Llega "la hora de la verdad" con el preestreno el miércoles en el Memorial Lapetra

El inicio de esta semana, la primera completa del mes de agosto, no es un momento cualquiera para Juan Ignacio Martínez ‘Jim’. El entrenador del Real Zaragoza cambia de chip, se resintoniza en otra onda a voluntad propia. El voltaje de la tensión con la que se va afrontar en el vestuario cada hecho, cada paso que se dé, cada decisión, aumentará exponencialmente con el paso de cada día, de cada hora, a partir de hoy mismo.

Él mismo quiso exponerlo así públicamente el pasado viernes por la noche, al término del último partido amistoso en San Pedro del Pinatar (Murcia), cuando hizo un breve balance de la concentración mediterránea de pretemporada sobre el mismo césped del Pinatar Arena. "La semana que viene (por la que hoy nace) empieza la verdad. Llega la hora de la verdad porque tenemos el Trofeo en casa y luego tienen que empezar a venir jugadores para reforzar el equipo. No es una cosa que diga yo, sino que es algo que sabemos todo el mundo que tiene que suceder", comenzó subrayando el alicantino motu proprio.

Jim tenía diseñada en su plan de trabajo una frontera virtual, tanto en su mente como en su modo de afrontar y ejecutar su trabajo como entrenador, que era la que separaba julio de agosto. Y ya ha llegado. De una postura calmada y expectante es obligado para la plantilla pasar a otra distinta, mucho más tensa y exigente, pues la liga asoma por la esquina dentro de tan solo nueve días, en La Romareda frente al Ibiza (viernes, 13 de este agosto ya en marcha).

El partido de este miércoles, el Trofeo Ciudad de Zaragoza-Mermorial Carlos Lapetra con el Getafe (21.00), que es la presentación del equipo en La Romareda a modo de preestreno del torneo liguero que llegará la semana próxima, va a poner punto final a una fase de preparación que no ha transcurrido según lo programado por Jim desde su prisma de principal responsable del equipo. En tierras murcianas, hace cinco días, el propio técnico declaraba que en su anteproyecto de la campaña 21-22, allá por mitad de junio, se planteó ir al Pinatar a jugar partidos de enjundia ante tres rivales de Primera (Elche, Valencia y Atromitos Atenas griego) contando con que, en esas fechas del 22 al 31 de julio, "tendría cuatro o cinco incorporaciones nuevas de las que han de venir", según subrayó en una de sus ruedas de prensa en Murcia.

Del mismo modo, como derivada de lo anterior, Jim ha tenido que seguir contando en el día a día con futbolistas que, en el plan inicial, hace días que deberían estar en otros destinos. En especial, los casos de Vuckic y Larrazabal sobresalen sobre otros susceptibles de abandonar el equipo antes de septiembre de un modo u otro.

Jim hubiese querido presentar pasado mañana ante el Getafe en La Romareda media docena de caras nuevas. Seis jugadores con vitola de titulares de cara al curso que ya está en puertas. Y, sin embargo, con seguridad, solo será el lateral derecho Gámez quien se ponga de largo en el que va a ser su estadio, ante el público que pueda y desee acudir a las gradas después de año y medio de vacío a causa de la normativa por la pandemia de covid.

El resto se fundamentará en el esqueleto del equipo que ha quedado de la plantilla que tanto sufrió el año pasado para no descender y, por fuerza, en los apoyos puntuales de los chicos del filial y del juvenil, cuyo número fue aumentando durante la primera parte de la pretemporada por razones de fuerza mayor: a los Acín, Ángel López, Javi Hernández, Cortés y Carbonell se sumarón también Puche y Castillo. Siete.

Por fortuna para el medio ambiente del equipo y sus alrededores, las sensaciones emitidas por el heterogéneo grupo actual han estado por encima de las expectativas que dejó el estreno estival con la derrota en Calahorra por 2-0. Pero lo sustancial está aún por suceder en la plantilla. Jim asume que "tras el inicio de la liga, el día 13, aún nos quedará todo el mes de agosto para ir recibiendo a los próximos fichajes".