La Segunda RFEF no le ha sentado bien a los equipos aragoneses. En el estreno de la categoría -cuarto nivel del fútbol profesional- solo el Teruel cabalga con paso firme, aupado en los puestos de ‘play off’ de ascenso, mientras los otros cinco representantes de la Comunidad se sitúan en posiciones de descenso o en riesgo de caer a ellas próximamente.

El transcurso de la pasada jornada, de la decimosexta, fue el fiel reflejo de lo que viene siendo la temporada. Únicamente el Teruel fue capaz de ganar. El equipo que dirige Víctor Bravo se impuso en Pinilla por 2-0 al Prat, con doblete de Alfredo, sumando la séptima victoria del curso.

Los turolenses acabarán el año en segunda posición, con 28 puntos y licencia para soñar con todo. Tan solo el Formentera, líder con 31 puntos, supera a un conjunto al que la apuesta por la continuidad (14 jugadores continuaron en el equipo tras conseguir el ascenso) le está funcionando a la perfección.

El Teruel se define por ser un bloque equilibrado, que confía en el grupo por encima de las individualidades, y rinde de forma pareja en casa o fuera, llevando la iniciativa del juego o dejando que sean sus rivales los que asuman el peso del partido.

Hasta la fecha, solo un equipo ha sido capaz de ganar en Pinilla. Fue, precisamente, el Brea de Dani Martínez, que con un humilde presupuesto está siendo capaz de competir y de mantenerse fuera de los puestos de descenso a Tercera RFEF.

A pesar de la derrota encajada el pasado domingo en su visita al Lleida, el Brea marcha en undécima posición con 20 puntos, solo tres más de los que suman el Ebro y el Tarazona, que, a falta de un solo partido para que finalice la primera vuelta, ocupan la decimocuarta y decimoquinta posición respectivamente.

Ni Raúl Jardiel ni David Navarro están dando este curso con la fórmula adecuada. El Ebro, al que le cuesta un mundo hacer gol, no gana desde el pasado 7 de noviembre y este domingo empató ante un histórico como el Numancia. El Tarazona, que fía su potencial ofensivo al olfato de Dieste, no lo hace desde hace exactamente un mes, cuando logró imponerse a un Huesca B que atraviesa una situación todavía más preocupante.

El cuadro altoaragonés, que este fin de semana sufrió una lógica derrota en su visita al Espanyol B, apenas ha sumado 14 puntos en lo que va de temporada, y a la crisis de resultados hay que añadir un trasfondo extradeportivo. El técnico, Dani Aso, criticó recientemente el método de trabajo del club, lamentando las condiciones de entrenamiento en el día a día o la política que se sigue con los canteranos, entre otros aspectos.

Y no menos comprometido es el momento que vive el Ejea. El cuadro de Ricardo López, que a finales de octubre tomó el banquillo tras la salida de Néstor Pérez, es el colista de la Segunda RFEF. Solo ha ganado un partido y es tremendamente endeble en defensa. Como prueba, los 29 tantos que lleva encajados, cuatro de ellos en la goleada sufrida este domingo en la visita al Cerdanyola.

Ahora mismo, los ejeanos ven a 12 puntos la salvación. Una losa que los convierte en claros candidatos a perder la categoría. Solo una extraordinaria segunda vuelta les acercaría la permanencia. Son el paradigma del complicado año que, a excepción del Teruel, están viviendo los aragoneses de la Segunda RFEF.