Vigaray, once meses después, toca de nuevo el balón

Carlos Vigaray es el '2' de la plantilla del Real Zaragoza en la inscripción oficial del equipo que rige en La Liga desde el pasado mes de julio. Pero no lo ha portado ni una sola vez en lo que va de temporada a causa de una grave lesión de rodilla de la que fue operado en el verano pasado -el de 2021- y que le ha tenido convaleciente largo tiempo. 

En la mañana de este lunes 18 de abril de 2022, Vigaray a vuelto a calzarse las botas de tacos y a tocar el balón de nuevo en un entrenamiento conjunto nueve meses y medio después de pasar por el quirófano por primera vez y once meses después de jugar su último partido como zaragocista.

Es, por ahora, mera anécdota, porque la cuestión tiende a que Vigaray se pase la temporada absolutamente en blanco. Pero, tanto en lo personal, para el fútbolista, como en lo grupal y a expensas de lo que pueda deparar el futuro, es imporante que el lateral derecho con mayor enjundia futbolística que ha jugado en el Real Zaragoza desde el descenso a Segunda División en 2013 pueda estar en camino de una deseada reaparición de cara al año venidero. 

Vigaray, siempre lastrado por las lesiones en su carrera desde muy joven, no terminó de cuajar ni en el Getafe -su club matriz- ni en el Alavés, su siguiente estación y de donde fue fichado por el mejor Zaragoza de esta era de plata, aquel que solo la pandemia -y algún otro factor externo relevante- apartó del ascenso directo a Primera. En el equipo blanquillo le ha sucedido lo mismo a causa de la rotura del cartílago del menisco de la rodilla derecha, dolencia que le ha generado dificultades anejas de las que trata de rehabilitarse. 

Carlos Vigaray disputó su último partido en Mallorca, en la penúltima jornada de la liga pasada, con derrota 2-1 el 23 de mayo último, en una noche donde ya había logrado el milagro de la permanencia el equipo de Juan Ignacio Martínez 'Jim' en el curso más tortuoso y complicado de la última década de decadencia. Aguantó con dolores, infiltrado, hasta que el equipo se salvó del desastre del descenso a Segunda B. Algo digno de reconocimiento. Y cayó abatido físicamente antes de irse de vacaciones.

Al regreso en julio para iniciar la pretemporada en San Pedro del Pinatar (Murcia), Vigaray avisó a los médicos y técnicos de que su mes de junio había sido una pesadilla de molestias y malas sensaciones progresivas. El 8 de julio se le intervino rápidamente en el quirófano, con una artroscopia diagnóstica que denunció las peores previsiones. Por eso, el primer y único fichaje estival hasta la recta final de agosto, en plena parálisis societaria en un tiempo estival atípico, fue Fran Gámez, lateral diestro que vino del Mallorca a cubrir la baja de Vigaray.

No acudió ya con el equipo el defensor blanquilllo a la estadía veraniega en el Mar Menor y, tras intentar aplicar un tratamiento conservador, los traumatólogos vieron que el mal no evolucionaba positivamente y el latera regresó a la cirugía. El 7 de septiembre fue intervenido por el doctor Pedro Guillén en Madrid y se le reconstruyó la rodilla derecha con mimo. La recuperación iba a ser larga e incierta. Y así ha sido. Hasta aquí ha llegado Vigaray tras muchos meses de lenta progresión a solas, con los fisios, en silencio y sin poder jugar ni entrenar. 

Por todo este calvario vivido, observar este lunes al getafense de nuevo con sus compañeros en los campos de la Ciudad Deportiva, más allá de lo que depare el futuro inmediato, es un dato a celebrar como merece.