La plenitud de Cristian Álvarez

El argentino encara el partido ante el Numancia con la renovación en el bolsillo. Sus paradas han sostenido la notable mejoría del equipo en la segunda vuelta.

Álvarez, durante la sesión indoor motivada por la nieve
Álvarez, este miércoles, durante la sesión indoor motivada por la nieve
Toni Galán

No es casualidad que el mejor momento de la temporada del Real Zaragoza haya coincidido con la mejor versión de Cristian Álvarez. Más, bien, lo primero es en parte una consecuencia de lo segundo. El argentino es un fijo bajo los palos de la portería aragonesa desde la quinta jornada. Tan sólo se perdió el partido ante el Albacete a causa de una expulsión. Tras diversos bandazos de juego y resultados, el equipo de Natxo González parece haber encontrado su camino en Segunda, una categoría en la que pequeños detalles suelen marcar grandes diferencias. Entre los motivos del ilusionante cambio de cara de la escuadra aragonesa están, sin duda, el meta rosarino.

Sus paradas –determinantes en algunos casos, véase las penas máximas ante Sporting y Córdoba– se han transformado por partida doble en grandes acontecimientos. Por un lado, han aupado a los aragoneses a la cabeza de la tabla en lo que a la segunda vuelta se refiere (16 puntos). Además, le han valido para ser ya alineado en 25 partidos oficiales. Una cifra que alcanzó en la victoria ante el Oviedo y que le sirvió para prorrogar automáticamente su vinculación con el club dos temporadas más. A pesar de no haber jugado durante el último año por problemas personales, la dirección deportiva aragonesa entreveía un potencial que saldría a relucir con el paso de los minutos. No se equivocaba.

"Me encuentro muy feliz de haber podido renovar. Era el primer objetivo que me planteé conseguir", expresaba este miércoles Álvarez. El arquero titular del Real Zaragoza pronunció un discurso humilde pero firme acerca de su aterrizaje y sus condiciones para ayudar al equipo. "Desde el momento en que llegué, sabía lo que podía dar. Sabía que lo único que estaba en mis manos era trabajar con honestidad. Es lo que hice y voy a seguir haciendo; no lo cambia el hecho de ampliar mi contrato. Eso se está viendo acompañado con que se están dando resultados positivos en este momento de la temporada", afirmó. Las tres victorias que encadena el equipo –cuatro si se habla exclusivamente de La Romareda– se han visto beneficiadas por el buen desempeño defensivo del equipo, que apenas ha encajado un gol en los tres últimos partidos (Lugo, Nástic y Oviedo). "Cosecharemos puntos si seguimos cuidando la defensa", vaticinó el meta. Aun así, Álvarez tuvo que reconocer la importancia capital de su posición en el juego. "Ha habido partidos en los que fui decisivo. El portero lo es, para lo bueno o para lo malo", manifestó. En las últimas fechas, el argentino está sosteniendo al equipo en momentos clave. Además, su regular rendimiento le ha permitido continuar en el once jornada tras jornada, a pesar de los habituales cambios de Natxo. Acumula 2048 minutos defendiendo el arco aragonés.

Su edad supone, por otro lado, una ventaja a la hora de ser el inquilino de los palos zaragocistas. 32 años que no le impiden ofrecer un gran rendimiento (la portería parece resistir mejor el paso del tiempo que otras demarcaciones) y que, a la vez, le convierten en una voz experimentada del vestuario. La veteranía de Álvarez se refleja en su poso, en la manera de evitar una euforia desmedida para que esta pueda desatarse con suerte a final de campaña. "No logramos todavía nada. Los frutos se están dando en un grupo que está creciendo y madurando, pero no hay que dormirse porque podemos lograr un objetivo lindo como sería entrar en ‘play off’. Tenemos que trabajar de la misma manera, mantener un equilibrio. Aunque ahora estamos mirando hacia arriba. Y no obsesionarnos ni con el descenso ni con la promoción", aseguró. El temple de Cristian Álvarez bajo palos se traslada fuera del césped.

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