Un Numancia a fuego lento

Sin figuras individuales que sobresalgan, el rival del Zaragoza en las semifinales de la promoción es el resultado de un proyecto a medio-largo plazo encabezado por Jagoba Arrasate y fortificado en Los Pajaritos.

Marc Mateu, listo para centrar en el último Numancia-Real Zaragoza.
Marc Mateu, listo para centrar en el último Numancia-Real Zaragoza.
Valentin Guisande

Basta con dar un pequeño paseo por El Collado, por las márgenes del río Duero o por el monte Valonsadero para comprobar rápidamente el trascendental papel que tiene el Club Deportivo Numancia para la sociedad soriana. Cualquier paisano, aficionado o no al fútbol, se encarga de subrayarlo cuando la conversación fluye en esa dirección. Y es que, el rival del Real Zaragoza en las semifinales del 'play off' de ascenso a Primera División es un pequeño milagro dentro de otro gran milagro. Un milagro dentro de Soria, una ciudad, capital de provincia, desatendida a nivel autonómico y más todavía en el ámbito estatal, que sobrevive principalmente por el empuje de sus gentes, que en muchas ocasiones se han agarrado precisamente al Numancia para reivindicar más atención social y económica. Así lo hicieron, sin ir más lejos, en la eliminatoria de la Copa del Rey que les enfrentó este curso al Real Madrid, el momento más álgido de su temporada hasta este pasado sábado, cuando conquistaron la sexta plaza y el billete para la promoción.

La clasificación soriana para las eliminatorias por el ascenso obedece a una máxima que dice que la actual Segunda División premia, por encima de todo, los proyectos a medio-largo plazo. El equipo soriano mantiene una base estable de futbolistas desde hace casi un lustro, con Jagoba Arrasate en el banquillo por tercera temporada consecutiva. Jugadores como Íñigo Pérez, Ripa, Aitor Fernández, Unai Medina, Manu del Moral, Dani Calvo, Nacho, Pablo Valcarce... dan forma a una plantilla reconocible que el club soriano ha ido mejorando verano a verano hasta alcanzar este curso su punto futbolístico más elevado. En este sentido, su temporada, termine como termine la promoción, ya es considerada por parte del club como exitosa. Un factor que resta presión a la plantilla pero que también puede agregar un punto humano de relajación.

Su principal fortaleza este curso es su sobresaliente rendimiento como local, donde se ha consolidado como el segundo mejor equipo de la categoría, solo superado -por un punto- por el Sporting de Gijón. En 21 jornadas en Los Pajaritos, ha ganado 15 partidos y solo ha perdido cuatro, uno de ellos precisamente frente al Real Zaragoza. Registros que descubren un bloque muy solvente en casa, con un notable nivel defensivo (12 goles recibidos) y una elevada capacidad para sostener marcadores favorables. Ocho de sus 15 victorias en casa son por la mínima, un registro que se eleva hasta las once si se cuentan también las registradas a domicilio.

Jagoba Arrasate ha edificado su Numancia sobre un 4-2-3-1 de corte clásico, en el que Íñigo Pérez y Diamanka son las piezas básicas sobre las que gravita el equipo en el centro del campo. Aitor Fernández, su portero, es el futbolista más destacado de la temporada, uno de los pocos guardametas de Segunda División que pueden acercarse al nivel exhibido por el zaragocista Cristian Álvarez. En el ataque, el técnico vasco ha rotado entre sus tres delanteros en función de sus estados de forma y su puntería. Manu del Moral (8 goles/31 partidos), Higinio (6 goles/25 partidos) y Guillermo (8 goles/37 partidos) se han repartido el rol de ‘9’ titular.

En el tramo final, Guillermo es el que está sumando más minutos y apunta a continuar como delantero principal en la eliminatoria ante el Real Zaragoza. Marc Mateu desde la izquierda y Pere Milla en la mediapunta son los otros dos futbolistas más determinantes. El primero suma dos goles y siete asistencias y el segundo acumula seis tantos y tres pases de gol. Sin el lesionado Julio Álvarez, su capitán y ejecutor clásico del balón parado, el Numancia ha perdido autoridad en las acciones de pelota detenida, pero ha ganado velocidad en las transiciones.

La cruz del conjunto soriano, en contraposición con su excelente rendimiento en Los Pajaritos, es su deficitario bagaje a domicilio. En 21 jornadas, apenas han ganado tres encuentros, con nueve empates y otras nueve derrotas. Son el noveno peor visitante de la liga y en el 2018 apenas han conseguido vencer un encuentro lejos de Soria (0-1 en Alcorcón). Sus funcionamientos defensivos y ofensivos caen en picado fuera de casa. Son las dos caras de un equipo cocinado a fuego lento que disfruta esta semana de su primer ‘play off’ de ascenso a Primera División en búsqueda de la que sería su quinta temporada en la élite del fútbol español. Impedirlo, es el primer reto del Real Zaragoza en esta fase de ascenso.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión