deportes

Esgrima a ciegas, un combate donde el tacto entre espadas se vuelve crucial

La Federación Aragonesa organiza cada año una jornada para acercar a los deportistas la versión adaptada del deporte. 

Jornadas de esgrima a ciegas celebradas el 18 de marzo en Zaragoza.
Jornadas de esgrima a ciegas celebradas el 18 de marzo en Zaragoza.
Heraldo.es

Con los pies sobre una guía, ya sea de goma o metálica, y con un antifaz en los ojos para no ver nada. Estas son las peculiaridades de practicar esgrima a ciegas, una modalidad que no está incluida en la Asociación Internacional Deportes para Ciegos, pero que ya se está desarrollando en numerosos países. 

Para dar a conocer la esgrima adaptada, la Federación Aragonesa organiza, desde hace cinco años, una jornada anual. Las dos primeras versaron sobre esgrima en silla de ruedas y las tres últimas, a ciegas. 

La quinta jornada se celebró hace unas semanas en Zaragoza, con la participación de una docena de deportistas que practican esgrima. La mayoría ya habían entrado en contacto en anteriores ocasiones con la esgrima a ciegas, ya que desde la Territorial se emplea esta jornada, además de como herramienta de integración, como método de aprendizaje para sus alumnos del programa de Tecnificación. 

Para combatir en esgrima a ciegas se emplea el equipo habitual, compuesto por el pantalón y la chaqueta, la careta o máscara de protección, y la espada. En este caso, ninguna de las personas que participaron en la jornada tienen discapacidad visual por lo que combatieron con un antifaz que les quitaba la totalidad de su visión

Los tiradores se colocan sobre una guía y sus movimientos deben ser siempre sobre ella. De esta forma se pueden orientar y saber dónde están. Además, a diferencia de la esgrima sin adaptaciones, en este caso, antes de atacar, el arma de ambos combatientes debe tocarse. “De esta forma, el rival sabe que el ataque es inminente y puede tomar la decisión que considere para defenderse y evitar el toque”, explica Ramón Alcaine. Este veterano de la esgrima en Aragón es el director técnico de la Federación Aragonesa de Esgrima.

También es maestro de esgrima en el Club Esgrima Aragón, uno de los tres conjuntos federados que hay en la Comunidad. El Utebo Esgrima, donde Alcaine también hace las funciones de director técnico, y el Sala de Armas de Zaragoza son los otros dos. En Huesca hay otro club donde se practica este deporte, pero no está federado. En total, alrededor de 130 personas tienen licencia para competir en este deporte en la Comunidad, un dato que pone de manifiesto lo que Alcaine confirma: “La esgrima es un deporte totalmente minoritario”.

A pesar de ello, de la cantera aragonesa han salido grandes deportistas, como Beatriz Rangel, que forma parte del programa de tecnificación y cuenta con medallas nacionales. Lucas Ricarte fue bronce en la categoría Infantil del campeonato de España de 2019 y participa en pruebas europeas. Destaca también Manuel Callejas, que compite también a este nivel y está entre los 46 primeros de un ranquin de 250 tiradores. Todos ellos son jóvenes que exprimen este deporte, que es su pasión, al máximo hasta que llegan a la universidad. “Suelen ser personas inteligentes y con mucha capacidad de estudio. Cuando ven que no van a poder ganarse la vida con la esgrima, deben renunciar a ella para estudiar una carrera y dedicarse a esa profesión”, explica Alcaine, que lleva muchos años viendo cómo esta historia se repite.

Si la esgrima es ya de por sí un deporte que cuesta dar a conocer e introducir en la sociedad, encontrar personas con discapacidad que la practiquen todavía es más complicado. Así, actualmente en Aragón no hay deportistas de esgrima adaptada. “Alguna vez se pone alguien en contacto interesándose, pero es una persona de ciento a viento. Además, no disponemos de instalaciones adecuadas ni de los medios necesarios”, confiesa el director técnico. Desde la Federación Aragonesa de Esgrima se ha tratado de colaborar con la ONCE, sin éxito, y se toma como ejemplo otras ciudades españolas, como Ciudad Real, donde este año se celebró el primer campeonato mundial de esgrima a ciegas. “Creemos que es una modalidad con mucho potencial y nos gustaría poder introducirla como algo normal”, indica Alcaine. En el caso de la práctica en silla de ruedas, la trascendencia de las convocatorias que ha hecho la Territorial es similar. En estos torneos, los tiradores combaten sujetos a la silla de ruedas que, a su vez, está anclada al suelo, lo que confiere una mayor libertad de movimientos en el tronco y el tren superior. 

La jornada de esgrima a ciegas del pasado 18 de marzo se celebró en un espacio del pabellón zaragozano de La Salle Gran Vía, donde tiene su sede el Club Esgrima Aragón y donde también se desarrollan los cursos de tecnificación de la federación. Este es el único espacio fijo con el que cuenta la Territorial para poder dar a conocer este deporte porque, lamentan, “tampoco contamos con apoyo del Ayuntamiento”. Días antes, a principios de marzo, el Centro Cívico de Torrero acogió una jornada de esgrima y mujer, otro de los colectivos a los que se quiere integrar en esta práctica, acercando la esgrima al público femenino a través de la exhibición de combates de las deportistas de la federación.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión