La fuerza del Rayo

El equipo madrileño es el conjunto más goleador de la categoría y destaca por su potencial en la zona ofensiva

Raúl De Tomás, en La Romareda, durante el encuentro de la primera vuelta.
Raúl De Tomás, en La Romareda, durante el encuentro de la primera vuelta.
Oliver Duch

Con 55 goles marcados a lo largo y ancho de la temporada, poco más cabe de añadir sobre las principal fortaleza del Rayo Vallecano. Su musculatura ofensiva es imponente, poderosa, eficaz. El Zaragoza se encontrará mañana delante al mejor ataque de la categoría. Un conjunto diseñado con mimbres de prestigio dentro del contexto de la categoría. Aglutina cantidad, calidad y variedad en su parcela ofensiva. Una cuestión que, como es obvio, condiciona la preparación del partido en la pizarra de Natxo González.

Míchel, el incipiente técnico del Rayo, quien fuera un centrocampista ofensivo de pie fino y mente clara, viene moldeando su equipo desde la irregular pasada campaña. Durante la segunda vuelta, después de complicarse la vida, el Rayo Vallecano reaccionó con un fútbol vivo y veloz. Sobre aquella base, el joven técnico ha levantado una estructura admirada entre los profesionales de la categoría, tal y como pudo escucharse de voz del propio Natxo González, confesando ayer que el Rayo Vallecano le sugiere el mejor fútbol de Segunda.

El conjunto madrileño rebosa dinamita en su arsenal. Durante toda la temporada, el gol ha sido su constante. Promedia casi dos tantos por encuentro y sus partidos suelen ser volcánicos, como se comprobó en La Romareda durante la primera vuelta (3-2). Es un equipo, ante todo, letal a campo abierto. Si el duelo se abre y se convierte en un intercambio de golpes, el Rayo suele imponer su ley. El Rayo Vallecano, con 34 goles en 17 jornadas (2 dianas por partido) es el local de la liga con mejores números ofensivos, especialmente, en una segunda vuelta que ha puesto al Rayo en el cielo de la categoría.

El conjunto madrileño es el resultado de una idea de juego que pone el énfasis en la verticalidad de la pelota. Es un equipo agresivo en la posesión, vertiginoso y demoledor en la transición atacante. Si el Rayo corre, el Rayo electrocuta. Tiene jugadores esenciales para desarrollar ese fútbol. En racha llega al partido contra el Zaragoza el delantero centro Raúl de Tomás, máximo artillero de la segunda vuelta con 11 tantos. De Tomás le aporta la salsa de gol al Rayo, pero hay más. Adrián Embarba (siete goles y 10 asistencias) es uno de los puñales más afilados de la categoría. Tiene en Trejo un jugador ofensivo, de espacios intermedios, que aviva los ataques. Unai López le da calidad en el pase. Y el Chori Domínguez, cuando toca, aún retiene gotas de imaginación y creatividad en los metros finales. Por si fuera poco, en enero, agregó a Bebé, extremo atlético y potente, perfecto para lanzar dentelladas rápidas. También incorporó a Armenteros, extremo de jugar más al pie, pero con buena trayectoria, en Sevilla o el propio Rayo. De alternativas de De Tomás, el Rayo va bien surtido de perfiles para el delantero centro. Manucho le da opciones de juego directo y aéreo. Javi Guerra representa otras características. Y aunque no es delantero ni ocupa posiciones avanzadas hay que reseñar al lateral izquierdo Álex Moreno, posiblemente el mejor en el puesto en la categoría, un extremo reconvertido que es una centella y tiene disparo a gol.

Esta vocación ofensiva tiene sus peajes: la búsqueda y hallazgo del equilibrio. Con 36 tantos, el Rayo Vallecano es el equipo más goleado de los seis primeros clasificados. En ese punto, el Zaragoza encontrará debilidades en el rival. Los canteranos Santi Comesaña y Fran Beltrán son los encargados de equilibrar al equipo. El segundo es internacional sub 19, una de las mejores proyecciones del fútbol español ya en la órbita del Barcelona. Es un mediocentro trabajador e incombustible, peleón. Dará que hablar.

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