Adiós a 40 años de la familia Castillo en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza

La SAD anuncia este martes el cierre de la cafetería y restaurante de las instalaciones de la carretera de Valencia, así como el cese del servicio estival de las piscinas. No habrá relevo en la gestión.

Entrada de la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza.
Entrada de la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza.
RZ

La caferería-restaurante de la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza va a cerrar sus puertas de cristal para siempre después de 40 años de gestión de la familia Castillo. Y, simultáneamente, también cesa la actividad estival de sus piscinas y servicios de ocio deportivo para un colectivo de socios que tenían este rincón de las afueras de la ciudad como habitual lugar de refrigerio.

La propia SAD, en una breve nota publicada en su página web, dio oficialidad este martes a algo que se palpaba en el ambiente desde hace unas semanas: 

"El Real Zaragoza quiere transmitir la decisión de la familia Castillo, encargada de la gestión del área social de la Ciudad Deportiva, de finalizar la labor desempeñada a lo largo de cuatro décadas en nuestra entidad. La dolorosa pérdida de Joaquín Castillo, unida a los problemas derivados de la pandemia y la necesidad de un ya merecido descanso han impulsado a los hasta ahora gestores a la toma de esta determinación. El Real Zaragoza expresa su profundo agradecimiento de forma especial, además de a Joaquín, a su esposa Eugenia, y a todos cuantos han hecho posible que el entorno social de la Ciudad Deportiva, desde el área de restauración hasta la recreativa, se hayan convertido en un escenario cercano y familiar", dice la nota de la entidad zaragocista.

Como corolario a esta información, el Real Zaragoza adelanta una decisión de alcance al respecto: "No está previsto que se lleve a cabo un nuevo acuerdo con otra entidad para la gestión de la instalación deportiva", apostilla el club en un claro matiz de futuro radicalmente distinto dentro del día a día de los terrenos donde viene trabajando el Real Zaragoza y todas sus estructuras base en un futuro próximo.

El cierre no es inmediato ni radical. Faltan aún siete semanas para concluir la temporada y la familia Castillo va a rematar con su habitual cariño y profesionalidad su compromiso con el club. Quien acuda por la mañana o por la tarde (padres y madres de jugadores de la cantera, principalmente) seguirá teniendo la opción de tomarse un café o una consumición. Y, sobre todo, la plantilla del primer equipo va a proseguir con su costumbre, instaurada hace un lustro, de comer todos juntos tras los entrenamientos matinales a modo de control nutricional y de buenas costumbres alimenticias. Los desayunos, que también fueron norma en su momento, se dejaron de hacer grupales cuando la pandemia paralizó las rutinas hace dos años. 

El acuerdo con la dirección del club, que tiene lugar dentro del mayor afecto y excelente predisposición, es el de continuar con las rutinas hasta el último día de mayo, sin que haya ningún menoscabo en el servicio a la primera plantilla y al entorno de los equipos base. De hecho, queda pendiente también la fiesta del Trofeo San Jorge, que se celebrará el 2 de mayo, lunes, día feriado. Ahí, la familia Castillo también dará sostén a la importante labor hostelera en una jornada que reúne en la Ciudad Deportiva a varios miles de personas a lo largo del día. Pero, a partir del día 31 de mayo, la persiana se bajará para siempre. 

Toda una vida, parte de la historia zaragocista

No es cualquier cosa lo que acontece. Tanto en lo material como, sobre todo, en lo personal. Joaquín Castillo Gómez, fallecido en diciembre de 2018, y su esposa, Eugenia Salvador Serrano, asumieron la responsabilidad de gestionar la parte social de la Ciudad Deportiva hace más de 40 años, recién inauguradas las instalaciones bajo el primer mandato de José Ángel Zalba como presidente. Al principio, el club dispuso que esas piscinas y zonas de restauración y deportes estuvieran dentro de los abonos de los socios. Al poco tiempo, se decidió que funcionaran aparte de la masa social puramente futbolística. Y así ha llegado hasta nuestros días. Con más de 6.000 socios en las épocas de mayor apogeo y, en la actualidad, con alrededor de 1.000, repartidos en más de 250 núcleos familiares que han tenido siempre la Ciudad Deportiva como su segunda casa en los veranos zaragozanos, todos zaragocistas acérrimos.

Entrada a la zona de piscinas de la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza.
Entrada a la zona de piscinas de la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza.
RZ

Los hijos de Joaquín y Eugenia, Joaquín Castillo Salvador, Pilar Castillo Salvador y Eugenia Castillo Salvador trabajaron siempre en apoyo al proyecto de sus padres. Joaquín fue además un destacado lateral que triunfó en el Real Zaragoza Juvenil en los 70. Y Pilar y Eugenia, singularmente, se casaron con Ángel Lafita Garrido y Francisco Javier Pérez Villarroya, respectivamente, dos canteranos que alcanzaron el primer equipo (Villarroya fue internacional español, jugó un Mundial y fue traspasado al Real Madrid). El árbol genealógico siguió creciendo en esencia zaragocista a través de Ángel Lafita Castillo, hijo de Ángel y Pilar, que también militó en la primera plantilla blanquilla más recientemente, como su hermano Nacho. No es necesario decir que en las paredes y en el aire que se respiró siempre en la Ciudad Deportiva el zaragocismo lo ha impregnado todo durante casi medio siglo de la mano de los Castillo.

La evolución de la vida, con la falta del patriarca Joaquín desde hace tres años y medio como principal abolladura en el día a día, ha derivado en esta decisión de cerrar esta etapa tan emotiva e inolvidable. Para los Castillo, la Ciudad Deportiva ha sido, más allá de su negocio y trabajo diario, un modo de vida que trasladaron a los clientes con un hilo conductor en vena: el zaragocismo.

El futuro del Real Zaragoza, con un cambio de propiedad importante, también confluye e influye en lo que vendrá en los próximos tiempos. La familia Castillo vive horas de hondos sentimientos, como el millar de socios actuales de la Ciudad Deportiva y los cientos de amigos y usuarios que han tenido ahí su lugar de referencia constante. Se va a poner punto final a una de las partes más queridas del zaragocismo moderno del que han participado durante décadas miles y miles de personas vinculadas de una u otra manera al club

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