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Torrecilla, obligado a dar nuevas salidas para hacer más fichajes

La llegada del central Peybernes del Almería debe llevar aparejado el adiós de Guitián o Atienza. El club ha de hacer al menos tres huecos más en la actual plantilla para reforzarse y cumplir con las exigencias de La Liga.

Miguel Torrecilla, hace un mes a su llegada a la dirección deportiva del Real Zaragoza.
Miguel Torrecilla, hace un mes a su llegada a la dirección deportiva del Real Zaragoza.
Oliver Duch

En el ecuador del mercado invernal de fichajes, el Real Zaragoza afronta los días claves para la reconstrucción de su plantilla de cara a la segunda vuelta de la liga. Para Miguel Torrecilla, el nuevo director deportivo de la SAD desde que relevó a Lalo Arantegui y José Mari Barba hace un mes en plena crisis, con el equipo colista incluso en la clasificación bien avanzado el torneo liguero, llega el momento ya de tomar determinaciones concretas. Atrás quedarán más de dos semanas de tanteos, esperas ineludibles y negociaciones genéricas con los futbolistas propios y los pretendidos.

En estos momentos ya decisivos Torrecilla está en la obligación de seguir obrando más salidas de la actual plantilla. El control económico de La Liga, que ha recortado la capacidad de todos los clubes y SAD para gastar en fichajes a mitad del torneo al ajustar sus techos de inversión por las consecuencias que genera la ausencia de público en los estadios (algo que acarrea la nula venta de entradas y un inevitable menoscabo en la expedición de abonos), exige hacer hueco en la nómina del Real Zaragoza a los pretendidos nuevos fichajes.

En el primer tramo del escaparate invernal ya transcurrido hasta ayer día 15 de enero, el Real Zaragoza solo había hecho efectiva una maniobra de modificación en su vestuario: dio la baja a Papunashvili, que se marchó traspasado al Apollon Limassol de Chipre. Y nada más fue posible hasta la contratación en las últimas horas de Peybernes. Todo lo demás ha quedado pendiente para la segunda quincena del mes. Torrecilla no ha podido correr más, algo que ahora sí que le tocará hacer a toda velocidad.

El fichaje del defensa central francés Peybernes, que llega cedido desde el Almería, lo tiene autorizado el Real Zaragoza desde la plana mayor de La Liga por su pequeño remantente en caja que quedó sin usar en octubre, al finalizar el mercado de verano y, también, por el referido espacio dejado libre por Papunashvili el día de Nochebuena. Pero, a partir de aquí, si se quiere ver enseguida en la Ciudad Deportiva algún delantero de los anhelados (con Alegría, del Mallorca, como ariete preferente en las apetencias de Torrecilla), quizá a un centrocampista de los que se están escrutando, antes habrá que esclarecer el actual elenco de jugadores de la primera plantilla.

Los ejecutivos del Real Zaragoza están sugiriendo hace días a varios futbolistas, a través de sus representantes, que deben abandonar su puesto en el equipo. Nick, Larrazabal, Raí Nascimento y Vuckic son los receptores de estas consignas. No encuentra buena comunicación en estas negociaciones el club pues los tiempos no son los más sencillos para afrontar cambios de aires que no sean perniciosos para los protagonistas, bien sea en el apartado deportivo o, sobre todo, en el personal o económico. Va a costar darle forma al plan estratégico, como todo el mundo daba por sentado en diciembre.

Asímismo, la llegada de Peybernes debe ir acompañada de la salida de uno de los centrales ‘senior’ de la plantilla, bien Guitián o bien Atienza (el joven Francés y el fichaje estival Jair, actuales titulares para el entrenador, Juan Ignacio Martínez 'Jim', no están afectados por esta contratación del galo). Esta es otra de las tareas principales que tiene ante sí el área deportiva zaragocista desde ya mismo.

La hora de la verdad

El Real Zaragoza afronta de lleno ya su remodelación clave de cara a la permanencia, a la elusión del descenso a Segunda B que amenaza su mal año futbolístico. Como ha ocurrido ya con Peybernes, llegan días en los que todos los movimientos pendientes, que son ahora mismo de difícil cuantificación numérica en sus hechuras definitivas (cuando acabe el mercado, a principios de febrero) han de empezar a tomar forma. El ritmo cadencioso vivido hasta ayer en la dirección deportiva zaragocista pide ya un cambio en aceleración por más que la situación del fútbol español, el europeo y el mundial en general vivan un presente financiero y societario distinto a lo habitual en años pretéritos, con muy poca actividad ante lo extraordinario del día a día provocado por la pandemia de covid-19 que ha alterado todo en la vida. También el negocio del fútbol, claro está.

Las mareas del fútbol mundial están en calma chicha o similar. Si no hay movimientos por arriba, en las aguas de los equipos de Primera División, no hay efectos de reflujo por abajo, por Segunda o Segunda B. La ventana de enero es siempre un puzle que entrelaza entradas y salidas en cascada, un compro-vendo-cambio interrelacionado que alguien debe empezar en estratos superiores para que acabe repercutiendo por decantación. Esas compuertas han de abrirse ya. Eso esperan Torrecilla y el Real Zaragoza.

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