos. Larrazabal pudo matar al Sporting en el 83 pero su disparo en el área lo rechazó Mariño con el pie. Era un ir y venir constante, algo clásico ya en el neofútbol de los diez cambios y el alboroto final de los entrenadores. Todo podía pasar, sin aludir a Perogrullo.

De la Fuente decretó 8 minutos de aumentó (no se perdió tanto en la segunda mitad) y corrió los 60 metros lisos para, roja en mano, expulsar a Sebastián Corona, el segundo de Carcedo, por aludir a semejante decisión perniciosa para el Zaragoza. El Mozart, genio hasta el último suspiro de la noche. Esa prórroga se jugó entre millones de nervios, con miedos y un ruido ensordecedor en La Romareda. La aficion explotó de alegría cuando el duelo se acabó. Es la primera victoria del curso en casa y en engarce de dos seguidas en 6 días que han sacado al equipo de la zona baja de la tabla y lo ubican en sintonía adecuada para pensar en que es posible pisar terrenos mejores en breve tiempo.

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Lluís López, Jair, Fuentes; Grau, Molina (Petrovic, 89); Bermejo (Puche, 76), Vada (Larrazabal, 76), Mollejo (Francho, 76); y Simeone (Azón, 82).

Sporting de Gijón: Mariño; Rosas, Izquierdoz, Insua (Bamba, 71), Diego Sánchez; Gragera, Zarfino (Cristo, 71); Otero, Pedro Díaz, Aitor García (Queipo, 65); y Djurdjevic (Milovanovic, 65).

Árbitro: De la Fuente Ramos (Comité Castellano-Leonés). Amonestó a Insua (34), Pedro Díaz (68), Gámez (81), Rosas (95), Cristo (98) y Lluís López (98). Expulsó al segundo técnico zaragocista, Sebastián Corona (90) por protestar el aumento exagerado: 8 minutos.

Goles: 1-0, min. 50: Mollejo.

Incidencias: Noche muy agradable en Zaragoza, con 24 grados tras un día soleado. El césped del estadio municipal presentó un buen aspecto. En las gradas hubo alrededor de 21.500 espectadores.

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Partido Real Zaragoza - Sporting de Gijón, en directo
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