Quizá no sirvan demasiado a partir de las 20.30 de este miércoles, pero sí que ayudan a dibujar un boceto más o menos certero del precinto que envuelve la eliminatoria de semifinales. En la actual etapa del club aragonés en Segunda División, los últimos precedentes entre el Real Zaragoza y el Numancia tienen dos puntos principales en común: la igualdad en los resultados y la elevada cantidad de goles en los marcadores, con un total de tres de media por encuentro. Todo ello embalado en una atmósfera pasional, la que han generado estos años desde la grada los aficionados de ambas ciudades, espoleados por la rivalidad propia de la cercanía geográfica y humana en el denominado coloquialmente como ‘Derbi del Moncayo’.

Desde el último descenso, en la primavera de 2013 con Manolo Jiménez en el banquillo, el Real Zaragoza y el Numancia se han cruzado en diez ocasiones, con un balance de cuatro triunfos, tres empates y tres derrotas. El equipo zaragozano ha anotado 17 tantos y ha encajado 13, una renta que ha desequilibrado en la última temporada y media, cuando ha dominado con autoridad estos enfrentamientos. Este curso, el que sirve como guía más fiel por su cercanía temporal, su superioridad ha sido manifiesta, especialmente en el encuentro de la primera vuelta en La Romareda, en el que los de Natxo González golearon 3-0 a los de Jagoba Arrasate. Un doblete de Toquero y un tanto de penalti de Borja Iglesias dieron forma a un triunfo marcado por la expulsión del numantino –y exzaragocista– Diamanka.

Era la jornada octava y el equipo llegaba al encuentro necesitado de puntos tras sumar únicamente un triunfo (1-2 en Córdoba). Aquel Zaragoza, todavía muy distante en forma y rendimiento al que jugará esta noche en Los Pajaritos, disputó uno de sus encuentros más serios y solventes del primer tramo de liga. El Numancia, que comparecía avalado por un sobresaliente inicio de campeonato con cuatro triunfos, dos empates y una sola derrota se llevó de Zaragoza su correctivo más abultado de la liga. Desde entonces, ya no ha vuelto a salir derrotado con una renta de tres goles de desventaja. Una pista que ayuda a descifrar a un equipo que acostumbra a manejarse en resultados cortos y que esta temporada es un especialista en sumar triunfos por la mínima.

En la segunda vuelta, en el precedente más cercano, el Real Zaragoza logró conquistar en Los Pajaritos una de las escasas cuatro derrotas que han sufrido los numantinos en su estadio. En plena escalada hacia el ‘play off’, los de Natxo González completaron uno de sus encuentros más redondos a domicilio frente a un rival de la zona noble. Dos goles de Jorge Pombo patrocinaron un triunfo en el que Manu del Moral, ausente este miércoles por lesión, fue el goleador soriano.

Dominio local

Con este triunfo, el Zaragoza rompía una sequía de 18 años sin vencer en Soria, un estadio históricamente complejo para el club aragonés. Del mismo modo que La Romareda es terreno prácticamente inexpugnable para los sorianos, que solo han ganado una vez en a domicilio. Fue en noviembre de 2013, con Juan Antonio Anquela en el banquillo y con Julio Álvarez y Gaffoor como goleadores. Para el Zaragoza anotó el chileno Ángelo Henríquez en un equipo que entonces dirigía Paco Herrera.