Por un sueño de Primera

El Real Zaragoza finaliza tercero y se enfrentará en la primera ronda de la promoción al Numancia. El primer partido lo jugará en Soria el miércoles y tendrá el factor campo a favor todo el ‘play off’.

Febas celebra su gol al Barça B
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Albert Salamé

El Real Zaragoza jugará con 12 los ‘play off’ de ascenso a Primera. No recibirá un privilegio de la Liga ni nada por el estilo. Tampoco han cambiado las normas y reglas de la competición. El Zaragoza jugará con 12 porque afrontará la promoción –los días más bonitos en mucho tiempo en la historia de un club golpeado y doliente en los últimos años– a hombros de La Romareda. La escuadra de gladiadores de Natxo González ganó en Barcelona, una victoria que, conjugada con la derrota del Sporting en Córdoba (3-0) le sirve en bandeja la tercera posición. Y así es: el Zaragoza ha agarrado la medalla de bronce tras una estratosférica segunda rueda del campeonato, con 47 puntos de 63 posibles. Esa tercera plaza le permite adentrarse en el ‘play off’ con el factor campo y con el factor desempate favorables. Es decir, jugará en La Romareda la vuelta de la primera eliminatoria y, en caso de clasificarse, también en la segunda. Además, en casos de empates tras prórroga, al no existir tandas de penaltis, la victoria caería del lado del Zaragoza.

¿Y el rival? El Numancia. Aquí al lado, contra un duro contrincante, fuerte en casa, con el estado de ánimo inflamado tras meterse entre los seis primeros en el último golpe de riñón. El Zaragoza tendrá un rival que presenta ciertas ventajas logísticas, algo clave cuando se juegan tantos partidos en tan pocos días y el descanso entra en juego. Nada que ver con otras opciones que ayer se quedaron en el camino, como Cádiz, Valladolid u Oviedo. El conjunto aragonés tendrá un viaje cómodo a Soria el próximo miércoles, fecha del primer enfrentamiento, en Los Pajaritos. El partido será a las 20.30, con la vuelta programada en La Romareda el sábado, a las 18.00.

Estas son las fechas, horas y escenarios. Zaragoza y Numancia los candidatos. Los otros dos aspirantes, en una batalla entre históricos, son el Sporting y el Valladolid. Los asturianos perdieron el Córdoba y llegan a la promoción con una tendencia negativa desde que cayeron en La Romareda. El Valladolid representa todo lo contrario: se ha metido quinto tras un formidable arreón final.

Porque los estados de ánimo, la cuestión emocional, desempeñan un papel esencial en las próximas fechas, en unas eliminatorias de ascenso en las que lo pasado apenas cuenta, donde se juega a 180 minutos, con una ida y una vuelta, en las que los detalles mínimos cobran un valor sustancial… Es como si la competición se reiniciara bajo otros órdenes y patrones. El Zaragoza llega a este punto lanzado hacia la Luna. Lo dice su fútbol, sus números, pero también su felicidad. La felicidad en estos momentos puede meter más goles que Borja Iglesias. Su dinámica –hay que repetirla: 47 puntos en la segunda vuelta– le ha llevado, precisamente, a tocar el techo de su clasificación durante toda la temporada en la jornada 42ª. No había pasado de la cuarta plaza. Del Miniestadi salió tercero, con 71 puntos (el Girona subió como segundo el año pasado con 70). El ascenso directo se le ha quedado a cuatro puntos, la cifra, curiosamente, que Natxo González siempre echó de menos al cerrar la primera vuelta.

Después de cinco años atrapado en la maleza de una Segunda División cada vez más inhóspita, salvaje y competida, el Real Zaragoza se dirige hacia una semana, o dos, de ensueño. En una ola de entusiasmo, más arropado que nunca por una afición que se siente partícipe de la maquinaria del equipo, con una ilusión bestial. La oportunidad es única para liberarse de unas cadenas que han detenido el tiempo de su gloriosa histórica. Hace tres años, se quedó a siete minutos en Las Palmas. Desde aquello, se han sucedido los lamentos y pesares. Aquel equipo se quedó al filo, pero no tenía nada que ver con el actual. Este Zaragoza ha pisado la promoción con una huella de gigante. Es un bólido de bonitos acabados y eficiente cilindrada, una obra colectiva inspirada y defendida en los despachos por Lalo Arantegui, ensamblada con paciencia, precisión e identidad por Natxo González y compuesta por un puñado de jugadores hambrientos, una pequeña gran familia, de sangre juvenil, alegre y descarada. El factor humano de este Zaragoza de chicos con toda una carrera por construir es el secreto mejor guardado de este primer objetivo.

Y tiene, también, más ahora, a su gente:La Romareda que puede con todo.

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