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Octavo año del Real Zaragoa en busca de la salida del laberinto

La Segunda División arranca mañana con el Real Zaragoza en plena pretemporada y a la espera de dos fichajes más. La categoría vuelve a contar con un nutrido grupo de aspirantes al ascenso. El descendido Espanyol, el rival a batir.

Varios jugadores del Real Zaragoza trasladan una portería en el entrenamiento de ayer.
Varios jugadores del Real Zaragoza trasladan una portería en el entrenamiento de ayer.
Tino Gil/RZ

Solo unas horas antes de que el Real Zaragoza dispute mañana su primer amistoso de la pretemporada –contra el Getafe a las 18.30 en La Romareda–, la Segunda División se pondrá en marcha con el Ponferradina-Castellón (16.00), el encuentro que servirá como estreno de la categoría de plata, una vez que el Comité de Competición prohibiera los partidos en viernes y en lunes, incluido el Leganés-Las Palmas previsto inicialmente para esta noche. Así, de esta forma tan anómala e inusual, el Real Zaragoza iniciará su octava temporada consecutiva en Segunda División. En plena pretemporada, con la plantilla aún por perfilar y con dos jornadas de retraso sobre su competidores. Esta es una de las múltiples derivadas del caótico final de temporada que vivió el club aragonés, castigado y obligado a jugar el ‘play off’ de ascenso a deshora y sin su futbolista estrella, el goleador Luis Suárez.

El curso pasado terminó como terminó y ahora, con Rubén Baraja como nuevo líder del vestuario, el Real Zaragoza inicia su octavo curso en Segunda, siendo ya, sin debate, el periodo más largo de su historia sin pisar la élite del fútbol español. El reto es el mismo de las anteriores temporadas: ascender. El club, deportiva y económicamente, no se puede permitir otro escenario. No contempla otro objetivo que no sea subir. Para ello, el club se encuentra inmerso en la enésima reconstrucción deportiva. Baraja, el entrenador seleccionado por el director deportivo Lalo Arantegui, viene avalado por sus experiencias en el Sporting de Gijón –terminó cuarto la liga el año de Natxo González en el Zaragoza– y en el Tenerife, donde el curso anterior fue el mejor equipo post-coronavirus. En Segunda, también ha dirigido al Rayo Vallecano y el Elche.

Hasta la fecha, han llegado siete nuevos fichajes (Haris Vuckic, Jair Amador, Pep Chavarría, Sergio Bermejo, Luca Zanimacchia, Juanjo Narváez y Adrián González) y aún se esperan –al menos– otras dos llegadas, un jugador de banda y un delantero centro. Del filial, por su parte, han promocionado al primer equipo Francés, Francho, Jannick y Baselga. El capítulo de bajas se eleva hasta las doce: Luis Suárez, Puado, Linares, Delmás, Bikoro, Dani Torres, Dwamena, Burgui, Álex Blanco, Soro, Pereira y El Yamiq ya no están. Hay otros jugadores como Lasure, Kagawa y Papunahvili que están en la rampa de salida y podrían abandonar el vestuario antes del inicio de liga de los aragoneses, que está programado para el fin de semana el 27 de septiembre, en La Romareda frente a Las Palmas. Siguen en el vestuario veteranos y piezas importantes para el engranaje del grupo como Alberto Zapater, Javi Ros, Cristian Álvarez o Íñigo Eguaras.

Un ramillete de candidatos

La salida del laberinto en el que el Zaragoza lleva atrapado ocho años contará este curso con rivales de primer nivel y con históricos que han recuperado su lugar en el fútbol profesional. De Primera, por ejemplo, han descendido el Espanyol, el Mallorca y el Leganés. Los dos primeros, hace no demasiado clubes que levantaban Copas del Rey y disputaban finales europeas. Compañeros de fatiga de los aragoneses durante décadas en Primera División. El Espanyol, en este sentido, será desde la primera jornada el rival a batir, el equipo a vigilar y el candidato número uno al ascenso directo. Los catalanes no pisan la división de plata desde 1994 y jugarán con la urgencia del ascenso directo. No ascendieron y, por tanto, siguen como opositores a hacerlo este curso el Almería y el Girona, dos entidades con un músculo financiero muy por encima de la media de la categoría. Ambos vuelven a ser aspirantes al ascenso. Siguen en la liga, compañeros de fatigas del Real Zaragoza estos últimos años, equipos con solera como el Rayo Vallecano, Las Palmas, el Oviedo, el Tenerife o el Sporting de Gijón.

El ascenso del Logroñés, creado en 2009 tras la desaparición del histórico CD Logroñés, permitirá que el estadio de Las Gaunas vuelva a albergar un partido liguero de fútbol profesional más de veinte años después. El último fue el 4 de junio de 2000, frente al Villarreal, en Segunda, que consumó su descenso a Segunda B. Junto al Logroñés vuelven a Segunda el Cartagena –ocho años más tarde–, el Sabadell –cinco– y Castellón –diez–. Los cuatro mantienen a los entrenadores del ascenso con el primer reto de asentarse en la categoría, pero con licencia para soñar. El Leganés o el Eibar, que ascendieron de una tacada de Segunda B a Primera, son sus espejos.

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