Chema Tapia: "Me da pánico que gente que viene al Pirineo por primera vez, y sin experiencia, quiera subir al Aneto"

Montañero, alpinista y responsable de la sección de Montaña del Club Pirineísta Mayencos. Con su nuevo libro 'Los Valles Occidentales del Pirineo Aragonés', el zaragozano (1956) ha completado la trilogía sobre las montañas de la Jacetania.

Chema Tapia, responsable de la sección de Montaña del Club Pirineísta Mayencos.
Chema Tapia, responsable de la sección de Montaña del Club Pirineísta Mayencos.
Laura Zamboraín

¿Cómo empezó su afición por la montaña?

Con 13 o 14 años, a través de unos campamentos parroquiales del barrio del Arrabal en Zaragoza.

¿Fue esa afición la que le llevó a vivir en Jaca?

A Jaca me trajo adquirir una vivienda hace 30 años y, a partir de ahí, seguir con mi afición teniendo las montañas más cerca.

¿Cuál fue su primera ascensión de alta montaña?

No lo tengo bien definido en mi cabeza. Lo que sí que tengo clara es la primera travesía importante que hice en la montaña y cuyas bodas de oro, el 50 aniversario, lo celebré el verano pasado. Fue una ruta por el balneario de Panticosa y el valle de Bujaruelo, de unos cuatro días. Yo tenía apenas 15 años y este verano lo he celebrado con unos amigos llevándolos a ese mismo itinerario. Ese fue mi primer contacto serio con la montaña.

¿Qué rincón del Pirineo le ha llamado más la atención o le tiene más cariño?

Es complicado. A un padre le es difícil hacerle elegir entre los hijos. La Jacetania, al tenerla más próxima, la tengo más pateada y es más entrañable. Pero si hablamos de los Pirineos de Aragón, el sitio más alpino es Benasque y donde he pasado muy buenos momentos en montaña. Pero no quiero desmerecer a ninguno, cualquier parte de la cordillera es preciosa y tiene su encanto.

Fuera de Aragón, ¿le ha cautivado algún otro lugar?

Hemos hecho incursión al Pirineo catalán, hemos estado tres veces en la zona del Himalaya, una en Paquistán y dos en Nepal.

¿Le queda alguna ruta o ascensión pendiente en el Pirineo?

Siempre. Cuanto más te adentras y más conoces, más te das cuenta de lo que te queda por descubrir, porque siempre se abren mundos nuevos. En la montaña pasa lo mismo. Tienes en mente un valle y cuando vas es eso y todo lo que le rodea. Siempre hay rincones nuevos. Y con el proyecto del nuevo libro que estoy empezando de Benasque, aunque algunas son conocidas, me va a dar conocer muchas más.

¿En qué momento decidió plasmar en papel sus vivencias en la montaña?

Me gusta escribirlo todo, contar mis vivencias y divulgar mis andanzas por la montaña. Comencé colaborando con Prames, porque estaba y sigo estando en el comité de Senderos de la Federación Aragonesa de Montañismo. Con ellos comencé colaborando escribiendo rutas en el HERALDO, en el cuadernillo ‘Aragón un país de montañas’. Y a raíz de aquello, le propuse a Prames escribir un libro de las cimas más altas de las 33 comarcas de Aragón y me dijeron que ese proyecto ya lo tenían, aunque estaba parado, pero que consistía en tres cimas por comarca e incluyendo el Aneto nos íbamos a 100. Así surgió el libro ‘100 cimas, 100 paisajes. Aragón, comarca a comarca’. Se publicó en 2018. A partir de entonces me centré en la comarca de La Jacetania y se han hecho los tres libros de la trilogía de esta comarca.

¿Su afición a la montaña la ha desarrollado sólo o la ha compartido con la familia?

Cuando mis hijos eran pequeños íbamos en familia al monte, y hacíamos paseos sencillos, pero siempre en sitios más cercanos. Luego los hijos se van haciendo mayores, te dejan solo y te apoyas en amigos, en compañeros de club o incluso haces alguna salida solo. Luego con el compromiso de hacer los libros, tienes que tener ese objetivo primordial. Ahora los hijos que son mayores se han vuelto a aficionar y vamos saliendo juntos.

"Se le está perdiendo un poco el respeto a la montaña, nos parece que es un parque temático y hay unos principios básicos fundamentales que hay que tener en cuenta para evitar riesgos"

Lleva 50 años en la montaña, ¿ha tenido algún percance?

Cosas serias no. Momentos de “me la estoy jugando”, sí. Dentro de la montaña hay muchas facetas, hay senderos con pocos riesgos y otras en las que aumenta.

Ahora hay zonas de montaña muy masificadas ¿Cómo ve esta situación?

Lo veo muy mal. Creo que desde los confinamientos la gente se escapaba en cuanto se podía. Y no lo critico, porque ganas había por la situación. Pero claro, toda esa masificación que ha soportado la montaña de dos años a esta parte hace que cuanta más gente acuda a la montaña, más porcentaje de gente no vaya preparada. En general, se le está perdiendo un poco el respeto a la montaña, nos parece que es un parque temático y hay unos principios básicos fundamentales que hay que tener en cuenta para evitar riesgos. El riesgo cero no existe, entonces hay que tener buena preparación física, técnica y psicológica, buena previsión meteorológica, ir con material adecuado y ser consciente de la ruta en la que te metes, que nunca esté por encima de tus posibilidades.

¿Cuál ha sido su experiencia más significativa en la montaña?

La primera que te he comentado de los 15 años la tengo marcada porque es la primera. También ha habido rutas y cimas que han supuesto un gran esfuerzo. A raíz de la publicación del libro, he ido a zonas que por su dificultad y mi edad, casi las estaba descartando de poderlas hacer.

A alguien que quiera empezar en la montaña, ¿qué le recomendaría?

En la vida es una virtud la progresividad. Hay que hacer las cosas poco a poco, viendo nuestro comportamiento y respuesta, y avanzar en esfuerzo, desnivel, etc. Cualquier valle es bueno para empezar, pero con cosas más asequibles. Me da pánico que gente que viene al Pirineo por primera vez, y sin experiencia, quiera subir al Aneto.

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