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Coherencia y equilibrio: así ha forjado su baloncesto Luis Casimiro

El nuevo técnico del Casademont Zaragoza comenzó a entrenar en el patio de su colegio en Puertollano y llegó a compaginar su trabajo deportivo con un puesto de funcionario en el Ayuntamiento.  

Pep Cargol, este domingo junto a Luis Casimiro en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza.
José Miguel Marco

Aunque se cocinó a fuego lento, la vocación de Luis Casimiro por entrenar viene de lejos. Nacido en Villamayor de Calatrava, un pequeño pueblo de Ciudad Real, el nuevo técnico del Casademont se mudó a los cuatro años por motivos familiares a Puertollano, donde comenzó a estudiar en el colegio Ramón y Cajal. En aquel patio, a mediados de los 70, su profesor de Educación Física organizó una liga interna para los chavales de 4º de EGB dirigida por estudiantes de 8º. Luis se apuntó a entrenar a uno de los grupos… y ganó el torneo.

Allí comenzó a forjar lo que hoy define como su gran pasión: ser entrenador de baloncesto. Con 14 años, ya entrenaba a los chavales de ocho y, tras pasar por el instituto, montó junto a unos colegas un club al que llamaron ‘Los Amigos’, que terminaría fusionándose con el propio equipo de Puertollano, donde Luis entrenaría al equipo Júnior antes de tomas las riendas del primer equipo.

A los 26 años, Casimiro era segundo técnico del Puertollano y uno de los aleros de la plantilla. Una noche, le ofrecieron ser el primer entrenador, aceptó y renunció así a su carrera como jugador. En aquella etapa, el técnico compaginaba sus labores en el banquillo con su puesto como funcionario en el Ayuntamiento de Puertollano. También trabajaba como monitor de Educación Física y en una residencia de la tercera edad.

Tras pasar por el CB Almodóvar del Campo y el Don Benito, Luis se quedaría en el paro por problemas económicos de su último club. En ese momento, Ricardo Hevia, referente personal y uno de los mejores amigos que tiene en el mundo del baloncesto, le llamó para ofrecerle un puesto de ayudante en el Breogán. Por fin en ACB.

A principios de los 90, su pizarra se impregnó también de las enseñanzas de Pedro Martínez en Salamanca, mientras que en Alicante y en Gijón, ya como primer entrenador, rozó el ascenso a la máxima categoría. En la LEB ya comenzó a destaparse como un apasionado del baloncesto, un técnico con el equilibrio por bandera. "El baloncesto son 24 segundos para atacar y otros 24 para defender, todo es equilibrio. Si lo consigues entonces tendrás mucho ganado. Es cuestión de coherencia", repite siempre que se le cuestiona por su forma de entender el juego.

Tras su experiencia en Gijón, le llegaría la gran oportunidad de su vida: entrenar al Manresa en ACB. Era la temporada 97-98 y aquel curso culminó una de las grandes gestas de la historia del baloncesto nacional: alzar el título con el histórico TDK Manresa. Le ganó la final al entonces Taugrés de Sergio Scariolo. Fue nombrado mejor entrenador del año en su debut en la élite del baloncesto español.

Tras tocar techo en Manresa, Casimiro ha entrenado a un amplio listado de clubes en la élite española, incluidos varios en competiciones europeas: Cáceres, Valencia, Valladolid, Alicante, Fuenlabrada (lo ascendió de la LEB a la ACB en 2005), Estudiantes, Málaga, Sevilla, Gran Canaria (ganó la Supercopa en 2016)…

En total, Casimiro contabiliza 27 campañas en activo, con un total de 694 encuentros dirigidos en la máxima categoría. Es el sexto entrenador con más triunfos acumulados en la ACB (336 victorias). Estuvo a un paso de dirigir a España en 2002, cuando llegó Imbroda, y especialmente en 2008 justo antes de la llegada de Aíto García Reneses. Ahora, el baloncesto le ha llevado a Zaragoza, donde tiene la gran misión de conseguir el primer gran título de la historia del club: la Basketball Champions League 2021.