REAL ZARAGOZA

Bikoro, Baselga, Nick, Carbonell, Ros, Larrazabal... el vestuario se queda pequeño

A los 20 jugadores que siguen con contrato en vigor en el primer equipo del Real Zaragoza se unen este verano una decena de cedidos que regresan y otros en situación especial. A Sanllehí le urge definir las salidas para fichar.

Algunos de los cedidos del Real Zaragoza que han de incorporarse a la pretemporada el 4 de julio.
Algunos de los cedidos del Real Zaragoza que han de incorporarse a la pretemporada el 4 de julio.
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Situación real del vestuario del primer equipo del Real Zaragoza en el primer fin de semana de junio: quedan 20 futbolistas de la plantilla que acabó la liga 21-22 con contrato en vigor, a saber, Cristian Álvarez, Ratón, Vigaray, Jair, Petrovic, Grau, Francés, Narváez, Eugeni, Sabin Merino, Vada, Chavarría, Lasure, Nieto, Gámez, Zapater, Bermejo, Lluís López, Francho e Iván Azón

Y regresan el 1 de julio un buen número de los que salieron en los últimos mercados, los que lo hicieron cedidos a otros clubes con billete de vuelta. Son los casos de Javi Ros, Larrazabal, Clemente, Bikoro, Baselga, Carbonell, Nick, Aguado... Hay más piezas con amarre aún en Zaragoza, como Igbekeme, cuya vuelta tras préstamo está programada para el 1 de enero, en el mercado invernal, pues en Estados Unidos la liga va con el año natural y es allí donde fue derivado. O el portero Carlos Azón (inédito con la primera plantilla zaragocista en partido oficial), que ha estado en el Tarazona.  

Es la herencia del pasado reciente, de las gestiones aún vivas e inacabadas del dúo Lalo Arantegui-José Mari Barba en la dirección deportiva y, más recientemente, de las de Miguel Torrecilla, su eslabón siguiente en la historia blanquilla en el diseño de plantillas y anexos. Ahora, el máximo responsable de la reconstrucción del Real Zaragoza, Raúl Sanllehí, designado por el nuevo presidente de la nueva sociedad, Jorge Mas Santos, como el epicentro de las operaciones relativas al equipo, tiene ante sí un panorama repleto de trabajos de orfebrería para desbrozar y esclarecer un vestuario que tiene hechuras de muchedumbre.

Si la pretemporada empezase el lunes, Juan Carlos Carcedo, el recién nombrado entrenador, podría hacer tres equipos sin tirar del filial (simplemente sumando a Puche, que ha acabado a caballo de las dos plantillas). Y no habría perchas ni sitio suficiente en la caseta, tendrían que cambiarse en dos turnos. El amontonamiento de futbolistas que ha originado la deficiente praxis de las respectivas direcciones deportivas en las últimas cinco campañas en el Real Zaragoza asoma por encima de la superficie como un iceberg precisamente ahora. 

Porque lo de Bikoro viene de lejos. Y eso que Mingotes ya fue desvinculado recientemente de la entidad. Los contratos profesionales y sus singularidades de Baselga o Nick, así como el de Carbonell, también son del mismo régimen. Como el alargue de Ros y las circunstancias de Larrazabal o Clemente, aunque a estos ya fue Torrecilla el que los invitó a salir en enero pasado. Aguado, a fecha de hoy, tiene otros matices, pues es una apuesta con mucha mayor firmeza en el presente y no presenta contraindicaciones de ida y vuelta como los otros citados. 

En los episodios recientes de salidas de futbolistas que han estado con ficha en el Real Zaragoza y han sido invitados a irse por su mal rendimiento, los casos de Adrián González, Eguaras, Yanis o, antes, Vuckic, Medina... ya se marcharon sin opción de regresar. Pero los citados, aún tienen el piso alquilado en Zaragoza o guardan su cuarto intacto en casa de sus padres. 

En definitiva, que si Sanllehí quiere rehacer el Real Zaragoza con, al menos, media docena -más, sería necesario para bien- de refuerzos de enjundia, antes o paralelamente ha de comenzar cuanto antes a abrir espacios libres entre la multitud. Esta fotografía de situación no trata sobre cuestiones cualitativas. Solo alude a la cantidad, al exceso desmesurado de plantilla, que es una evidencia y no se puede esconder debajo de la alfombra.

De cómo sea capaz el nuevo número uno de la gestión zaragocista de resolver este puzle, sobre todo de cuándo, va a depender que el entrenador Juan Carlos Carcedo pueda iniciar el 4 de julio una pretemporada con cierto orden y utilidad o, por el contrario, se encuentre cada día con una procesión de futbolistas en el pasillo con los que, en muchos de sus casos, no acabará contando cuando la liga se inicie. No es una previsión nueva. De vez en cuando, estas cosas ya han pasado en el Real Zaragoza a lo largo de su historia. Así que hay jurisprudencia y libro de instrucciones.

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