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La doble puerta de salida del engaño de los empates y el dióxido de carbono

El Real Zaragoza ha de elegir bien cuál de las dos únicas escapatorias que tiene a su récord somnífero de empates (9 en 12 jornadas): la de las victorias. Aumentar la serie con otra igualada ante el Mirandés aumentará los efectos similares a la 'muerte dulce' por CO2.

Algunos jugadores del Real Zaragoza, en la salida del campo de Montilivi tras la conclusión del último partido de liga, el lunes pasado en Gerona, con un decepcionante 1-1 en el marcador.
Algunos jugadores del Real Zaragoza, en la salida del campo de Montilivi tras la conclusión del último partido de liga, el lunes pasado en Gerona, con un decepcionante 1-1 en el marcador.
LOF

Se acerca el siguiente partido de liga, el 13º, en La Romareda frente al CD Mirandés, este domingo a las 20.30. Y se afronta con una sensación extraña entre el zaragocismo, en todos sus ámbitos. Se trata del efecto de confusión en el que se vive en los últimos dos meses, sin saber a ciencia cierta cómo interpretar la inusual racha de empates masivos que está envolviendo este inicio de campaña 2021-22. 

Son 9 de 12 jornadas igualando marcadores (8 seguidas), sumando de uno en uno, a paso lento, insuficiente. Perdiendo fuelle en la clasificación semana a semana, alejándose de las aspiraciones ilusionantes y, simuntáneamente, viéndose todo el mundo atrapado por las dudas que genera no catar las victorias, de cuyo sabor solo hay una muestra, en Alcorcón, hace ya 53 días, y ninguna en campo propio, para desazón de propios. La posición en el ranquin de Segunda se resiente y tiene al Zaragoza hundido en el fondo del fangal. Peligrosa percepción. 

Este duelo con el Mirandés, el séptimo como locales, puede ser para el Real Zaragoza el del final de este túnel de niebla y desorientación. Pero en su salida, hay dos puertas. Una buena y otra mala. Salvo que se alargue una jornada más el nocivo asunto de los empates concatenados, que de darse contra los mirandeses haría una serie de nueve (récord absoluto en España), de este atasco solo se puede salir o con un triunfo o con una derrota. 

Ahí está la disyuntiva para Juan Ignacio Martínez 'Jim' y sus muchachos. Si atinan con la puerta buena, la noche dominical será de alivio. Se podrá apostar por un repunte cadencioso y progresivo, poco a poco, en la tabla. Pero si, por lo que sea, el envite con los burgaleses saca al Zaragoza del vicio de los empates por la puerta de las derrotas, el problema será serio en la clasificación y en la moral de la tropa. 

La diferencia va de poder decir, en caso de victoria, que se acumulan 10 partidos seguidos sin perder (antes de los 8 empates seguidos se consiguió la única victoria del curso, la referida de Alcorcón) a, en caso de caer derrotado el Real Zaragoza, asegurar con dolor que son ya 9 jornadas seguidas sin ganar. Así de radical está presentado el futuro inmediato. 

Ahí está la dimensión embustera de tanto empate. Es el mismo efecto que causa el dióxido de carbono (CO2) en las personas que caen atrapadas por una mala combustión o una emisión descontrolada de tal gas letal. Vives, activamente o en plena conciliación del sueño, con total normalidad, sin enterarte de que lo que te envuelve te está matando segundo a segundo, sin capacidad de reacción. Este serial de empates está manifestando en la inmensa mayoría del zaragocismo la actitud de quien cae abatido por la llamada 'muerte dulce' del gas tóxico, inoloro, incoloro. El grisú de las minas, tan temido por los picadores, barreneros y gentes que pasaron años en las entrañas de la tierra carbonífera. 

Necesita el Real Zaragoza entrar al partido del Mirandés con una vela encendida. No como acto de fe, sino para comprobar que no viene otro empate traidor y sí una victoria balsámica. Necesita entrar con un canario en una jaula, no como amuleto, sino para comprobar que no deja de cantar y se cae del columpio por falta de oxígeno. Eran trucos mineros que, si estos empates no derivan por donde es menester, alguien deberá poner en práctica en el seno zaragocista. La situación deportiva, en este peculiar octubre de 2021, tiene mucho de dióxido de carbono mientras no se logre embocar la puerta bonita. La de vencer al Mirandés. Solo así se 'ventilará' el porvenir deportivo a corto plazo. 

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