La temporada, en 48 horas. El Casademont Zaragoza se jugará esta semana su presencia en la fase final de la Champions League, en una doble jornada europea que le medirá con el Dinamo Sassari italiano y con el Nymburk checo en el pabellón Príncipe Felipe. El cuadro aragonés necesita sumar la victoria en sus dos compromisos, después del oprobio soportado en Alemania, el pasado miércoles, en la pista del Brose Bamberg (117-76). Entonces, el equipo zaragozano fue un bloque vacilante y quebradizo, roto, descompuesto, desnortado, sin alma, sin argumentos, sin  una propuesta colectiva solvente. Completó, de hecho, su peor actuación del presente curso, sobre todo por su actitud indolente en las labores de contención: encajó hasta 117 puntos en 40 minutos de juego, un registro inasumible para una plantilla con las máximas aspiraciones en el campeonato continental.

El Casademont se mantiene líder del Grupo L, aunque ya sin apenas margen de error en su recorrido hacia la fase final del torneo, una Final a Ocho fijada para la primera semana de mayo (del 5 al 9) y cuya sede, todavía por determinar, se anunciará una vez se conozcan todos los equipos clasificados. Pese a alinearse actualmente en el primer puesto de la tabla (el Dinamo Sassari y el Nymburk cuentan con un partido menos), si el conjunto aragonés no es capaz de sacar adelante sus dos próximos encuentros, ambos en el pabellón Príncipe Felipe, entonces comprometerá drásticamente su continuidad en la competición.

En este sentido, la segunda ronda de la Champions League consta de cuatro grupos, con cuatro equipos cada uno, que se enfrentan en formato de ida y vuelta –seis partidos en total–. Los dos primeros de cada grupo participarán en la fase definitiva, que reunirá a los ocho mejores conjuntos del torneo.

El Casademont aspira a todo a la máxima competición continental, más aún cuando se trata del único asidero al que agarrarse en la presente campaña. De hecho, el ‘play off’ de la Liga Endesa parece ya un reto inabordable, tras haber encadenado tres derrotas consecutivas –Joventut de Badalona (95-100), Barcelona (107-88) y Estudiantes (104-113)– que han frenado en seco la escalada que venían protagonizando los zaragozanos desde el inicio de 2021, y que se había traducido en nueve victorias en los 10 primeros partidos del año entre el torneo doméstico y la Champions League.

Sin embargo, el Casademont se halla a ahora tres victorias del octavo clasificado, y a cinco del séptimo, cuando restan diez partidos para que finalice la competición regular. Todo ello, cuando le aguardan aún adversarios de altura, de una exigencia máxima, como el Real Madrid, el Unicaja de Málaga, el Valencia Basket, el Lenovo Tenerife o el Burgos.

En este escenario, el Casademont se centra en la Champions League, donde le sobrevienen dos duelos vitales en sus aspiraciones. El primer obstáculo atiende al Dinamo Sassari (mañana, 20.00), conjunto que se presenta en el pabellón Príncipe Felipe tras haber doblado la rodilla en sus dos compromisos de esta segunda fase: cayó en Italia, precisamente contra el Casademont Zaragoza (77-65), en la jornada inaugural; y también fue superado una semana más tarde por el Nymburg, en la República Checa (90-89).

Dos días después de medirse con los transalpinos, la escuadra zaragozana recibe al Nymburg (jueves, 20.00), rival que permanece invicto en esta ronda del torneo. Los checos doblegaron en la primera jornada a un Brose Bamberg con numerosas bajas en sus filas (91-87), y posteriormente se deshicieron por la mínica del Dinamo Sassari, justo antes de que se detectaran positivos por coronavirus en su plantilla.

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