El Real Zaragoza elude el descenso con una gran victoria en Santander por 0-2 en un partido tenso y bien resuelto

Un tempranero gol de Azón puso en ventaja a los de Víctor Fernández y Sergi Enrich redondeó el vital triunfo en el 89 con otro gol decisivo.

Partido Racing de Santander-Real Zaragoza, jornada 41 de Segunda División
Partido Racing de Santander-Real Zaragoza, jornada 41 de Segunda División
LaLiga

El Real Zaragoza logró eludir el descenso, riesgo mayor que sobrevolaba sobre las dos últimas jornadas de liga, al ganar este domingo 0-2 al Racing en Santander, rival que se jugaba un puesto en la promoción de ascenso a Primera División. Fue un duelo complicado, lleno de trampas, que los de Víctor Fernández resolvieron con mucho mérito y trabajo. El último choque ante el Albacete ya carece de importancia. El equipo aragonés cumplirá el año venidero su 12ª campaña seguida en Segunda.

Tenso en grado extremo, incandescente en su medioambiente, fue el primer tiempo desde el mismo pitido inicial. La atmósfera creada por el racinguismo, en su afán por volver a la élite muchos lustros después de la última vez, generó un escenario de esos que solo se ven en los partidos finales de cada liga, cuando ya no va más en las apuestas. Ante este envoltorio explosivo, lo mejor que le sucedió al Real Zaragoza fue adelantarse 0-1 en su primera llegada. En el minuto 3, como el último día ante el otro Racing, el de Ferrol, el equipo aragonés tomó ventaja gracias a un gran gol de Azón, mano a mano tras un pase de Moya, generador de la jugada con apoyo sobresaliente de Maikel Mesa en la frontal. El ariete canterano controló solo y resolvió por raso de maravilla.

Fue la clave del desarrollo de la primera mitad del rusiente duelo. El Zaragoza pudo jugar con el reloj, manejar la alteración nerviosa de los locales, parar el juego cuando era preciso para enervar a un efervescente público que llenó a rebosar El Sardinero. Había empezado como un tiro el equipo montañés, con sangre en los ojos. Peque,a las 30 segundos, se fue de ese coladero que ha sido todo el año en defensa el lateral Lecoeuche y su chut raso lo salvó el recuperado a la fuerza Badía, en su primera gran parada (de un recital que dio después). Era un aviso claro de la potencia ofensiva cántabra.

Tras el gol de Azón, los norteños se resintieron. El público mostró decepción, hubo cierto enfriamiento puntual. Jair, en el minuto 6, en semichilena, forzó al portero Ezkieta a otra parada por alto tras un córner. Y Mouriño, en el 13, cabeceó flojo una falta lateral de Moya, de nuevo a las manos del guardameta santanderino. Era un oasis este leve dominio aragonés. Se preveía un renacer racinguista y surgió de súbito. Arana, un ariete incansable, concluyó una jugada de Aldasoro a quemarropa y Badía respondió con un paradón monumental en todo lo alto para salvar el empate cantado en el minuto 15. En el 17, con la gente de nuevo enervada en los graderíos, Peque se encontró el balón solo en el punto de penalti tras otro retrato de Andrés Martín al blando Lecoeuche y remató erróneamente, fallando un gol claro. El aluvión no cesó y un minuto después, Íñigo Vicente, el mejor de los racinguistas, se metió hasta el palo por la línea de fondo ante la facilidad dejada por Mouriño y su centro raso se paseó por delante del marco sin hallar rematador.

El Real Zaragoza estaba noqueado. No salía del área propia. Le faltaba velocidad, tener la pelota dos toques. En el 21, Aldasoro, tras una penetración del lateral Dani Fernández de nuevo a la espalda del gruyere Lecoeuche, disparó de rosca desde la frontal y la pelota, que iba a la escuadra, dentro, fue restada por Badía en una palomita de enorme mérito y belleza. Salvó otro gol cantado. Al menos, de ese dominio apabullante del Racing, los de Santander no estaban sacando provecho. Era la lectura positiva del avasallamiento evidente.

Liso dio oxígeno a los zaragocistas en el 32 con un disparo en el área, que debió ser el 0-2 tras una buena jugada en la que Azón lo dejó solo, pero se la tocó Ezkieta y se fue a córner junto al palo derecho. Fue un minuto de tregua local, pues el cuadro cántabro volvió a la carga con energía. Peque, en el 35, cabeceó solo en el área pequeña una falta lateral y, en carrera, envió el balón por encima del larguero. Y la jugada más polémica quedó para el minuto 41. Marcó gol el Racing, por medio de Andrés Martín, en un remate mordido en el área que dio en el poste y entró. Pero Rubén Alves había cargado por la espalda claramente en el salto previo a Francés y le había hecho falta. Galech Apezteguía, aturullado en sacar tarjetas y tratar que no se le fuera el partido de las manos desde muy pronto, no se enteró y dio gol, lo mismo que el juez de línea de turno. Menos mal que Sagués Oscoz, el árbitro del VAR, mandó revisar el monitor y le enseñó la acción a su colega, que anuló el que iba a ser el 1-1. Un alivio profundo para los de Víctor Fernández, que lograron llegar al intermedio imbatidos pese al acoso brutal de un Racing superior en fútbol y creatividad. .

