El peligroso Canales fue desarmado en Ejea con un disparo eléctrico que lo paralizó 5 segundos

Sería uno de los primeros casos en el que un delincuente acaba neutralizado por una pistola táser en Aragón.

El detenido, en Ejea de los Caballeros, mantuvo una fuerte discusión con su padre en su domicilio pudiendo este último huir y solicitar ayuda a la Guardia Civil
Canales recibió a los agentes en calzoncillos pero empuñando un cuchillo de grandes dimensiones.l
Guardia Civil

Las Policías Locales de Aragón llevan tiempo insistiendo en la necesidad de contar con medios y armamento adecuados para poder garantizar la seguridad en sus municipios. Y lo ocurrido durante la madrugada del pasado domingo, 5 de mayo, en Ejea de los Caballeros les ha dado la razón. Porque fue una descarga eléctrica la que permitió paralizar durante cinco segundos a Pablo Miguel Canales, un peligroso delincuente que cada vez que sale de prisión monta un desaguisado en la capital de las Cinco Villas y que esta vez se había atrincherado en casa tras agredir a su padre. El largo historial delictivo de este hombre de 51 años obligó a la Guardia Civil a desplegar un equipo de asalto de la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecic). Pero sus miembros no contaban con pistolas táser, por lo que fueron los policías locales de Ejea los que acabaron usando una de las las suyas.

Canales recibió a los agentes en calzoncillos y camiseta, pero empuñando un cuchillo de grandes dimensiones con actitud intimidatoria. El angosto rellano del edificio apenas permitía moverse a los especialistas de la Benemérita, que aguardaban pertrechados con cascos, escudos y defensas largas la orden de intervención. Sin embargo, al final se optó por un certero disparo. No de un arma de fuego, sino de una pistola eléctrica de las que usan los municipales de Ejea desde hace algún tiempo.

La pistola utilizada para bloquear por unos instantes el sistema muscular de Canales está diseñada para disparar a una distancia no superior a siete metros. Cada carga permite efectuar dos únicos disparos, por lo que el agente no podía fallar y tenía que conseguir clavar al delincuente los dos ‘anzuelos’ de los cables en forma de espiral que proyecta la pistola. Lo consiguió, provocándole entonces la descarga eléctrica que ayudó a la Guardia Civil a quitarle el cuchillo y colocarle los grilletes.

El de Canales sería por tanto el primer caso conocido hasta la fecha en que un delincuente acaba reducido por estas armas. La propia Policía Local de Ejea había recurrido antes en tres ocasiones a las táser para enfrentarse a personas violentas armadas, pero estas intervenciones se resolvieron con ráfagas intimidatorias. Y aunque son ya bastantes cuerpos los que cuentan con estas pistolas en otros municipios aragoneses, no existía constancia de disparos al cuerpo con descarga.

Se da la paradoja de que, como denunciaron algunos jefes de policías locales de Aragón a través de HERALDO, hasta no hace mucho la propia Intervención de Armas de la Guardia Civil les ponía trabas para poder adquirir pistolas eléctricas. Desde la Benemérita precisaron entonces que, en la actualidad, “no existe ningún tipo de problema” para incorporarlas a sus armeros. Eso sí, se exige a los agentes que vayan a dispararlas superar un curso de formación. Y sus superiores deben registrar la numeración de los dispositivos para garantizar su control administrativo “ante el creciente número de sustracciones y pérdidas de este tipo de armas que posibilitan su desvío al ámbito delincuencial”.

La Policía Local de Ejea impartió su último curso de formación el año pasado, en el que se insistió a los agentes en que hay varias partes del cuerpo a las que nunca se debe apuntar: se trataría de la cabeza, el tórax y los genitales.

Escopetas y galerías de tiro

Ahora que el uso de pistolas eléctricas parece normalizado -la propia Guardia Civil y la Policía Nacional cuentan ya con algunas en Aragón-, desde los cuerpos de Policía Local siguen pidiendo a la Intervención de Armas de la Benemérita que acabe con los vetos a la compra de escopetas. Algunos de sus responsables recuerdan que los servicios y necesidades del medio rural son distintos a los del ámbito urbano. A modo de ejemplo, explican que todavía se ven obligados a recurrir a cazadores locales cuando precisan abatir algún animal de gran tamaño como podrían ser los toros que se escapan durante algún festejo popular.

Durante una reunión celebrada el pasado mes de abril en Cuarte de Huerva, los responsables de 24 cuerpos de Policía Local de otros tantos municipios aragoneses hicieron también hincapié en la necesidad de desbloquear situaciones relacionadas con las actividades de tiro policial, ya que no encuentran galerías en las que poder hacer las prácticas obligatorias.

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