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Inés Bergua se instala en el cielo de la gimnasia rítmica
La aragonesa forma parte del renovado equipo nacional absoluto que se encuentra compitiendo en la Copa del Mundo.
Ya es miembro de pleno derecho del selecto grupo que compone la élite. Inés Bergua (Huesca, 2004) vivió recientemente en la capital de Bulgaria, Sofía, su presentación en sociedad en la categoría absoluta internacional de gimnasia rítmica con su estreno en la Copa del Mundo junto al renovado equipo nacional del que forma parte. Ella, al igual que varias de las compañeras con las que había destacado en la selección júnior, ha iniciado ahora una nueva aventura, el proyecto deportivo puesto en marcha por la Real Federación Española de Gimnasia que tiene como horizontes el Mundial de 2023 de Valencia y las Olimpiadas de 2024 en París -las posteriores a las que se celebrarán este año- sin cerrar del todo la puerta a la cita de Tokio. "En el Campeonato de Europa será donde podamos conseguir la clasificación para los Juegos, es una realidad que lo tenemos muy complicado y que solo disponemos de la última oportunidad para lograr el pase, es difícil, pero siento la necesidad de seguir soñando hasta el último momento", se muestra ilusionada y combativa.
Forjada en el Club 90 Huesca y tras ser campeona de España, hace ya cuatro años que marchó al Centro de Alto Rendimiento de Madrid para entrar de la selección júnior. Con ella, en 2019 fue séptima en el Europeo y quinta en el Mundial. "Fue una etapa que viví también con mucha felicidad, trabajo y compromiso, pero es cierto que la categoría sénior requiere todavía más implicación y responsabilidad", explica sobre el salto que ha dado y del que se siente "especialmente orgullosa" por estar "representando al país".
Para llegar allí, en el mes de agosto pasado tuvo que participar en un control junto a otras 19 gimnastas de las que fueron escogidas ocho. Alejandra Quereda, capitana del conocido como ‘El equipaso’, el conjunto que se colgó la plata en Río 2016 y que había sido multimedallistas en las citas anteriores, había cogido el testigo de Anna Baranova, la seleccionadora anterior, con el encargo de llevar a la selección de nuevo al primer nivel tras varios sinsabores, y debía conformar su bloque de confianza.
Desde entonces Bergua se ha estado preparando compaginando la actividad deportiva con sus estudios, cursa 1º de Bachillerato, hasta que llegó la hora de ponerlo todo en práctica en Sofía. "Fue muy emocionante, estábamos llenas de ilusión y a su vez un poco nerviosas", recuerda. "En esta primera competición internacional comenzamos a ser conscientes del gran nivel de todos los países y también de la gran capacidad que tenemos como equipo”, añade subrayando que "era la primera vez que salíamos juntas al tapiz y a pesar de los fallos quisimos mostrar las ganas de luchar que tenemos".
Finalizaron en 11ª posición y ahora ya miran a la siguiente parada de la Copa del Mundo, será en Taskent (Uzbekistán) el próximo fin de semana. "Deseó con intensidad mejorar, confiamos en nosotras, en el equipo que formamos y en los ejercicios", afirma.
Para ello, Quereda les pide "dar lo mejor en cada entrenamiento y en cada competición". "Exige mucho y exige a cada una su máximo potencial y eso es lo que nos hace evolucionar", recalca.
Bergua habla del equipo como de "una gran familia". Así describe que "somos como hermanas, con algunas compañeras llevo conviviendo desde los trece años y hemos vivido muchas cosas juntas, contamos las unas con las otras para lo que sea".
