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La conquista de El Toralín, reto activo para el Real Zaragoza: un lugar donde nunca ganó

El campo de la Ponferradina es inexpugnable, hasta ahora, para los zaragocistas. Se trata de una de esas rarezas de los nuevos tiempos, como lo fue el Nou Estadi de Reus y, hasta el año pasado, el Anxo Carro de Lugo.

Imagen del último Ponferradina-Real Zaragoza, en mayo de 2016. Ángel, delantero zaragocista, celebra el 1-1 que llegó a final del partido para evitar la derrota aragonesa. Con él, se ve a Ortí y Diamanka; y al local Camille.
Imagen del último Ponferradina-Real Zaragoza, en mayo de 2016. Ángel, delantero zaragocista, celebra el 1-1 que llegó a final del partido para evitar la derrota aragonesa. Con él, se ve a Ortí y Diamanka; y al local Camille.
César Sánchez/HA

Ya tiene tarea relevante y un plus añadido el Real Zaragoza en su partido en Ponferrada de este domingo. Porque, al margen de la importancia de los 3 puntos en el primer desplazamiento de la liga 2019-20 y de lo bonito que sería empezar el año en lo más alto de la clasificación con poderío, el hecho de ganar el duelo ante la Ponferradina rompería de cuajo una estadística negativa del cuadro zaragocista en sus visitas al campo de El Bierzo. 

Nunca ha logrado ganar el Real Zaragoza en Ponferrada en partido de liga. Antes del descenso de los bercianos a Segunda B hace tres campañas, en junio de 2016, dio tiempo a que el histórico Zaragoza debiera viajar tres temporadas hasta El Toralín. Antes de esta época (de 2013 a 2016), aragoneses y leoneses jamás habían coincidido en un torneo liguero a lo largo de la historia. Y, realmente, el pequeño feudo de los albiazules ha sido gafe para los zaragocistas.

En el estreno se dio lo peor hasta ahora: derrota y goleada, por 4-2, a favor de la Ponferradina. En las dos citas siguientes se repitió el marcador, 1-1, en partidos trabados y mal jugados siempre por el Real Zaragoza, al que tradicionalmente tanto se le han atragantado este tipo de estadios pequeños, recogidos y alejados del formato habitual del fútbol profesional (los de las grandes gradas, los anfitriones de renombre, las dimensiones máximas...).

El Toralín sigue siendo, pues, un territorio por expugnar para el Real Zaragoza. El ejemplo positivo a seguir por los chicos de Víctor Fernández está cercano en el tiempo y, curiosamente, también está próximo en el mapa a Ponferrada: se trata del Anxo Carro de Lugo. Hasta el curso pasado, ya en la segunda vuelta en fechas del presente 2019, Zaragoza no logró ganar en terreno lucense: lo hizo por 1-2, remontando en la segunda parte con goles de Linares y Guitián, crucial triunfo para huir del descenso en días torcidos. Antes, durante 5 visitas consecutivas y novedosas al campo del CD Lugo, el cuadro zaragocista tropezó una vez tras otra y le fue imposible vencer en ese reducido campo gallego, alcanzando cuando más el empate. 

En el lado opuesto, el del campo nunca hollado (y que no se hará ya probablemente nunca), queda el Nou Estadi de Reus. El desaparecido equipo catalán -final terrible confirmado este verano- recibió tres veces al Real Zaragoza en los años recientes y nunca fue superado: ganaron los tarraconenses 1-0 en 2016; hubo empate, 1-1, hace un par de campañas; y se repitió igualada, 0-0, en el arranque de la pasada temporada, justo por estas fechas, cuando el Reus estaba con solo 10 fichas profesionales y a placer para ser batido por un Zaragoza que ya emitió ese día de agosto síntomas de insuficiencia cualitativa.

Este es el valor añadido que tiene esta visita del Real Zaragoza a Ponferrada esta vez, la cuarta en la historia. Un aderezo de orgullo y amor propio para el equipo de Víctor Fernández.

Para los puristas de la estadística, es necesario citar la eliminatoria de Copa que, por sorteo puro, emparejó a la Ponferradina y el Real Zaragoza en el torneo del K.O. de 1991 y que se jugó el 13 de diciembre de 1990 (un par de meses antes de la dimisión de Ildo Maneiro como entrenador zaragocista y, por lo tanto, de la aparición por primera vez de Víctor Fernández en el vestuario blanquillo). Entonces, el Zaragoza de Primera sí que ganó en la ida por 1-2 a la Ponferradina de Segunda B... pero no fue en El Toralín. 

En esas fechas, hace 29 años, el actual estadio ponferradino no existía. Y el Zaragoza jugó y ganó aquel partido oficial, el primero entre ambos clubes realmente en sus trayectorias vitales, en un vetusto campo llamado Fuentes Nuevas, que aún existe, a 5 kilómetros del casco urbano de Ponferrada, en Hospital de El Bierzo. Por eso, El Toralín es una plaza por conquistar todavía por el Real Zaragoza. 

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