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la voz de mi amo

1980: El año que estalló la Nueva Ola madrileña

Cuatro décadas atrás, exactamente, se produjo el estreno discográfico en LP de Radio Futura, Nacha Pop y los Zombies: comenzaba una era de cambio y de esplendor en la música española, convertida después en la famosa Movida.

Radio Futura en su primera imagen promocional, de 1980.
Archivo Disco-Actualidad y HA

No se podía imaginar, pero se intuía que, con la edición de Música Moderna, de Radio Futura, iban a removerse las tripas del pop español. Con el titular de ‘Pop de colorines’, uno recibía aquel LP, en el Heraldo del 11 de mayo de 1980, con mucha alegría, casi con entusiasmo desbordante. No ya por la calidad del disco, que la tenía, aunque venía con el sambenito de que se lo habían grabado otros músicos, y había fallas en las instrumentaciones y en las mismas melodías, sino por lo que la edición del disco representaba: era el primer disco nuevaolero al que las discográficas españolas abrían sus puertas (Hispavox), lo que lo convertía en un “LP crítico y rupturista”, según mi entender de entonces, aunque parece que luego no anduve muy descaminado. “Con él se «entierra» -sentenciaba- una época del pop español marcada por el rock callejero, el rock duro y urbano de grupos cobijados en su mayoría en el sello Chapa. Comienza ahora otro ciclo musical”.

Obviamente, Enamorado de la moda juvenil era la canción estrella, pero al lado estaban Trepidación, Divina, Ivonne, Zombi…, transparentando los tres colores con los que se había construido aquel rompedor disco: “el reggae, los clisés poprockeros (dígase ritmos, riffs, recursos vocales...) y los efectos electrónicos”.

Abiertas las puertas, y en medio de la fiebre de las discográficas por atrapar a un grupo nuevaolero, oliendo sangre para la caja, el siguiente LP en llegar, en noviembre, fue el de Nacha Pop, también con Hispavox, que se lo arrebató a Polydor. El gran periodista musical del momento, Antonio de Miguel (¿dónde estás querido y admirado Antonio?) lo recibía con enorme algarabía en las páginas del recordado Disco Actualidad, señalando que era “lo más digno que se había editado de los grupos madrileños en mucho tiempo” y, cómo no, derramando incienso sobre una canción hoy icónica: “Yo me he quedado prendado, prendido y subyugado ante un tema, el del single precisamente: Chica de ayer, que es de los diez mejores temas que haya realizado un grupo español en los últimos años. Por ejemplo”.

Y ya acabando el año 80, de la mano de los Zombies, llegó el tercer pilar en disco grande de aquel año inaugural de la Nueva Ola, luego transformada en Movida, Extraños juegos. Soy yo quien me encargo de saludarlo, de nuevo en el Disco Actualidad (y no en el Heraldo, ¿por qué, Matías?), manifestando que era “el puente perfecto entre música y arte, una muestra exquisita e inesperada de tecno-pop hispano, una odisea de ritmos imperturbables y melodías pop bañadas en modernidad absoluta”. Los de Bonezzi, en definitiva, “emparentando el pop madrileño con la invasión entonces de los grupos sajones de tecno-pop, pero haciéndolo con tacto e inventiva, sabiendo en todo momento donde terminaba el uso de sus artilugios electrónicos y donde comenzaba el pop fresco y vigoroso”. Obviamente, la canción bandera del álbum era Groenlandia.

Además, en aquel año, debutaron en EP o en single Ejecutivos Agresivos, Paraíso, Alaska y Los Pegamoides, Mamá y Los Secretos, así como otros grupos menos cacareados en la prensa y la radio madrileña, tal fue el caso de Charol, Trastos o Menta, y a punto estuvieron los zaragozanos Bawlers, si no se hubieran tirado los trastos con su mánager y hasta, si mal no recuerdo, con el mismo productor, Jorge Álvarez.

La Nueva Ola estaba en marcha. El anuncio publicado en Disco-Actualidad por el sello Hispavox era más que ilustrativo del nuevo tiempo que comenzaba:

Anuncio de la compañía discográfica Hispavox en la revista Disco-Actualidad.
Archivo Disco-Actualidad

Impensable aquella explosión que luego llevó a la Movida, pero ya básicamente de la mano de los sellos independientes. “Que sean mejores o peores -reflexionaba uno en el citado artículo de los Radio Futura- quizá sea lo de menos (y no se escandalice nadie). Lo importante será lo que venga después, dentro de un par de años (por supuesto, si las discográficas resisten)”. No resistieron, evidentemente, quisieron hacer caja rápida y golosa, y ante objetivo fallido, liquidaron a los grupos de aquella primera oleada pop española en un pispás. Lo que no imaginaban era que después, tras el subidón desde los sellos independientes y el gran mercado alentado, si no creado, por los ayuntamientos socialistas contratando a grupos de la Movida, volverían a la pelea para repescarlos. ¿O no Gabinete?