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María José Poves: "La palabra injusticia debería estar prohibida en el deporte"

La exatleta (Zaragoza, 1978) saborea, con una década de retraso y feliz ante su próxima maternidad, un oro que le arrebataron las trampas del dopaje.

María José Poves, reconocida el miércoles en la Gala del Deporte de Zaragoza
María José Poves, reconocida el miércoles en la Gala del Deporte de Zaragoza
Toni Galán

En su caso se puede aplicar el refrán ‘más vale tarde que nunca’: ¡una medalla de oro en la Copa del Mundo de atletismo en marcha que llega diez años después!

(Risas) Pues sí, tarde pero ya es oficial, aunque me hubiera gustado tenerla en su momento; haberla disfrutado por toda la repercusión mediática, social y económica que conlleva.

Echemos la vista atrás: 13 de mayo de 2012, Saransk (Rusia).

Entonces fue mi mejor día deportivo, estaba espectacular y pude vivirlo con la emoción que supuso quedarme tercera en la Copa del Mundo -y subcampeona con la selección española por equipos-, mi mejor resultado internacional como marchadora…

… Y por delante, dos rusas: Lashmanova, primera, y Kaniskina, segunda.

Estaba muy fuerte, los entrenamientos eran perfectos. Empecé desde atrás, en progresión; en el kilómetro 14 (de los 20 totales), ya iba tercera, disfrutando. Y por delante, las rusas. En el mundo del atletismo se sabía que ambas marchaban dopadas.

"Siempre he competido con mucha gente dopada, lo cual hacía que las competiciones no fueran reales"

¿Y cómo afrontó una prueba de tal calibre con esa revelación?

Con impotencia. Tristeza. Siempre he competido con mucha gente dopada, lo cual hacía que las competiciones no fueran reales. Kaniskina cayó la primera, en 2016, porque era más mayor y tenía el pasaporte biológico –que nació en 2005– hecho: sus muestras de sangre estaban registradas y sus parámetros la delataron. Entonces me proclamaron subcampeona de la Copa del Mundo. Lashmanovae era más jovencita, 19 años, y ese día no dio porque aún no tenía el pasaporte. Entrenaban juntas y llevaban la misma pauta; tarde o temprano también tendría que salir su mentira.

Una década después, ¿cómo define su caso?

Injusticia. La palabra injusticia debería estar prohibida en el deporte. No recibieron, ni antes ni ahora, el castigo merecido: se quedaron con el dinero, con las medallas, con el prestigio de aquel momento. Ahora se les tendría que obligar a devolver todo, que pagaran por lo que hicieron sufrir a los demás.

¿No se restituyen los premios?

Todo el mundo me lo pregunta, y la respuesta es no. Me harán la entrega de la medalla como un símbolo, pero nada más. De hecho, cuando me dieron la de plata en 2016 tampoco fue la real.

¿Dónde quedan los valores deportivos?

Lo que sucedió en la Copa del Mundo pierde toda la esencia de lo que es la ética deportiva, de lo que pregonamos: una filosofía con principios y normas que deben regir la práctica y la competición. Ahora que doy charlas contra el dopaje y sobre los valores viene al hilo.

Se convirtió en una de las mejores marchadoras españolas de la historia con sus cuatro títulos nacionales, sus cuatro Mundiales, tres Europeos, siete Copas del Mundo, los Juegos de Pekín y Londres…

Es una descripción tan natural de mi palmarés… Sí sorprende un poco por la cantidad de premios. Han sido muchos años en la élite, llenos de satisfacciones. Y, bueno, ahora la guinda ha sido este oro, el homenaje de mi ciudad en la Gala del Deporte, y que se acompañan con la noticia de que estoy embarazada y que soy muy feliz también junto a su padre David. Se puede añadir esa expresión de que el niño va a nacer con un pan bajo el brazo y con fortuna (risas).

¡No le van a faltar historias que contar al niño!

Sí, le diré que empecé un poco tarde en la marcha, una especialidad que tras probar muchas, me enganchó; que en 2004 llegó mi primera internacionalidad con 26 años; que es importante formarse como persona, yo estudié la carrera de INEF y soy profesora en el colegio Cantín y Gamboa; que estuve doce años (hasta 2016) como profesional siempre rodeada de mi familia, mis amigos, mi club el Scorpio, sin necesidad de ir a un centro de alto rendimiento; que en el deporte, la confianza es muy importante; le diré que ame el deporte como yo lo he hecho…

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