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Los dos últimos meses de cuenta atrás para el Real Zaragoza

El equipo aragonés afronta los 11 partidos finales de la liga, 33 puntos decisivos para eludir el descenso. Seis duelos se jugarán en La Romareda y cinco a domicilio en busca de dejar a cuatro rivales detrás.

Juan Ignacio Martínez ‘Jim’, pensativo, repara el césped de la Ciudad Deportiva en un entrenamiento.
Juan Ignacio Martínez ‘Jim’, pensativo, repara el césped de la Ciudad Deportiva en un entrenamiento.
Guillermo Mestre

Ya solo quedan los partidos de abril y mayo para que la liga 2020-21 concluya en la Segunda División española. La cuenta atrás para la resolución final es de únicamente dos meses. Por el camino han quedado ya siete de duro e indigesto tránsito para el Real Zaragoza, una temporada torcida desde su mismo inicio y que, a estas alturas tan avanzadas, todavía no aporta indicios firmes que garanticen la elusión de temible descenso a Segunda B y la consolidación de la permanencia en la categoría de plata, objetivo inusual, hiriente para un club histórico y con títulos –nacionales y continentales– pero que es el mal menor que contempla este guión de suspense que es el curso vigente.

Los zaragocistas tienen ante sí los 11 partidos definitivos del torneo, los 33 puntos en disputa que van a dar forma a la clasificación final en la zona baja de la tabla. En abril jugará el Real Zaragoza cinco choques. En mayo, los seis restantes. El veredicto será firme en 60 días de alta tensión.

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Varios factores ambientales avisan a todo el mundo que la liga se ha metido ya en su esprint final. El cambio de hora en España, la adaptación del reloj al tiempo de primavera y verano que alarga los días progresiva y rápidamente. El aumento de las temperaturas, el fútbol sin guantes ni vaho en el aliento de sus protagonistas. Todo ello, año tras año, sinónimo de que cada partido tiene un valor supremo, decisivo, sin vuelta atrás en las aspiraciones de las que se trate.

El libreto, en casa y fuera

El Real Zaragoza tiene por delante seis partidos como local, en La Romareda, y cinco como visitante, lejos de su feudo. Es decir, pugnará por 18 puntos en el estadio municipal, donde la estadística dice que se desenvuelve algo mejor en esta deficiente campaña, y litigará 15 como visitante, un rol al que no sabe adaptarse y que lo está lastrando perniciosmente desde que todo empezó en verano.

En La Romareda recibirá, por este orden, al Cartagena, al Almería, al Sporting de Gijón, al Espanyol, al Castellón y, en el partido que cerrará el torneo, el día del presumible juicio final, al Leganés.

Y deberá viajar, alternativamente entre cada partido en Zaragoza, a Fuenlabrada, Gerona, Lugo, Las Palmas y Mallorca.

Entre estos 11 rivales que quedan pendientes de medir sus fuerzas con los zaragocistas aparecen dos rivales directos en la huida del descenso, Cartagena y Castellón, ambos como huéspedes de La Romareda. Los murcianos llegan ya, de inmediato, pasado mañana jueves, en la siguiente estación liguera, que es intersemanal, en días de hacienda. Un choque con hechuras de trascendental. Mientras tanto, los castellonenses asomarán por Zaragoza en la antepenúltima cita, en torno al 19 de mayo, en lo que se presume que puede ser un envite a vida o muerte.

Y también está en el reparto un tercero, el Lugo que, por su mala dinámica reciente, parece haberse autoinvitado al sufrimiento en lo sucesivo y puede ser alcanzado por el ‘septeto de la muerte’, que conforman Albacete, Cartagena, Alcorcón, Castellón, Sabadell, Logroñés y Real Zaragoza. Al cuadro gallego lo deberá visitar el equipo aragonés a primeros de mayo. Según como discurran los acontecimientos en las cinco jornadas venideras, ese choque en el Anxo Carro también podría tener un valor supremo para el futuro inminente de los blanquillos.

En el otro lado de la horquilla de la dificultad de los adversarios, evaluados por los galones que otorga de manera objetiva la propia clasificación, al Real Zaragoza le aguardan los cinco más potentes de la actual competición:los cinco primeros de la tabla: Mallorca, Espanyol, Almería, Leganés y Sporting de Gijón. Palabras mayores. Algo que asusta.

Es decir, la mitad de lo que les queda por jugar a los de Juan Ignacio Martínez se encuadra dentro de la máxima dificultad posible en la actual Segunda División. Sumar algún punto en esos cinco –de once– partidos finales va a ser tarea de titanes para el apurado Zaragoza del presente.

En concreto, los dos últimos partidos serán en Mallorca y ante el Leganés en La Romareda. Llegar a esas dos últimas fechas ligueras con algún deber por hacer hará desembocar a los zaragocistas en un terreno de máxima dificultad. El epílogo del calendario, a priori, anuncia curvas. Los otros tres ‘cocos’ desfilarán uno tras otro por La Romareda a partir del próximo día 11 de abril: primero el Almería, quince días después el Sporting y, dos semanas más tarde, el Espanyol, cuando ya solo resten 20 días para que la película de terror que es esta temporada zaragocista ponga el cartel de ‘The End’.

Además, para completar el paquete de contrincantes que se batirán con el Real Zaragoza en el bimestre decisivo, hay tres que ahora mismo se mueven en la zona media con distinto cariz: Girona, Las Palmas y Fuenlabrada. Un trío al que los de Jim visitarán con su débil aura de forasteros, en los estadios de Montilivi, el Gran Canaria y el Fernando Torres.

El Girona es, de estos tres, el que puede estar más vivo en su pelea por alcanzar un puesto en la promoción de ascenso a Primera. De ser así, el próximo día 18 (cosa muy factible), su potencial será de alto rango dadas las peculiaridades de su plantilla, que conserva varios futbolistas que militaron allí en Primera hasta hace un par de años. Las Palmas y Fuenlabrada, por otra parte, tienden a moverse en terrenos más cómodos, alejados de abajo y sin apenas opciones por arriba. El viaje a Madrid será el próximo, dentro de una semana exacta, el lunes 5 de abril. A la isla canaria se irá cuando resten solo cuatro jornadas, en un momento culminante.

¿Cómo sacar 16 puntos más?

El Real Zaragoza sale de la 31ª jornada con solo 34 puntos en su haber. Barajar, como es habitual cada año, la cifra estimativa de 50 como ras de la salvación final obliga a los blanquillos a sumar 16 puntos más entre estos 33 que faltan por dirimirse. La mitad.

Dar por sentado que la salvación va a estar más barata este año (en torno a los 48, quizá 47 o 46 puntos), medicina oral que fluye entre el zaragocismo a modo de placebo, es hoy en día un brindis al sol. Los equipos de la parte baja, como es tradicional cada curso, están empezando a puntuar con mayor hábito de lo que ha sido normal en los dos primeros tercios del torneo. Y eso obliga.

El Real Zaragoza ha de mentalizarse de que aún le restan muchos granos con los que llenar su granero. Hay días, en estos 11, en los que no podrá fallar (ante Cartagena, Lugo, Castellón). Y deberá ser solvente en Fuenlabrada y Las Palmas. El resto del plan tiene el mismo índice de dificultad hoy en día que escalar el Everest sin oxígeno.

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