Un Rayo en el horizonte

El partido de Vallecas constituye una frontera en la temporada del Real Zaragoza. Dos de los tres mejores equipos del momento se cruzan en un punto clave en la opción de ascenso directo de los aragoneses

Los futbolistas del Real Zaragoza, en un entrenamiento.
Los futbolistas del Real Zaragoza, en un entrenamiento.
Oliver Duch

Hay unas líneas básicas en el discurso interno del vestuario del Real Zaragoza que todos los futbolistas y el cuerpo técnico comparten. Variarán enfoques, contenidos o propósitos. Pero existe una idea vertebradora de la que nadie se separa, como hizo ayer Mikel González, más aún cuando aún restan ocho jornadas, tiempo suficiente para ganarlo todo, aunque también para perderlo: la escalera de la Segunda División se sube de peldaño en peldaño.

Al Zaragoza le ha ido así bien, sin definirse objetivos inexcusables ni precipitarse a la hora de fijarlos. Y así continúa siendo a las puertas de uno de esos partidos, la dura visita al Rayo Vallecano, que pueden delimitar el futuro del equipo y despejarle la realidad de una nueva meta: el ascenso directo.

Hasta ahora, el Zaragoza se ha movido por la temporada si presiones autoimpuestas y ese gestión de los objetivos, el modo en el que Natxo González ha manejado los mensajes, le ha funcionado. Un partido lleva a otro y así se explica la reacción del conjunto aragonés. Primero, acercándolo a las posiciones de altura. Después, adentrándolo en terrenos de la promoción. Más tarde, a golpe de nuevas victorias, consolidándolo en esas alturas y declarándolo aspirantes. Y, ahora, la siguiente etapa vive en Vallecas un punto determinante. Una línea roja y fronteriza.

No hay obsesión en ello, pero el Zaragoza tiene en Madrid el sábado una oportunidad perfecta para calibrar la profundidad de su estado de forma y medir el alcance de su crecimiento. Es decir, si su fútbol y su rendimiento competitivo le pueden estirar tanto la dinámica como para pensar en premios mayores. Tiene precisamente al Rayo Vallecano, segundo clasificado, a seis puntos. Quedan 24 por jugarse. Tiempo y matemáticas hay. Falta por comprobar si hay fútbol suficiente. El Rayo Vallecano representará un obstáculo de primer nivel para despejar nuevas incógnitas acerca del tamaño posible del Real Zaragoza.

Colisionan dos de los mejores tres equipos del momento en la categoría, tal y como indica las inercias de la segunda vuelta. El Zaragoza ha sumado 31 puntos, los mismos que el Sporting, por los 26 del Rayo Vallecano, que solo ha perdido un encuentro en este intervalo de la temporada (contra el otro titán actual, el Sporting, en El Molinón). En este tiempo, está invicto en su fortaleza de Vallecas, de donde solo se han escapado cuatro puntos de los últimos 24, contra el Oviedo y el Cádiz.

Precisamente, es contra los conjuntos de la zona alta donde el Rayo Vallecano más problemas está experimentando en esta vuelta. De los actuales ocho primeros clasificados, a falta de sus partidos contra el Zaragoza y el Granada, los madrileños solo han ganado al Huesca en esta segunda vuelta.

Una victoria en Vallecas subiría los de Natxo González a otro estrato de la categoría de cara al arreón final de la temporada. No solo le consolidaría en zona de promoción, sino que le abriría la puerta a metas mayores en las jornadas finales. Los partidos contra Huesca, Rayo Vallecano, Sporting y Cádiz iba a poner al Real Zaragoza en su lugar definitivo en la liga y así apunta a ser.

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