Sin cambios tras el descanso

El segundo tiempo empezó sin cambios nominales. Azón pudo hacer el 0-2 en el minuto 47 y repetir el guion del inicio de la otra parte. Cabeceó solo en el área pequeña una falta lateral centrada de rosca por Moya, pero la echó por encima del larguero. No estaba la tarde para fallar cosas tan claras. Ahí pudo estar la puntilla para un Racing cada vez más atropellado por sus histerias y necesidades. Hasta el minuto 57 no hilvanaron los de José Alberto su primer ataque potable del segundo periodo. Lo acabó el lateral Saúl con un remate raso que sacó con el pie Badía, de nuevo pleno de reflejos. El Zaragoza aguantó bien el primer cuarto de hora de la reanudación, bajando las revoluciones al tempo del juego. Era una buena media meterle cloroformo al circular del balón.

Partido Racing de Santander-Real Zaragoza, jornada 41 de Segunda División
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En el 62, Andrés Martín culminó una jugada de Arana con un disparo raso que atrapó bien Badía. Se observaba cierto aculamiento del Real Zaragoza en su área, algo poco recomendable. En el 64 cayó lesionado Íñigo Vicente, el líder local. Una incidencia que, sin duda, beneficiaba los intereses de los de Víctor. Entró por él Mboula, extremo vertical. Un reto para Lecoeuche. Víctor aprovechó para mandar a la ducha a un individualista e inerte Liso y dio paso a Valera a falta de 24 minutos. El discurrir del segundero confirmó que el equipo zaragocista estaba demasiado atrás y que perdía enseguida el control del balón. El técnico aragonés movió el género en busca de sangre fresca e introdujo en el césped a Gámez y Enrich en vez de Mollejo (amonestado y caliente como una cafetera) y el agotado Mesa. Faltaba poco más de un cuarto de hora y la victoria empezaba a tomar cuerpo. Gámez hizo de extremo, doble lateral.

La salida de Vicente en camilla estremeció a El Sardinero. El equipo montañés lo notó en su ánimo y en su juego. Simultáneamente, Víctor logró su propósito con las sustituciones y los recién entrados ayudaron a quitarse el agobio por momentos. El balón se fue 20 metros más adelante y la portería de Badía quedó menos expuesta. El entrenador local reaccionó a la desesperada a falta de 12 minutos, con un triple cambio ofensivo a más no poder, con Lago Junior, Grenier y Sangalli para poner hasta cinco piezas en vanguardia. Un clásico cuando el tiempo se escapa entre las manos. Los ataques blanquinegros empezaron a ser a base de melés, a la montonera. En frente, el Real Zaragoza apenas pisó el área de Ezkieta en la segunda parte. Sus prioridades fueron siempre otras. El 0-1 era un botín único, algo que guardar por encima de cualquier otra cuestión. Víctor volcó toda la energía en defender, en contemporizar. Algo novedoso.

El Racing aún metió otro delantero más al final, Baturina en vez del defensa Alves. Un ataque alocado el de los de Santander. Entretanto, Azón se marchó acalambrado y entró Cuenca. Con los de Santander montados a caballo y mirando a Badía obsesivamente desde cualquier posición, la disyuntiva en los últimos minutos era clara: o lograban el 1-1 en algún espacio dejado por los zaragocistas o, por el contrario, estos iban a hallar el 0-2 en cualquier contragolpe, pues la zaga local era inexistente, un desbarajuste. Y, felizmente para los aragoneses, sucedió lo segundo. Valera robó una pelota, pasó en diagonal a la entrada profunda de Gámez y el centro de este fue rematado a puerta vacía por Sergi Enrich para hacer el segundo y certificar la permanencia en Segunda División. Vaya dos goles ha marcado Enrich en los dos últimos partidos. Qué caprichos tiene el fútbol. A veces, como en este caso, para bien.

El tiempo de aumento sobró. Los santanderinos estaban derrotados en toda la regla. Y el Zaragoza tenía cerrado su plan. Fue el único rato de la tarde en el que el zaragocismo respiró profundo, claro, sanado. En un momento de máximo peligro en los 92 años de historia de la entidad, en un partido y una jornada que podía haber sido letal para el viejo club aragonés, se acabó firmando un partido serio, con personalidad, con buen tino en los hechos cruciales y con ese puntito de fortuna que siempre es necesario para salir airoso en las dificultades que da la vida en cualquier faceta. Ya se puede empezar el proyecto 24-25. Este actual, que concluirá el domingo que viene con un partido inútil ante el Albacete, ha sido un estrepitoso fracaso, histórico, impropio e indefendible por parte de sus hacedores. En todos los estratos de la pirámide.

Partido Racing de Santander-Real Zaragoza, jornada 41 de Segunda División
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Ficha Técnica

Racing de Santander: Ezkieta; Dani Fernández (Sangalli, 78), Hernando, Rubén Alves (Baturina, 88), Saúl García; Aldasoro, Morante (Grenier, 78); Andrés Martín (Lago Junior, 78), Peque, Íñigo Vicente (Mboula, 64); y Arana.

Real Zaragoza: Badía; Mouriño, Francés, Jair, Lecoeuche; Moya, Grau; Mollejo (Gámez, 73), Maikel Mesa (Sergi Enrich, 73), Liso (Valera, 66); y Azón (Cuenca, 87).

Árbitro: Galech Apezteguía (Comité Navarro). Amonestó a Saúl García (12), Moya (21), Jair (29), Morante (38), Grau (39), Peque (45+4), Mollejo (68), David Fernández (71), Valera (77) y Lecoeuche (93).

Goles: 0-1, min. 3: Azón. 0-2, min. 89: Sergi Enrich.

Incidencias: Tarde nublada y fresca en Santander, con 15 grados al inicio del partido (las 18.30). El césped presentó un buen aspecto. Hubo lleno completo en los graderíos, con 22.200 espectadores, de ellos, algo más de 400 zaragocistas.

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