El Real Zaragoza cerró este jueves su deuda con el erario, tras abonar los prácticamente 5 millones de euros que le restaban por satisfacer del débito privilegiado que mantenía con Hacienda desde que se firmó el convenio singular en el mes de junio de 2015. 

Solo quedan pendientes algunas pequeñas cantidades de deuda ordinaria y subordinada. Las inyecciones económicas efectuadas por la nueva propiedad, como anunció en su momento Jorge Mas, presidente del club aragonés, han permitido que ayer se satisficiera toda la deuda privilegiada con la Agencia Tributaria. Tanto el empresario estadounidense como su director general, Raúl Sanllehí, ya habían anticipado su intención de reducir parte de la deuda con las más recientes aportaciones de capital líquido a la Sociedad Anónima Deportiva (SAD).

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De esta forma se cumple uno de los anuncios realizados este verano por los accionistas actuales, y por primera vez en muchas décadas el club aragonés está al corriente en estas obligaciones. Cuando accedieron a la propiedad del Real Zaragoza los anteriores accionistas, encabezados por las familias Alierta y De Yarza, la SAD aragonesa mantenía una deuda con Hacienda que rondaba los 33 millones de euros. Después de una ardua y compleja negociación con Hacienda, el club consiguió firmar un convenio singular que en ningún caso supuso ningún trato especial para los zaragocistas, en particular respecto a algunos clubes que tuvieron que negociar situaciones similares con haciendas forales.

Desde 2014 hasta hoy, la entidad deportiva ha realizado un importante esfuerzo en este sentido, cumpliendo con plazos y pagos, hasta situarse en una posición casi desconocida en relación a Hacienda, incluso desde antes de que el club se convirtiera en SAD. La llamada deuda histórica del Real Zaragoza con la Agencia Tributaria arranca desde que se inició el último plan de saneamiento. De hecho, Agapito Iglesias, como accionista mayoritario, y Eduardo Bandrés, como presidente del Real Zaragoza, ya reconocieron deudas anteriores con Hacienda por valor de 35 millones de euros; cantidades que provenían de distintos temas judicializados que mantenía el club con la Agencia Tributaria.

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Estos litigios que estaban a puntos de llegar a última instancia judicial, al Tribunal Supremo, tenían origen en los diferentes criterios mantenidos por el club y por el erario acerca de pagos efectuados a jugadores en la plantilla aragonesa. La raíz de este problema era el distingo entre pagos de salario o pagos por derechos de imagen. Una vez saldada la deuda con Hacienda, los  principales ejecutivos de la entidad esperan que esta medida permita ampliar el techo de gasto en la plantilla.