El Real Zaragoza 'juega' ya cuatro o cinco partidos cada jornada

La competición liguera ha entrado ya en su fase de vértigos, hipertensiones y acrecentamiento de las sensaciones, ya sean positivas o negativas, que causan los resultados de aquellos equipos que se juegan algo importante. En esta temporada 20-21, al Real Zaragoza le toca fase de vacas flacas, es decir, de pelear por la parte final de la clasificación, por huir del temido descenso a Segunda B.

Cierto es que hace ya un tiempo en el que, por lo prematuro que fue este año lectivo el despeñamiento del equipo zaragocista hasta el fondo de la tabla, se siguen con atención las citas de los colegas de agobios ahí abajo: los Alcorcón, Sabadell, Castellón, Albacete o Cartagena. Pero, en las últimas horas, se ha atravesado ya esa frontera mental que deriva de la trascendencia de los puntos cuando el torneo alcanza la treintena de jornadas.

Entre el zaragocismo, con los propios protagonistas del equipo a la cabeza, se percibe ya esa responsabilidad, esa necesidad inevitable de atender a cada partido del resto de implicados en la pelea a vida o muerte con los cinco sentidos. Así, cada fin de semana, cada jornada, el Real Zaragoza no juega ya solo su partido. Lo hace también en cuatro o cinco campos más, según sean los enfrentamientos de sus máximos adversarios para salvar el puesto en Segunda División. Es una presencia indirecta, obviamente, pero de gran calado para su futuro.

Anda tan escaso de puntos el equipo zaragozano (tiene 30 en 29 partidos dirimidos), como no se cansa de repetir su entrenador, Juan Ignacio Martínez ‘Jim’, es tan evidente su déficit, que el cálculo de la proyección que defina en qué cota estará este año la salvación es una cifra por la que, más de uno, pagaría algo importante por tenerla asegurada y saber a qué atenerse con seguridad en las 13 jornadas que restarán a la conclusión de la actual (que es la 29ª) para que todo acabe.

Desde ya mismo, el Real Zaragoza disputará su duelo correspondiente y, antes, durante y después del mismo, mirará de reojo al retrovisor y a los lados para ver si juegan a su favor o no los implicados en el vagón de cola de la categoría de plata. De lo que esos otros contrincantes sean capaces de hacer en cuanto a la suma de puntos va a depender directamente la exigencia final de la salvación.

Ha habido años, desde que existe este formato de 22 equipos en Segunda, con 3 puntos por victoria, en los que con 51 puntos se ha descendido (el Deportivo de La Coruña lo hizo el pasado verano). En otros, con 44 fue suficiente para sobrevivir. Entremedias, con 46, 47, 48 o 49, también se han salvado otros tantos clubes de Segunda en ligas diversas. Los indicios, las pruebas para saber por dónde van a ir este año las exigencias, se los marcarán al Real Zaragoza sus miradas a ese espejo panorámico que le hace ver al Albacete, el Alcorcón, el Sabadell, el Cartagena, el Castellón con la misma intensidad con la que afronta y afrontará sus propios partidos venideros.

La jornada actual, aún a medias

Antes de perder 3-2 en Vallecas el pasado viernes, en todos los ámbitos del Real Zaragoza se asistió con interés a través de los soportes audiovisuales al duelo preliminar de la jornada 29 entre el Cartagena y la Ponferradina. Y se celebró el 1-1 logrado por los leoneses de penalti en el minuto 91, gol que evitó que los cartageneros superasen después a los blanquillos, pues así se quedan con 29 puntos, uno menos que los de Jim, en el ras de la puntuación que marca la zona catastrófica hoy en día.

En la noche del sábado, la atención se centró por encima de todo en el duelo directo entre el Castellón y el Sabadell en Castalia. Al Zaragoza le interesaba el empate, pero ganaron muy al final los levantinos por 2-1 y llegan a su rebufo, con 29 puntos. También se miró lo que hacía el Lugo en Girona. Empataron los gallegos a uno, con otro gol postrero de los catalanes, fuera de tiempo, que viene bien a los de abajo, entre ellos el Real Zaragoza. Ese Lugo, al que los blanquillos aún han de visitar, es la referencia del pelotón anterior al que aún se le podría invitar a la pelea final por la permanencia.

Ya en este trascedente domingo, a la hora de comer, juega el Logroñés con el Málaga en Las Gaunas. Ahí también juega el Zaragoza, pues parte de su destino puede estar en manos de los malagueños. Y por la tarde, el Albacete visita Tenerife, aliado zaragocista de manera puntual. En 24 horas rematará el poliedro el Almería-Alcorcón. El Zaragoza será fanático seguidor de los andaluces, por la cuenta que le trae.

Cuando lo peor acecha, cuando se trata de escapar de un problema mayor, quizá irresoluble de producirse, lo que hacen los demás es, cuando menos, tan importante como el trabajo propio.