El agitador del derbi

El partido tuvo un protagonista inesperado, el colegiado López Toca. Expulsó a Pulido por una dura entrada y quiso compensar luego con otra roja a Zapater.

Los equipos aragoneses se enfrentan desde las 16.15 este domingo en El Alcoraz
Pulido ve la tarjeta roja por su entrada a Simeone.
Javier Navarro

A veces los derbis necesitan una chispa para encenderse. Con el escaso fútbol que ofrecen el Huesca y el Zaragoza, ayer hacía falta un soplete. Nadie puso el calor suficiente como para que la cosa cogiera temperatura. Ni Joaquín, ni Obeng, ni Simeone, ni Bebé... El único que consiguió agitar con algo de fuerza el partido de El Alcoraz fue el colegiado del encuentro, José Antonio López Toca, que con dos expulsiones en la primera mitad a los dos capitantes de ambos equipos puso el poco picante que tuvo un choque insulso. Fueron dos decisiones que no gustaron ni a unos ni a otros y que dejaron una hora del Huesca-Zaragoza en un diez contra diez.

En un partido sin demasiada tensión hasta ese momento, López Toca expulsó a Jorge Pulido en el minuto 27. El central, que había recibido un homenaje antes del partido por su encuentro número 200 con el Huesca, siempre vive con intensidad los partidos contra el Zaragoza. Ayer no iba a ser la excepción. Poco antes de llegar a la media hora de partido, salió de cueva y cazó por el camino a Simeone con una dura entrada algo por encima del tobillo que le costó la expulsión. Fue una entrada de naranja oscuro. El color pudo tender –y tendió– al rojo, pero el listón quedó colocado a un nivel bastante alto para el resto del partido.

Se vio demasiado pronto. Apenas ocho minutos después –y con el gol de Bebé de por medio–, el colegiado decidió equilibrar las fuerzas del derbi mandando a los vestuarios antes de tiempo a Alberto Zapater. El capitán del Real Zaragoza elevó la pierna para buscar un balón y golpeó en la cara a Sielva, que trataba de llevarse la pelota con la cabeza. Los jugadores del Huesca olieron sangre y rodearon de inmediato al colegiado. El público también se echó encima de López Toca para exigir su pieza, después de haberse quedado sin su capitán.

Los equipos aragoneses se enfrentan desde las 16.15 este domingo en El Alcoraz
Momento en el que muestra la roja a Zapater.
Verónica Lacasa

Cambios para recomponer

La acción de Zapater tuvo un punto de imprudencia. Resultó peligrosa, pero fue la antiquísima ley de la compensación arbitral la que mandó al capitán a la ducha. El encargado de dirigir el encuentro quiso equilibrar el derbi, que se quedó con un jugador menos por cada equipo. Los entrenadores buscaron pronto soluciones. Ziganda lo hizo nada más ver Pulido el camino de los vestuarios. Sacó al otro Pulido, Rubén, para proteger el centro de su defensa. Escribá también tuvo que mover ficha, aunque lo hizo en el descanso. Retiró a Puche para dar entrada a Alarcón, que tomó el timón en el centro del campo junto a Francho.

El partido corría el riesgo de acabar en tormenta y lluvia de tarjetas. Poco después de expulsar a Zapater, el árbitro enseñó otra rigurosa tarjeta a Bebé –esta de color amarillo–. El paso por el vestuario debió calmar a los jugadores y también al colegiado, ya que en la segunda parte no hubo mayores acciones para la polémica. Ni para eso quedó el derbi aragonés.

El Real Zaragoza, salvo improbable recurso, perderá a Zapater para el próximo partido. Su ausencia se une a la de Jaume Grau, que parece complicado que se recupere para la próxima semana después de que el pasado miércoles sufriera una microrrotura en la musculatura isquiosural de su pierna derecha. De este modo, la pareja Francho-Alarcón se perfila como la opción más probable para recibir al Albacete.

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