"Con esfuerzo, todo es posible". Este es uno de los grandes mensajes que transmite el libro 'CV Teruel, una aventura naranja", en el que a través de las peripecias que vive una niña y sus dos amigos se repasa el extraordinario palmarés de un club deportivo que, en sus 30 años  de vida, ha llevado a una ciudad de 35.000 habitantes a lo más alto del voleibol.

La obra, escrita por el exentrenador valenciano de voleibol Javier León, autor de muchos otros libros sobre diferentes clubes deportivos, va dirigida a niños de entre 7 y 12 años de edad. Ha sido presentada este jueves en la sede de la Caja Rural de Teruel -entidad patrocinadora del CV Teruel- por el propio escritor y el presidente del Club Voleibol Teruel, Carlos Ranera. 

Los mil ejemplares de esta primera edición ya están a la venta en las librerías de la capital turolense y también podrán adquirirse este sábado en el pabellón Los Planos durante el partido de liga del CV Teruel. El precio del ejemplar son 11,95 euros, si bien su publicación no responde a criterios económicos sino al deseo de conmemorar las tres décadas del club.

Javier León ha dicho de su libro que es "divertido, muy visual y comunicador de valores como la honestidad, la igualdad y la tolerancia". Las aventuras de los tres niños llevan a estos a una situación "rocambolesca" que los sitúa en el pabellón Los Planos teniendo que sacar adelante un transcendente partido junto a jugadores históricos del club turolense. Su autor promete escribir una segunda parte si el libro tiene éxito. 

León ha confesado ser el primer sorprendido por los logros conseguidos por el Club Voleibol Teruel en su trayectoria. "Todos sabemos que la gente solo piensa en el fútbol, pero tener tan cerca un club campeón me hizo pensar que tenía que escribir sobre él", ha dicho el escritor valenciano.

El autor de 'CV Teruel, una aventura naranja' no oculta su admiración por la pasión con que los turolenses viven los éxitos de sus jugadores de voleibol. Aconseja a sus jóvenes lectores "luchar por lo que a uno le gusta" y explica que, aunque no percibirá dinero por su libro, se sentirá pagado si consigue que con su lectura los chavales "levanten por un rato los ojos de la pantalla".