La plaza de Salamero recupera vida tras su reapertura con las zonas verdes todavía a medio gas

Vecinos y comerciantes agradecen que haya más actividad, aunque siguen sin acostumbrarse al diseño. Los juegos infantiles triunfan entre las familias, pero las enredaderas no terminan de cuajar.

Estado actual de la vegetación en la plaza de Salamero
Estado actual de la vegetación en la plaza de Salamero
José Miguel Marco | Jose Miguel Marco

La renovada plaza de Salamero cumple un año desde su reapertura con más actividad, pero con sus zonas verdes a medio gas. Mientras que los nuevos juegos infantiles, utilizados cada día por decenas de niños, se han integrado perfectamente en el adn del entorno, las trepadoras colocadas para cubrir las estructuras metálicas siguen sin ‘cuajar’, una imagen que no termina de convencer a vecinos y comerciantes.

A nivel urbanístico, las obras han sido ya recepcionadas sin que se haya detectado ningún tipo de deficiencia. Pero, por el momento, el resultado dista de la “plaza verde” que se prometió. Desde el área de Medio Ambiente y Movilidad explican que, actualmente, el mantenimiento recae en Plantae, empresa que ha sido contratada por la constructora, MLN, mientras que la limpieza del pavimento se hace a través de FCC Limpieza. Esto será así hasta que se cumplan dos años desde la recepción de la obra, momento en que la gestión pasará a depender totalmente del Consistorio.

Las mismas fuentes señalan que se está haciendo un seguimiento constante del estado del verde para que cuando el Ayuntamiento se haga cargo de las instalaciones “todo esté en las mejores condiciones posibles”. Como suele ocurrir en estos casos, la previsión es que, llegado el momento, los servicios municipales hagan un informe sobre el la situación de la vegetación, siendo entonces cuando se analizará si hay que reclamar arreglos o mejoras.

Basta con dar un paseo para comprobar que las trepadoras que tendrían que discurrir por las sogas instaladas no terminan de lucir como deberían. La zona más verde es la más cercana a la calle de la Morería. El resto, en cambio, ofrece una imagen algo más desangelada que poco se parece a la de las recreaciones. La duda de muchos vecinos y comerciantes es si únicamente se necesita más tiempo para ver el verdadero potencial de las nuevas zonas verdes o si, por el contrario, no se ha terminado de ‘dar con la tecla’ con las especies escogidas y su mantenimiento.

El estado de conservación de la plaza, en todo caso, nada tiene que ver con el de otras grandes inauguraciones como la ampliación del parque de Pignatelli. Mientras que en los antiguos depósitos abundan los grafitis, en Salamero apenas hay rastro de los ‘artistas’ callejeros, más allá de firmas puntuales en los bancos y las estructuras de metal.

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