deporte en casa

Para evitar lesiones es necesario tener en cuenta la capacidad muscular y trabajarla

A la hora de entrenar en casa es importante saber distinguir entre dolor y molestia y conocer si se trabaja al límite de las posibilidades físicas.

Una mujer realiza unas planchas en el salón de su casa.
Una mujer realiza unas planchas en el salón de su casa.
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Aunque parezca la opción, por el momento, más segura, practicar deporte en casa conlleva ciertos riesgos si no se respetan los ritmos de entrenamiento habituales o la propia capacidad física y muscular a la hora de ejecutar las rutinas. Por ello, y para evitar lesiones y dolores tras el entrenamiento, es importante conocer el concepto de capacidad deportiva, relacionada con la práctica de ejercicio, y saber distinguir los tipos de molestia que pueden aparecer durante la misma.

Eduardo Alastrué, fisioterapeuta (nº de colegiado 1611) explica el concepto de capacidad deportiva. "Vamos a imaginarnos tres vasos; uno de chupito, uno de tercio y uno de pinta. Los tres tienen diferentes capacidades pero todos tienen un límite. No podemos esperar que quepa el mismo agua en los tres vasos sin realizar cambios en la estructura de estos".

Una vez entendido este concepto hay que sustituir esos vasos por nuestros músculos y tendones. Estos tienen la capacidad de generar o albergar tensión mecánica en función de las órdenes que reciba el sistema nervioso central. Por tanto, según esa capacidad, no se puede pretender que un músculo o tendón que está acostumbrado a soportar una tensión X de repente soporte X+5. En este caso, la estructura cederá y se producirán lesiones.

Igualmente pueden producirse lesiones cuando el músculo o el tendón, pese a que esté acostumbrado a realizar o soportar un esfuerzo alto, no tenga suficiente tiempo de reacción para activarse correctamente si el cuerpo está en reposo y se requiere una reacción inesperada.

¿Se puede modificar la capacidad de estos vasos?

"Hay que tener en cuenta el umbral de lesión y saber disociar la idea de molestia y dolor", explica Eduardo. "Con dolor no trabajamos, con molestia sí". ¿Por qué? Porque la molestia indica que estamos cerca de nuestro umbral máximo actual de capacidad y cuanto más cerca trabajemos de él, antes podremos modificarlo.

El dolor, tanto después como durante los entrenamientos puede ser indicativo de lesión, mientras que las molestias dan la clave de cuando un ejercicio, el número de repeticiones o el peso elegido es el adecuado para mejorar.

Para poder modificar, entonces, la capacidad muscular y de articulaciones y tendones hay que ser capaz de distinguir estos conceptos. Igualmente, es necesaria una buena planificación con objetivos realistas a corto, medio y largo plazo, que pueden ir desde ganar rango de movimiento a poder realizar más actividades en el día a día. También es aconsejable incluir una serie de ejercicios que preparen el sistema muscular y esquelético para reducir cualquier posibilidad de lesión.

También entra en juego la intensidad de entrenamiento. Para mejorar la capacidad deportiva y las habilidades físicas, así como observar mejoras estéticas en nuestro cuerpo, es preciso entrenar al máximo y rindiendo todo lo posible siempre que esté dentro de la capacidad deportiva individual. De esta manera, será posible llegar cada vez más lejos, aumentar los pesos del entrenamiento o los kilómetros recorridos y observar los resultados de un buen entrenamiento, tanto en casa como en el gimnasio.

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