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Raphael Dwamena vuelve a sufrir un susto de sus problemas de corazón

El exdelantero del Real Zaragoza rescinde prematuramente su contrato con el Vejle danés tras registrar su monitor cardiaco nuevas graves anomalías. 

Raphael Dwamena, en un entrenamiento del Real Zaragoza.
Raphael Dwamena, en un entrenamiento del Real Zaragoza.
Toni Galán

Hace poco más de un año, en el Real Zaragoza-Málaga jugado en fechas de las fiestas del Pilar, el monitor holder implantado en Raphael Dwamena registró una taquicardia inusual y peligrosa que disparó el corazón del delantero ghanés más allá de las 200 pulsaciones. Comenzó entonces la incansable lucha del jugador por encontrar una opinión médica que discrepara de los diferentes estudios y diagnósticos que aconsejaban su retirada, entre ellos, el informe cardiaco de los servicios médicos del Real Zaragoza. 

Dwamena renunciaba a dejar el fútbol pese a los riesgos de su cardiopatía, y, tras operarse en enero, y acometer un regreso progresivo a la actividad, encontró destino en Dinamarca, en el Vejle, una vez desvinculado profesionalmente del Levante, club que lo cedió la temporada 19-20 al Real Zaragoza. Hasta el pasado fin de semana: un nuevo problema en su corazón ha anulado el contrato que le vinculaba al club danés y en el que había jugado esta temporada ya cinco partidos, por cierto, a muy buen nivel, con dos goles marcados en el actual líder de la Superliga.

A sus 25 años, ahora, Dwamena parece abocado definitivamente a colgar las botas. La semana pasada, según ha informado el Vejle, la monitorización de su ritmo cardíaco volvió a arrojar resultados anómalos y preocupantes, por lo que el club, de acuerdo al contrato firmado el pasado verano, decidió ejecutar su desvinculación.

Durante los últimos meses, desde su fichaje por el Vejle, los servicios médicos le han vigilado de cerca durante los entrenamientos y tras cada partido, de acuerdo a los datos emitidos por un monitor cardíaco. Los últimos registros resultaron anómalos y se concluyó que Dwamena estaba jugando en umbrales de riesgo.

Jacob Krüger, en un comunicado del club danés, así lo ha confirmado: “Los valores límite han sido demasiado altos, por lo que, basándonos en una evaluación profesional de la salud como club, debemos tomar una decisión y Raphael no puede jugar. Lo sentimos en su nombre, pero ambas partes somos conscientes de las consecuencias que podría haber supuesto si los datos de seguimiento hubieran superado los valores límite”.

Esta situación de riesgo máximo es la que desde el primer diagnóstico quiso evitar el Real Zaragoza y los sucesivos servicios médicos de otros clubes a los que el futbolista llamó el pasado verano a la puerta para retomar su actividad como futbolista profesional. Asumir tal responsabilidad declarando apto a Dwamena fue un paso que dio el Vejle danés. Ahora, esta vinculación se rompe.

Desde que se le detecto su problema cardíaco, el delantero ghanés trató por todos los medios de volver a jugar al fútbol. En España, la propia normativa de salud de la RFEF impide jugar a un futbolista con dolencias de este tipo. Visitó numerosos cardiólogos en busca de un diagnóstico esperanzador, incluso viajó a Ghana, su país, para tratar de encontrar opiniones médicas favorables. Pero ni en España ni en Suiza encontró un informe positivo. Y así, en enero se sometió en el hospital Miguel Servet de Zaragoza a una operación en el corazón en la que se le implantó un DAI (desfibrilador automático), un instrumento de protección ante posibles arritmias graves.

El jugador permaneció en la capital aragonesa, entrenándose en la Ciudad Deportiva, primero con ritmos suaves y poco a poco ya con mayor intensidad, pero nunca a ritmo de competición, tal y como aconsejaban los médicos. Dwamena vivió el desenlace de la pasada liga como uno más de la plantilla, sin participar de la dinámica de grupo, pero con plaza y voz en el vestuario. Después, tras rescindir su contrato con el Levante, se empeñó en encontrar un acomodo y firmó en Dinamarca un contrato para tres temporadas.

En el Zaragoza, Dwamena fue un fijo para Víctor Fernández, jugando las nueve primeras jornadas de la temporada y marcando dos goles. Unos episodios de malestar entre finales de septiembre y comienzos de octubre de 2019 en entrenamientos puntuales fueron la primera alarma sobre su estado. Hasta que en el partido contra el Málaga, el corazón le dio el susto mayor. Igual que ahora en el Vejle.

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