El sábado al fin pudieron celebrar una Quebrantahuesos como las de siempre, en junio y con más de 10.000 ciclistas aficionados.Tocaba después de tres años de complicaciones. Fue una inyección de moral. Todo salió rodado desde el viernes. La feria de ciclismo funcionó como nunca y el homenaje a Alejandro Valverde, de todos los que hemos hecho, es al que más gente ha ido. Ya el día de la marcha el tiempo fue buenísimo, hubo público, los participantes estaban contentos y con unas ganas tremendas. Y los voluntarios, igual. Se podía dudar de si iba a volver a ser lo mismo que antes y lo fue.

En 2020 se suspendió por la pandemia y en 2021 y 2022 hubo que trasladarla a septiembre. Este año la sombra de la mala suerte volvió a sobrevolar con el cierre del Portalet en mayo por un desprendimiento en el lado francés de la carretera.Desde el minuto uno confié plenamente en la administración francesa. Me decían que era un poco iluso, pero tenía el presentimiento de que conseguirían abrir a tiempo y así ha sido. Han estado siempre dando plazos máximos para curarse en salud. Hubo un momento crítico cuando se produjo un segundo desprendimiento, pero se solventó rápido. Estamos muy agradecidos por el esfuerzo hecho en Francia.

Valverde llegó el primero y batió el récord, lo que ha generado polémica entre los que entienden que las grandes figuras no deben exhibirse tanto.Desde el CC Edelweiss lo vemos perfecto. Nos ha parecido bien que viniese y diese lo mejor de si mismo. He leído muchas cosas, pero yo iba a su lado en un coche y la verdad es que ayudó mucho y muchos cicloturistas pudieron rodar junto a él. Se fue sin querer y una vez que se vio solo tiró para adelante. En Portalet fue esperando a los dos que iban con él, pero en la bajada no lo siguieron. Que esté en el listado de los que han llegado primero –en la Quebrantahuesos no hay ganadores– nos da un plus. Su tiempo perdurará.

Para usted, ¿qué es la Quebrantahuesos?Ahora mismo lo es todo, lo que me llena. He terminado trece Quebrantahuesos y seis Treparriscos y ahora el poder estar organizando es una ilusión y una alegría. Me ha enganchado de tal manera que se hace algo ineludible. Hay días que acabo mi jornada laboral y hago otra más con ella, pero como es a gusto no me cansa. Tengo la suerte de que a mis dos hijos les gusta también mucho el ciclismo y mi mujer se ha tenido que acostumbrar. Lo entiendo como una forma de luchar por que mi pueblo, Sabiñánigo, siga creciendo.

Al respecto, la repercusión económica es de casi 18 millones de euros.Es un motor importantísimo para la zona y una seña de identidad. Es sorprendente la cantidad de gente que conoce Sabiñánigo y que la asocia con la Quebrantahuesos. Internacionalmente también es un referente dentro del ciclismo. Una de nuestras metas es aumentar el porcentaje de corredores extranjeros.