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Fernando Escartín: "La QH es un evento deportivo pero también un espectáculo"

El exciclista profesional es presidente de la peña Ciclista Edelweiss, organizadora junto a Octagon de la Marcha Cicloturista Quebrantahuesos.

Fernando Escartín, ayer, en Sabiñánigo
Laura Zamboraín

¿Cuáles son las claves para poder terminar una Quebrantahuesos?

Sobre todo, entrenar bastante durante todo el año. Hay que tener en cuenta que la gente trabaja y luego hay que tener tiempo libre para ir en bicicleta. Preparación durante todo el año y hacer cada dos semanas o así una tirada larga de 5-6 horas para poder afrontar este evento. Y la clave es ir regulando en todo momento, parando en los avituallamientos, comer, beber e ir a un ritmo constante, sin gastar demasiadas fuerzas porque, al final, te pueden faltar.

Es una prueba no competitiva, pero muchos van sólo a por el mejor tiempo.

Al estar el tráfico cerrado, lógicamente mucha gente va a lo que puede y muchos tienen su objetivo de bajar el tiempo del año anterior. Llevan sus tiempos colocados en el manillar y saben el tiempo que tienen que hacer cuando llegan a Somport, a Marie Blanc, Portalet, a Hoz de Jaca y dependiendo de cómo va el viento pueden saber al final si van a mejorar o empeorar el tiempo del año anterior.

¿Qué le diría a alguien novato en la Quebrantahuesos?

Que es un evento deportivo y un espectáculo. Ver salir 9.000 corredores o cicloturistas a la vez, en España no hay ningún evento como este.

Tiene que haber pocos amantes del cicloturismo que no hayan participado alguna vez.

A nivel de cicloturismo muy pocos. Siempre está el típico cicloturista que puede tener más miedo a la hora de rodar en pelotón, pero prácticamente casi todo el mundo la ha hecho.

¿Por qué es tan especial y tiene tantas preinscripciones? Este año se han quedado 5.000 personas fuera.

El evento en sí es especial y es gracias al trabajo de los voluntarios. Hay mucha amabilidad. Cuando llegan a los ciclistas llegan a los avituallamientos les cogen la bici, les preguntan qué quieren, los atienden, los miman. Que en cada curva peligrosa haya un voluntario señalizando y velando por su seguridad, esto lo agradecen los participantes y es lo que hace de este evento algo especial.

¿Esperaban que esta prueba creciera tanto y llegara a los niveles que ha llegado?

Yo llegué hace 7 años y se veía capacidad. Pero estoy seguro que los primeros años no se podían imaginar que esta prueba iba a crecer tanto.

El año que viene se celebrará la 30ª edición....

Todavía es pronto. Después de esta edición nos sentaremos y valoraremos cómo se puede hacer. Porque ya se han hecho muchas cosas. Siempre es difícil poder innovar, pero algo haremos.

A pocas horas del inicio de una nueva Quebrantahuesos, ¿Cómo está el presidente de la peña ciclista Edelweiss?

De momento tranquilo y sereno. Los voluntarios y equipo que hay detrás trabajando es muy grande, el apoyo de las instituciones, cuerpos y fuerzas de seguridad del estado es enorme, y te lleva a estar de momento tranquilo.

Este año se ha incrementado la seguridad en la prueba, ¿en qué se va a notar?

Es la primera vez que van 20 motos con desfibriladores durante la prueba. Es un aspecto importante. Y a nivel de seguridad cada vez intentamos mejorar los puntos conflictivos de la marcha o intentar que haya los menos obstáculos posibles.

¿Cuál es el punto más duro del recorrido?

Por pendiente el Marie Blanc, pero bueno, ahí la gente más o menos va entera. Pero el Portalet al iniciarlo con 100 kilómetros en las piernas y los últimos 10 kilómetros de los 29 se hacen más duros.

Este recorrido lo habrá hecho muchas veces...

Sí, lo he hecho y lo conozco bien y es un recorrido duro, pero si acompaña el tiempo el paisaje es espectacular.