Real Madrid-Barcelona: el clásico copero de las paradojas

El equipo blanco, en mejor momento, y el Barça, superior durante la temporada pero herido por dos derrotas seguidas, afrontan el primer asalto de semifinales en el Bernabéu (21.00).

Militao intenta controlar el balón en el entrenamiento de este miércoles.
Militao intenta controlar el balón en el entrenamiento de este miércoles.
Chema Moya/EFE

La tantas veces denostada Copa del Rey recupera su máximo esplendor con un clásico en semifinales un tanto contradictorio, ya que por números en este curso y tradición en este torneo el Barcelona debería partir con ventaja y, sin embargo, la crítica coincide en que el Real Madrid se encuentra mejor física, mental y con más argumentos futbolísticos en este punto de la temporada (21.00, La 1 y Movistar).

Los tópicos, tan utilizados siempre en estos partidos, también resultan paradójicos. Por un lado, la lógica dice que quien juega en casa, tiene más a su favor. Pero también sirve el argumento de que en un derbi todo es posible y nunca hay un favorito por más que Xavi Hernández, técnico azulgrana, recurra al tradicional método de concederle al enemigo esa condición de aparente privilegio y, por ende, esa presión.

Un estatus que, por otro lado, el Real Madrid tiene bien asumido por su escudo, historia, palmarés a idiosincrasia. Si hay un equipo en el mundo que se siente cómodo en ese papel preponderante, es el blanco, acostumbrado mucho más a ser temido que a temer. Hasta cuando sufren con el agua al cuello, a punto de ahogarse, se saben capaces los madridistas de salir a flote y lucir su poderosa pegada.

El Barça solo ha derrotado a su archirrival dos veces en sus últimos ocho duelos y sucumbió en el último choque liguero en el Bernabéu (3-1), allá por octubre, pero el golpe de efecto de los culés en la Supercopa de Arabia Saudí está reciente. Hace un mes y medio, nada en la vida pero una eternidad en el cambiante mundillo del fútbol, el equipo azulgrana pasó por encima de un pésimo conjunto blanco en Riad. Los goles de Gavi, Pedri y Lewandowski marcaron la enorme diferencia en esa Supercopa, donde el gol de Benzema en el descuento solo maquilló el baile.

Ese encuentro y el hecho de que en el torneo de la regularidad el Barça aventaje al Real Madrid en siete puntos, permitirían colegir que los catalanes son muy superiores. Pero ocurre que en las últimas semanas estalló el ‘caso Negreira’, el presidente Laporta se dedicó a desviar la atención hablando de campañas desestabilizadoras y, curiosamente, el equipo empezó a perder. Fue eliminado de la Liga Europa por el Manchester United, lo que ratificó otro fracaso en el Viejo Continente, y llegaron las dudas. 

Tantas que el Barça cosechó el pasado fin de semana en Almería su segunda derrota liguera, tras la referida en Chamartín. Se quedó a cero y, lo que es peor, desperdició una ocasión pintiparada de sentenciar la Liga un día después de que el Madrid tropezase ante el Atlético en el derbi. Ese encuentro ante los colchoneros bajó de nuevo a los merengues al planeta tierra tras verse en la gloria con ese 2-5 histórico en Anfield, pero los pupilos de Ancelotti disfrutan ahora con la autoestima más alta.

Carletto, con una tendencia peligrosa a hacer cosas extrañas en los clásicos, como situar a Modric de delantero en ausencia de Benzema o ubicar a Kroos de mediocentro de contención, como hizo en la Supercopa, asegura que no cometerá los mismos errores y levanta su ceja, sonriente, cuando se le pregunta si el ‘cagómetro’ se ha instalado en el Barça. "No sé lo que es eso", responde el de Reggiolo, a quien todo le parece bien y apenas rechista ni polemiza. Sí avisa a su rival de que cuando hay un título cerca, la caldera del Madrid se calienta.

Las alternativas

Un sabio que no tiene claro su once porque dispone de muchas alternativas en el centro del campo. Por encima de la meritocracia, en este tipo de citas suele tirar más de galones que de momentos de forma. Si es así, Kodric y Modric jugarán desde el inicio. Camavinga está mejor que Tchouaméni, pero este es un mediocentro quizá más específico. Y Ceballos se merece más protagonismo aún, y hasta la renovación.

Alejado todavía en la Liga, subido en el Champions y ganador ante el Eintracht en la lejana Supercopa de Europa, el Madrid pretende volver a disfrutar con una Copa que le ha dejado muchas resacas con dolor de cabeza en este siglo. Ha levantado el trofeo en 19 ocasiones, pero la última vez, con Ancelotti en el banquillo, fue en 2014. Desde entonces, solo hace cuatro años pudo alcanzar las semifinales, eliminado por el Barça, indiscutible rey de Copas con 31 títulos, seis entre 2012 y 2021, y nada menos que 42 finales.

Las bajas de Lewandowski, Pedri y Dembélé, sus tres mejores goleadores de la campaña, turban a Xavi. A priori, el objetivo del técnico de Tarrasa es hacer un partido de ritmo lento, evitar las temibles transiciones del Madrid y dejar la resolución para dentro de un mes en el Camp Nou, quizá ya con todas sus estrellas disponibles. Parece que utilizará cuatro centrocampistas, uno de ellos Gavi aunque en el dibujo aparezca como falso extremo. Y de nueve mentiroso quizá Ferran Torres, ese yerno de Luis Enrique que no termina de explotar aunque su entrenador diga que confía plenamente en él y que si está en el Barça en parte es por su actual entrenador. Otra paradoja del clásico.

Alineaciones

Real Madrid: Courtois, Carvajal, Militao, Rüdiger, Nacho, Tchouaméni, Kroos, Modric; Valverde, Benzema y Vinicius.

Barcelona: Ter Stegen; Araujo, Koundé, Christensen, Balde o Alba, Busquets, De Jong, Kessié, Raphinha, Ferran y Gavi.

Árbitro: Munuera Montero (Comité Andaluz).

Hora: 21:00 (La 1 y Movistar). 

Estadio: Santiago Bernabéu.

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