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Tarde de gimnasio, con una breve fase final de carrera explosiva en el exterior

El Real Zaragoza, tras suspender Carcedo el entrenamiento ordinario de las 19.00 en el campo de fútbol de Boltaña por el tremendo calor en un día de 41 grados, sustituyó su tarea por un plan alternativo más llevadero.

Vaquero y Luna, los jóvenes de la cantera, con los demás compañeros detrás, en el entrenamiento sustutivo de esta tarde de sábado a causa del fuerte calor que ha aconsejado no ir al campo de fútbol de Boltaña.
Vaquero y Luna, los jóvenes de la cantera, con los demás compañeros detrás, en el entrenamiento sustutivo de esta tarde de sábado a causa del fuerte calor que ha aconsejado no ir al campo de fútbol de Boltaña.
Tino Gil/Real Zaragoza

El gimnasio del hotel acogió de forma extraordinaria en la tarde de este sábado el entrenamiento del Real Zaragoza, una vez suspendida la sesión ordinaria prevista en el campo de fútbol de Villaboya a causa del fuerte calor (41 grados llegaron a marcar los termómetros a las 3 de la tarde) que sufre la zona de Boltaña hace varios días. Al menos, en una buena parte de la hora y pocos minutos que los futbolistas se ejercitaron a partir de las 19.00. 

Porque al final de cada dosis de trabajo, de manera individualizada, los jugadores salieron brevemente al exterior, en la zona trasera del complejo hostelero del Monasterio, para concluir sus esfuerzos con unas series de carrera explosiva. Era el complemento adecuado a esta tarea específica, aunque significara ponerse unos minutos de nuevo a la intemperie. 

Jair, en su fase de carrera explosiva al final de la tarde junto al hotel, ante la medición de parámetros de Mikel Insausti y Javi Suárez.
Jair, en su fase de carrera explosiva al final de la tarde junto al hotel, ante la medición de parámetros de Mikel Insausti y Javi Suárez.
Tino Gil/Real Zaragoza

Ha sido un recurso acometido por el cuadro técnico del Real Zaragoza, con Juan Carlos Carcedo al frente, como alternativa y paliativo de los problemas que ya se intuyeron al mediodía, al término de la larga sesión matinal en el terreno de juego de Villaboya, bajo un sol de justicia y sin sombra alguna en toda su extensión. Ya en esa fase final de entrenamiento matinal el agobio de muchos fue máximo, por lo que se optó por anular la segunda parte de las tareas tácticas del día y dejarlas, en principio, para el lunes a las 9.30 (el domingo es día de libranza).

Son los efectos secundarios que está dejando esta ola de calor que afecta a toda España, con mayor o menor incidencia, en el terreno futbolístico y que tiene al Real Zaragoza como víctima en esta concentración pirenaica. Difícilmente se podía adivinar hace un par de meses que por estas latitudes (a más de 600 metros de altimetría) los termómetros iban a ser similares a los del Valle del Ebro o territorios mucho más cálidos históricamente. 

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